La tasa de desocupación se ubicó en el segundo trimestre en el 8 por ciento, medio punto por debajo del nivel del mismo período del año anterior, según el anticipo de datos que presentó el Indec ayer. Dichas cifras representan un total de 898 mil personas desocupadas en los 31 aglomerados urbanos que se toman para la medición. Con respecto a un año atrás, significa que habría 37 mil desempleados menos.

Esta escasa cantidad de beneficiarios respecto de una baja en la tasa de desempleo aparentemente importante (de 8,5 a 8,0 en un año) se explica por la caída en la tasa de actividad. Es decir, que la proporción de población que participa del mercado de trabajo (teniendo empleo o buscando uno) fue este año menor a la del año pasado, al pasar de 46,3 a 45,9 por ciento. Bajó la tasa de desempleo (medida como proporción de la población económicamente activa), pero paradójicamente bajó al mismo tiempo la tasa de empleo, de 46,3 a 45,9 por ciento (medida en relación con la población total). Los que aumentaron no son los desocupados, sino los inactivos (que no salen a buscar empleo).

Más significativa resulta la cifra de subocupados que mejoraron su condición laboral (aunque ya figuraran como ocupados), pasando a estar categorizados como ocupados plenos. De acuerdo con las cifras comparativas entre los segundos trimestres de 2007 y 2008, unos 155 mil subocupados de hace un año habrían pasado a ser ocupados plenos. Medido en tasas, la subocupación pasó del 10 por ciento en 2007 a 8,6 en 2008.

La Encuesta Permanente de Hogares, en base a la cual se elaboran los indicadores para el mercado de trabajo, se realiza actualmente sobre 31 aglomerados urbanos. Este conjunto nuclea una población de referencia de poco menos de 25 millones de habitantes. De acuerdo con los datos recogidos para el segundo trimestre, de dicho universo 11.177.000 personas formaban la población económicamente activa (45,9 por ciento), de las cuales 10.279.000 fueron estimados como ocupadas y 898 mil como desocupadas. Dentro de los ocupadas, 964 mil fueron informados como subocupadas.

Las estadísticas referidas a cada distrito urbano, por provincia y por región, todavía no fueron difundidos por el Indec. De todas formas, estudios privados hicieron hincapié ayer en la gran disparidad que presenta la situación laboral entre diferentes regiones.

Economía & Regiones, la consultora de Rogelio Frigerio, hizo referencia en particular, en los comentarios que publicó ayer, a la situación de la informalidad laboral en relación con las disparidades regionales. “La informalidad laboral continúa siendo elevada; la fuerte creación de empleo en el sector formal desde 2003 no alcanza a resolver el problema de la informalidad y la precariedad laboral, ya que todavía existe una amplia franja de trabajadores en negro, que se estima en torno del 37,3 por ciento del total de los asalariados”, menciona el aludido informe. “Entre los sectores con mayor proporción de empleo no registrado se destacan el agro, el servicio doméstico, el comercio y la construcción, con gran disparidad a nivel regional: mientras que en el NOA (Noroeste) y NEA (Noreste) la informalidad laboral alcanza a casi la mitad de los trabajadores, en la Patagonia el empleo en negro se reduce a la mitad”.

El mismo informe de E&R apunta que en los datos del segundo trimestre dados a conocer ayer, se observa que la relación entre empleo y producto bruto retrocedió levemente respecto de trimestres anteriores. “Esta caída en la elasticidad empleo-producto obedecería a un menor dinamismo en la creación de puestos de trabajo en ciertos sectores intensivos en mano de obra, como la construcción y actividades comerciales”, refiere.