El proyecto de reestatización de Aerolíneas Argentinas volverá a poner a prueba la mayoría kirchnerista en el Congreso. Las cabezas de la bancada oficialista en Diputados están más “tranquilas” que cuando tuvieron que encolumnar –con poca fortuna– a su propia tropa detrás de las retenciones móviles. Aunque reconocen que después de la disputa con los ruralistas “cada iniciativa deberá reunir los consensos necesarios”. Por eso decidieron no sancionar a sus legisladores díscolos, pero afirman que “algunos” de ellos ya no tienen retorno, porque “apuestan a sus propios proyectos políticos”. Una lista que, entre los diputados, encabezan Felipe Solá y Graciela Camaño. Si bien el ex gobernador bonaerense desmintió que presentará un proyecto propio para la expropiación de la aerolínea de bandera, Solá ya se reunió con el crítico gremialista aeronáutico y ex funcionario Ricardo Cirielli y otros diputados rebeldes en busca de una alternativa al proyecto oficial.

El monitoreo del bloque oficialista sobre el tema AA es diario y en permanente contacto con el Gobierno. Ayer, el jefe de la bancada K de diputados, Agustín Rossi, volvió a transmitirle tranquilidad al jefe de Gabinete, Sergio Massa, en una conversación telefónica. El propio presidente de la Cámara baja, Eduardo Fellner, dejó más de costado su trabajo institucional para volcarse, junto a Rossi, a la reconstrucción del resquebrajado bloque del Frente para la Victoria.

“No hubo ni habrá sanciones”, repiten cerca del tándem Fellner-Rossi. Todos esgrimen el mismo ejemplo para demostrar que ésa es la actitud y no otra: Zulema Daher continúa presidiendo la comisión legislativa de Transporte, donde se discute el proyecto de AA, a pesar de que la diputada salteña votó en contra de las retenciones móviles.

“Es cierto que después del conflicto con el campo, el trabajo con los diputados del bloque no puede ser el mismo. Como también está claro que no todos los temas son tan ríspidos. En el tema de Aerolíneas consideramos que tendremos los votos necesarios para aprobar el proyecto del Gobierno”, ratificaron las principales espadas kirchneristas en Diputados ante este diario. Tampoco los sorprendió que Solá “amagara” con un proyecto propio sobre AA. Al bonaerense ya lo ubican fuera del oficialismo, aunque no serán las autoridades del bloque quienes le señalen la salida a Solá. Quieren que sea el propio ingeniero quien pegue el portazo.

“No es cierto que yo esté trabajando ni haya presentado un proyecto de expropiación de Aerolíneas. No tengo claro que sea el mejor instrumento, estoy estudiando el tema”, dijo Solá a PáginaI12. El bonaerense también hizo su propia interpretación del “cambio de humor” en el Gobierno sobre el proyecto oficial: “El acto del anuncio en Casa de Gobierno fue una fiesta, pero lo de (Ricardo) Jaime ayer en la Comisión de Transporte fue un velorio. Es una decisión que obliga a optar al Congreso entre lo malo y lo peor”.

Solá se mostró ayer muy activo en recopilar “información” sobre AA. Se reunió por la mañana con Cirielli –el ex funcionario es uno de los más críticos del proyecto oficial– en el gremio del personal técnico aeronáutico (APTA) y de allí se trajo una enorme carpeta. Por la tarde dialogó con varios diputados que trabajaron junto a él en el tema retenciones y recibió en su despacho a la pampeana Irma García. “Seguramente vamos a trabajar con ella”, contestó en referencia a otra diputada: la cobista Laura Montero. Nadie puede afirmar si esta vez Solá logrará sumar tantos díscolos detrás de otra iniciativa sobre Aerolíneas. Aunque, si lo repite –como con las retenciones móviles–, podría ser su última actuación parlamentaria como miembro del bloque oficialista.