ECONOMíA › ENTRE POSTURAS NEGOCIADORAS SIN RESULTADO Y LAS QUE DINAMITAN LOS PUENTES
Las entidades tuvieron actitudes diferenciadas frente a los debates de ayer en el Congreso. Federación Agraria mantuvo canales abiertos de negociación, aunque sin resultados. CRA optó por la confrontación abierta.
› Por Raúl Dellatorre
En una jornada en la que el eje pasó por el debate en comisiones de los contenidos de los proyectos en danza (leyes de arrendamiento y de retenciones móviles), quedaron marcadas ciertas diferencias en los planteos de cada entidad. Mientras unos reclaman, como prioridad, cambios en el régimen de compensaciones para ampliar sus alcances a una franja mayor de medianos productores (Federación Agraria), otros cuestionan la facultad del Ejecutivo de decidir la aplicación de retenciones a las exportaciones y demanda que sea el Congreso el que las fije, con un techo inferior al vigente (Sociedad Rural, Confederaciones Rurales). La otra diferencia percibida ayer fue el tono de confrontación elegido: Federación Agraria y Sociedad Rural buscaron incidir en los proyectos en discusión a través de propuestas técnicas o negociaciones reservadas. Mario Llambías, titular de CRA, optó por provocar polémica, mandando al psicólogo al jefe político del oficialismo, Néstor Kirchner.
Las entidades siguieron de cerca el debate sobre la Ley de Arrendamientos en la Comisión de Legislación General, a través de técnicos que estuvieron atentos para arrimar sugerencias de modificaciones al texto en discusión. Como el proyecto tiene buena acogida entre los dirigentes agropecuarios –al menos, ninguno podría elevar la voz en su contra–, el trámite se ve aliviado.
El seguimiento del proyecto sobre retenciones móviles, en las comisiones de Agricultura y Presupuesto, fue más intenso y áspero. En principio, las cuatro entidades mantuvieron una reunión de la Mesa de Enlace casi en paralelo a la sesión en Diputados, aunque sin emitir un pronunciamiento. Pero, además, a esta altura no hay un pensamiento único de la Mesa respecto del proyecto y los cambios a los que se aspira.
Entre el bloque oficialista y la Federación Agraria hubo ayer varios canales abiertos de negociación. A su vez, los negociadores por el bloque mantenían permanentes consultas con las máximas instancias del Gobierno y el partido gobernante (Alberto Fernández y Néstor Kirchner), chequeando hasta dónde había margen de flexibilización. La demanda de la entidad agraria era que se elevara el margen de producción de soja a compensar (el proyecto oficial lo fijó en 750 toneladas). Pero, además, reclamaban que se eliminen los topes de extensión de las explotaciones (150 hectáreas en zona pampeana, 350 hectáreas en el resto), porque achica mucho el margen de producción que podría reclamar compensaciones. En este punto, hay acuerdo de algunos referentes del bloque del FpV, pero no hay una definición política superior que habilite tal flexibilización. Hasta noche, las gestiones parecían en vía muerta.
La posición de Sociedad Rural y de Confederaciones Rurales se instala en un terreno mucho más alejado de cualquier espacio de negociación. Cuestionan la facultad del Ejecutivo de fijar el valor de las retenciones, por considerar a éstas un impuesto. Y reclaman que sea el Congreso el que las defina (no que convalide, simplemente), respetando, además, un porcentaje máximo. Obviamente, este planteo no entra ni en la consideración de las autoridades del Gobierno.
Esta diferencia de criterio se vio plasmada ayer en la concurrencia de Luciano Miguens y Mario Llambías al Congreso con la intención de presenciar el debate en las comisiones. No pudieron. Entonces, siguieron la discusión desde un despacho cercano que ocupa un bloque de oposición. Eduardo Buzzi, de Federación Agraria, no los acompañó.
Ya de noche, Llambías, con sus declaraciones, marcó otro matiz diferenciador, y no menor. Esta vez, incluso respecto de Miguens. Elevando el tono de confrontación con el Gobierno, Llambías respondió a dichos de Néstor Kirchner sugiriendo que “tiene que ir al psicólogo, tiene problemas muy serios y le hace mucho daño al país”, al calificar de “golpistas” a los dirigentes rurales. También le recomendó “al presidente (sin aclarar que se refería al PJ) que tenga cuidado, ya que está apretando a los diputados y ayer tuvo una actitud no recomendable con quien es el presidente de la Corte Suprema de Justicia”, Ricardo Lorenzetti. La provocación pareció orientada a buscar la reacción de Kirchner para romper los puentes de negociación, para evitar la aproximación del Gobierno con otras entidades.
Alfredo De Angeli, en tanto, advirtió por un lado que si la definición se dilata, en vez de enfriar la situación “se pondrá más caliente”. Pero, por otro, observó que la protesta en la ruta “ya fue”, sin descartar otros métodos.
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