ECONOMíA › JUAN JOSé ARANGUREN, PRESIDENTE DE LA PETROLERA SHELL
› Por Cledis Candelaresi
Juan José Aranguren preside la petrolera que, tras discutir todas las medidas oficiales que la involucran, acumuló multas por más de 80 millones de pesos. A diferencia de sus pares del sector, el máximo ejecutivo de Shell no elude los grabadores para defender sus criterios, muchas veces opuestos no sólo a los oficiales sino a los de otras empresas del rubro. Pero algo parece haber cambiado para la refinadora díscola. Junto a sus competidores sube los precios sin reacción adversa del Gobierno y hasta se avino a importar gasoil a pérdida.
–¿Por qué está importando gasoil?
–Shell cumple con la ley. La resolución 25 del 2006 de Comercio Interior dispone que debemos abastecer el mercado con la misma cantidad del año anterior, más el equivalente al crecimiento del PBI y la demanda. Importamos porque no tenemos lo suficiente y somos los únicos que recurrimos judicialmente esa norma.
–¿Por qué el resto de los competidores no están importando?
–Quizás esperen otro mecanismo más ventajoso para importar, ya que la diferencia entre el precio internacional y el interno es de 480 dólares el metro cúbico. No es fácil asumir esa pérdida.
–¿Hay un sendero de precios avalado por el Gobierno para encarecer el combustible?
–No me consta. Pero creo que los aumentos de ahora no son otra cosa que un reconocimiento de la realidad. Dijimos que, si los precios bajan, la mayor demanda puede provocar desabastecimiento.
–¿Quiere decir que para evitar desabastecimiento hay que subir precios?
–La pregunta es qué señales tiene que dar el Gobierno para que haya una oferta suficiente. Hay que asegurarse de que el gasoil no falte para la actividad productiva y aquí hay que subrayar que el consumo particular fue aumentando en desmedro de las naftas desde los ’90, cuando al señor ministro (Domingo) Cavallo se le ocurrió eximirlo de impuestos durante cinco o seis años: desde entonces el parque automotor fue migrando a gasolero.
–¿Cuánto cree que hay que aumentar el precio para desalentar el consumo?
–No lo sé. Pero si la rentabilidad de la petrolera mejorara, las empresas podrían tomar decisiones que les permitan mejorar la oferta o, al menos, estaría en mejores condiciones para importar a pérdida. La industria petrolera sufrió cambios impositivos peores a los que hoy se consideran confiscatorios en el campo. Desde noviembre, la retenciones sobre las naftas subieron del 5 al 65 por ciento y hasta el 50 en el fuel oil. Y lo que exportamos –naftas petroquímicas y fuel oil, en verano– no se consumen localmente.
–Esso dijo que en los últimos días hubo una corrida especulativa de los automovilistas que quieren tener el tanque lleno.
–Estoy en total desacuerdo. El problema no es del consumidor, que es el único que pone dinero en la compañía.
–¿Si los combustibles costaran lo mismo en dólares que en países limítrofes los consumidores cargarían la misma cantidad?
–Obviamente que no. Pero nadie dice que tienen que ir al valor internacional. Nuestro negocio tiene dos puntas: los clientes a quienes les vendemos y las petroleras a las que les compramos la materia prima. Mi precio de venta depende de a qué precio compro.
–Los productores petroleros también se quejan de que venden internamente el petróleo barato.
–Es así. Tenemos una disputa en la Justicia por interpretar la resolución 394, que impone un valor de 42 dólares el barril. Para nosotros es el techo. Para las petroleras el piso, que corresponde al crudo más pesado y barato. Pero cuando Energía informa a la Aduana sobre cómo liquidar las retenciones, convalida nuestra interpretación.
–¿Le parece que hay un trato preferencial del Gobierno hacia Repsol?
–No soy yo el que debe juzgar si hay preferencia. Lo que sí hay es un trato discriminatorio respecto de Shell.
–¿Por qué no quiso vender su red a Pdvsa?
–Nunca conversamos con Pdvsa (Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima). En enero del 2005 analizamos si quedarnos y resolvimos que sí.
–¿La nueva refinería que impulsa Moreno sería una solución a la escasez?
–No es viable a menos que sea sostenida con muchos subsidios.
–La última discusión con Moreno fue por negarse a embanderar estaciones.
–Nosotros no vendemos a las estaciones blancas por política comercial. Comprometerse a ampliar la red es hipócrita, porque se dejaría de abastecer a estaciones de bandera para tomar a otras.
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