Mar 15.07.2008

ECONOMíA  › LA FED Y EL TESORO DE EE.UU. SALIERON AL RESCATE DEL SISTEMA FINANCIERO

Al final, el Estado salva bancos

En la meca del mercado libre, el Estado salió a cubrir millonarios quebrantos del sistema bancario por irresponsables estrategias de exposición en especulativas operaciones inmobiliarias. Intervención oficial en el californiano IndyMac.

Las autoridades monetarias en Estados Unidos lograron comprar un poco de tiempo en el mercado, mientras analizan la manera de superar esta nueva etapa de fuerte inestabilidad financiera. Lejos de encontrar la calma, los bancos siguen siendo noticia por la fragilidad de sus carteras de activos, muy vinculados con el sector hipotecario. Desde la Reserva Federal y el Tesoro de los Estados Unidos se anunciaron refinanciamientos, mayores controles e intervenciones directas sobre algunas entidades. El objetivo es brindar calma a ahorristas y a inversores. El secretario del Tesoro, Henry Paulson, informó ayer un incremento de la línea de crédito para las dos principales entidades hipotecarias del país, Fannie Mae y Freddie Mac, que representan cerca de la mitad de los préstamos para viviendas. La Fed, por su parte, ajustó la regulación de los créditos inmobiliarios, para defender a los consumidores de prácticas especulativas.

El gobierno de George W. Bush salió nuevamente al socorro de entidades bancarias, con el objetivo de frenar otra corrida. De todos modos, los aportes de capital no logran enmascarar la fragilidad de los mercados y de la economía de ese país. “Se logró morigerar la situación, pero la pregunta que sigue latente es: ¿de cuánto son las pérdidas? Todo va a depender de si los bancos se pudieron sacar el pescado podrido de encima”, dijo a PáginaI12 Camilo Tiscornia, socio de la consultora Castiglioni, Tiscornia & Asociados.

La incertidumbre generó durante la jornada de ayer interminables colas para retirar sus depósitos, en tanto las acciones de las principales entidades financieras se derrumbaban en la plaza bursátil. Un grupo de 300 personas se reunieron en la puerta del banco californiano IndyMac, para retirar su dinero. El temor de los ahorristas se acrecentó cuando el gobierno estadounidense anunció que intervendría la entidad, que ayer reanudó sus actividades bajo el nombre de IndyMac Federal Bank. Desde el 27 de junio último, los clientes retiraron 1300 millones de dólares, ante el temor por la solidez del banco que contaba en su cartera con gran participación de deuda hipotecaria. La del IndyMac se trata de la segunda mayor caída bancaria de la historia de Estados Unidos y es la quinta entidad que colapsa este año debido a la escalada de la morosidad y la ejecución de préstamos inmobiliarios, especialmente en el sector de las hipotecas “subprime”.

Otro castigado fue el banco neoyorquino Lehman Brothers, que ayer seguía hundiéndose en Wall Street, alcanzando un nuevo mínimo histórico. La justificación de la ventas descansa en que en su balance puede observarse que, al menos, dos tercios de su actividad también reposa sobre el mercado hipotecario, según explicó a este diario el responsable de una banca de inversión extranjera. La acción de Lehman alcanzó a retroceder un 4 por ciento, a 13,84 dólares, y suma una baja de 33 en la última semana y de 79 desde febrero.

La estrategia de las autoridades estadounidenses, en tanto, sigue siendo el salvataje indiscriminado. El titular del Tesoro anunció ayer la ampliación de las líneas de crédito que Fannie Mae y Freddie Mac tienen en el organismo, estimada en 2225 millones de dólares para cada una. Esa línea fue establecida hace 40 años, cuando la deuda de las entidades era mucho menor de la que se estima ahora (que asciende a 800.000 millones de dólares en el caso de Fannie, y de 740.000 millones para Freddie). Estos bancos “juegan un papel fundamental en nuestro sistema hipotecario y deben seguir haciéndolo en su calidad actual de empresas controladas por accionistas”, dijo Paulson. Tiscornia sostuvo que “no pueden dejarse a su suerte bancos de tal envergadura”. De todos modos, criticó que no se discrimine a la hora de salvar a los bancos, aunque reconoció que “es muy difícil echar culpas”.

El programa de ayuda se complementa con la acciones que llevará adelante la Fed. La Reserva dejará a la entidades refinanciarse en su ventanilla de redescuentos, concebida en principio para los bancos comerciales y recientemente ampliada a los bancos de inversión. La ayuda del banco federal podría tener un efecto inmediato, pero la decisión del Tesoro debe aún ser avalada por el Congreso. La entidad que conduce Ben Bernanke endureció además los requisitos para acceder a las líneas de crédito hipotecario.

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