Podría interpretarse como el apresuramiento de una empresa que busca maximizar sus ganancias. O bien podría leerse como la antesala de un nuevo fracaso del Gobierno. Lo cierto es que, al mismo tiempo que los funcionarios del Ejecutivo aseguraban que buscarán un acuerdo con las petroleras para frenar las alzas de los combustibles, Esso anunció el aumento en el precio del gasoil del 4,8 por ciento, a 1,299 peso.
Más allá del contratiempo, la intención del Gobierno es que las petroleras frenen los incrementos al menos hasta fin de año. Así lo reveló el propio secretario de Energía, Enrique Devoto. El funcionario destacó además que está confiado en llegar a un acuerdo con las empresas durante la próxima semana. No obstante, se mostró cauteloso: “No hay que olvidar de que se trata de un mercado desregulado. Pero ya se iniciaron conversaciones con las petroleras para tener fijo el precio de los combustibles al menos hasta fin de año”, dijo el secretario. Una de las temas que se analiza es rever la estructura impositiva de la comercialización de los combustibles.
A su vez, Devoto admitió que podría utilizarse una “cláusula gatillo” para el caso que el precio del crudo se dispare en virtud de la tensa situación internacional que se vive ante la posibilidad de un ataque militar de los Estados Unidos a Irak. “Sería una regulación acordada”, añadió. A su vez, apuntó que en caso de que las compañías se resistan a un acuerdo, el Estado asumiría un rol más activo para evitar mayores alzas de los combustibles.