La construcción se recuperó en julio, al crecer 7,5 por ciento respecto de igual mes del año anterior. De esta manera, pudo más que compensar la caída previa, cuando los cortes de rutas derivados del lockout ruralista impidieron el normal abastecimiento de insumos. Contra junio, la actividad se incrementó 10,6 por ciento, según informó ayer el Indec. Los permisos de edificación –una variable que refleja la evolución de proyectos concretos de obras– se ampliaron 25,3 por ciento, aunque en el sector reconocen que en Capital y Gran Buenos Aires esa expansión es menor. En el interior, las provincias ligadas a la producción agropecuaria son las que evidencian el mayor ritmo.

El indicador sintético de la construcción reveló además que en los primeros siete meses del año el sector sumó un crecimiento de 9,0 por ciento respecto del acumulado en igual lapso de 2007.

Las ventas de insumos al sector registraron variaciones dispares. El hierro redondo para hormigón subió 28,1 por ciento; ladrillos huecos, 24,7; cemento, 6,9; y pisos y revestimientos, 4,0. En baja se destacaron las ventas en asfalto, 19,3 por ciento, y pinturas, 6,4. En comparación con junio, todos los rubros mostraron variaciones positivas.

En el relevamiento del sector suelen existir elementos exógenos, como lluvias, que hacen variar el resultado. En junio pasado, la tormenta la trajo el campo. “Los piquetes en las rutas y los cercos que se hacían a las cementeras desviaron los insumos y perjudicó a la actividad”, explicó a PáginaI12 José Rozados, responsable de la consultora Reporte Inmobiliario.

Rozados indicó que “mejor que analizar la actividad midiendo las ventas es bucear en los permisos de construcción, ya que los números actuales corresponden a decisiones de uno, dos y hasta tres años atrás”. Los cálculos del Indec dan cuenta que la superficie a construir registrada por los permisos de obra registró en julio un aumento de 38,2 por ciento contra junio y de 25,3 contra igual mes de 2007. El valor acumulado sobre una nómina de 42 municipios de todo el país registra un avance de 3,9 por ciento, debido a una fuerte caída en el primer semestre. “Esto nos alerta de lo que hay que esperar en el futuro”, agregó el directivo.

Las previsiones del sector también mostraron una leve mejoría, salvo en la contratación de nuevos trabajadores. Más de la mitad de los entrevistados cree que no habrá cambios en la actividad. Respecto del personal ocupado, sólo un 6,8 por ciento de las firmas con emprendimientos públicos prevé incrementar su dotación, y en obra privada, un 3,6. El resto espera que se mantenga o, en el peor de los casos, se reduzca. Este pronóstico puede complicar una realidad ya bastante precaria y de informalidad en que opera la actividad.