En las próximas semanas, se definirá el aumento en las asignaciones familiares, según expuso el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. “Es una medida muy distributiva, así que seguramente en algún momento, como hacemos todos los años entre agosto y octubre, se adoptará”, explicó el funcionario. Sin referencias al monto del ajuste –aunque desde hace semanas se viene hablando de un aumento del 25 por ciento–, Tomada generó expectativas de que muy pronto se dará satisfacción a la demanda de la CGT, justo 24 horas después que Hugo Moyano hiciera pública su disconformidad con lo exiguo del aumento en las deducciones en el impuesto a las ganancias. Mientras el dirigente camionero insistió ayer en el cuestionamiento, Tomada diferenció el peso del impuesto a las Ganancias, que sólo recae “sobre un 5 por ciento de los trabajadores”, de la incidencia de las asignaciones familiares, que favorece a los salarios más bajos. En fuentes oficiales, se adelantó que, por reglamentación, se determinará que aquellos trabajadores con saldo a favor en el impuesto a las ganancias –por el recálculo desde enero en base a los nuevos valores de deducciones personales– dejarán de pagar el tributo hasta compensar el saldo, y recién tendrían una devolución a fin de año si siguen teniendo crédito a su favor.

Moyano volvió a cargar ayer sobre el esquema de disminución de deducciones para los salarios mayores, conocido como “la tablita de Machinea”. Al ser consultado sobre su probable eliminación o modificación, Tomada respondió evasivamente. “Lo iremos trabajando”, dijo, atajándose luego del reclamo de la CGT. “Piden bajen la tablita, bajen la tablita, pero después hay que tener recursos para subir las asignaciones familiares.”

Según la tablita, los asalariados con ingresos netos superiores a los 91 mil pesos anuales (7 mil mensuales) sólo podrán tomar el 50 por ciento de las deducciones o menos, ya que la pérdida de deducciones se incrementa a mayor nivel de ingresos. A partir de los 221 mil pesos (17 mil mensuales), no se puede descontar ninguna deducción.

Aunque el ministro desechó elípticamente la posibilidad de que se “toque” la tablita en el corto plazo, fuentes cercanas al Gobierno aseguran que la presidenta, Cristina Fernández, les encargó a Carlos Tomada y al jefe de Gabinete, Sergio Massa, que elaboren una modificación del esquema de la tablita a partir de enero de 2009. Dicho de otro modo, proponer de dónde saldrán los recursos para compensar el sacrificio fiscal.

Mientras tanto, Tomada se ocupó de subrayar que “cada año, el gobierno anterior y el actual vienen modificando el mínimo no imponible del impuesto”, como consecuencia de lo cual “cada vez hay menos trabajadores obligados a pagar el tributo”. Comparó los 330 mil trabajadores que van a pagar este año el gravamen con los 5,5 millones de trabajadores comprendidos en convenios colectivos. “Sólo el 6 por ciento de los trabajadores, y de altos ingresos”, estará alcanzado por el impuesto, destacó.

Los 4015 pesos mensuales para los trabajadores sin carga de familia, y los 5554 pesos para los que tengan cónyuge y dos hijos a cargo, que la nueva escala fijó como montos salariales netos no gravados, representa un beneficio que, en el mejor de los casos, supondrá un incremento del 2 por ciento en la remuneración que reciba el trabajador. Sin embargo, como la aplicación es retroactiva a partir de enero, cada empleado al que se le retuvo por Ganancias tendrá un crédito a favor que se reflejará en mayores ingresos de bolsillo en lo que resta del año. De fuente oficial, se conoció ayer que, por reglamentación, se cubrirá a las empresas para que no se vean obligadas a devolver el importe total a favor de sus empleados de una vez, sino que lo puedan descontar mes a mes hasta su agotamiento o hasta la devolución del saldo con la liquidación final del año.