La reserva energética acumulada para afrontar este año un crudo invierno, que no fue, permitirá encarar el próximo verano sin dificultades, según afirmó el subsecretario de Energía, Luis Alberto Beuret. El funcionario aseguró que la situación se irá haciendo más holgada a medida que avance el plan 2003-2011, el cual representa una inversión de más de 57.000 millones de pesos. El programa representa infraestructura ejecutada y en ejecución. En la misma línea se manifestó el gerente de estudios de Cammesa, la empresa que administra el mercado mayorista eléctrico, Juan Budilo: “Terminamos el invierno en óptimas condiciones y nos preparamos para el siguiente igual”.

Luego de la crisis energética del año pasado, debido a la sequía en los diques y a las temperaturas sumamente bajas, el Gobierno extremó los cuidados para no repetir el problema. Pero un invierno mucho más benigno permitió al Estado acumular reservas energéticas (gas y electricidad). “El aumento explosivo de la demanda eléctrica nos ha llevado a ejecutar un plan de obras que había quedado desactivado hace 20 años”, dijo ayer el funcionario durante una conferencia sobre el sector energético, que organizó el Plan Fénix. Beuret resaltó entonces que “se están haciendo obras y las empresas están participando”.

La presidenta Cristina Fernández inauguró ayer la Tercera Línea de Yacyretá y se devolvieron a Brasil otros 300 megavatios a través de nueva línea de transporte. “Gracias al invierno benigno de este año, el Gobierno ya devolvió más de 1000 megavatios desde julio último”, dijo Beuret.

El funcionario de Energía anticipó también avances en algunas obras que, a su criterio, permitirán aliviar la matriz energética, aunque reconoció que sigue siendo prioritario el uso racional de la energía. Según adelantó, el transporte de gas “pasará de 121 millones de metros cúbicos que existían en 2003, a 176 millones en 2010”. “En generación eléctrica en 2003 teníamos 17.900 megavatios de potencia instalada y, con todas la obras previstas, vamos a obtener 24.700 en 2010; mientras que las líneas de tensión pasarán de 9000 a 15.600 kilómetros”, agregó el subsecretario. Entre las obras en marcha, aunque con distintos grados de avance, Beuret enumeró: el Plan de Transporte Eléctrico Federal I y Il, en alta y media tensión; el nuclear, con la reactivación de Atucha II y estudios de una cuarta central; el desarrollo de energías renovables y el de aprovechamientos hidroeléctricos.

Respecto del gas, la definición del ejecutivo de Cammesa fue categórica: “El sistema de gas está estructuralmente diseñado para ser insuficiente”. Jorge Haiek, de Enarsa, dijo en tanto que “el gas natural logró reemplazar al petróleo, pero aún existen 6,5 millones de hogares que no tienen acceso a la red y no la van a tener”. Haiek, unos de los directores de la estatal, consideró como estrategia “prohibir el uso del GNC en autos, seguir intensificando el transporte ferroviario y avanzar hacia un gasoducto troncal”. El directivo consideró además que “la exportación de crudo fue una política equivocada en relación con el horizonte de reservas”.

Por su parte, el subsecretario de Energía dijo que “la planificación del nuevo modelo de desarrollo energético encarado por el Gobierno no está basado sólo en cálculos matemáticos, ya que además introduce variables de la realidad nacional, regional e internacional en la materia”. En los programas energéticos hay un “solapamiento” de la soberanía provincial y nacional, que “nos obliga trabajar con las provincias codo a codo”, ejemplificó. “El plan de energía eléctrica no es sólo el cambio de lamparitas, sino que requiere un cambio en la mentalidad de la gente; de lo contrario no lo vamos a lograr aunque cambiemos 20 millones de focos”, afirmó. De esta manera se alejó de los “neoliberales” que sostienen que el consumo de energía es desmedido por lo barato del servicio y citó el ejemplo de Santa Fe, donde “la energía cuesta tres veces y media más y el consumo no para de crecer”.