ECONOMíA
“No es un capricho, pero no les vamos a pagar con las reservas”
El Gobierno ratificó que esta semana no pagará al Banco Mundial un vencimiento de la deuda. Entonces, habrá plazo hasta el 9 de noviembre para evitar el default. En Economía afirman que habrá acuerdo.
“En cualquier momento, Roberto puede viajar (a Washington)”, dijo un estrecho colaborador de Roberto Lavagna. Pese a que el acuerdo con el FMI se sigue demorando, en Economía dicen que ahora es Lavagna quien maneja los tiempos de la negociación. Y se muestran confiados en que Washington no dejará que el país caiga en default con los organismos internacionales. Esta semana, el Gobierno ratificará en los hechos el anuncio de no pagar más con las reservas del Banco Central los próximos vencimientos de deuda con los organismos. Entonces, habrá tiempo hasta el 9 de noviembre para cerrar trato, si no el Banco Mundial deberá declarar en cesación de pagos al país.
Ayer el vicejefe de Gabinete, Eduardo Amadeo, confirmó que el Gobierno no pagará el miércoles próximo, 9 de octubre, un vencimiento de 250 millones de dólares con el Banco Mundial. En el resto del mes, hay vencimientos por otros 800 millones de dólares. “No es una posición caprichosa”, afirmó Amadeo. “Tenemos 9400 millones de dólares de reservas y 9700 millones de vencimientos” hasta mayo del año próximo, explicó luego. En lo que va del año, la administración Duhalde ya pagó más de 4000 millones de dólares al Banco Mundial, BID y FMI, con reservas del Banco Central, el único instrumento a mano del gobierno para evitar un estallido del dólar. “Hay que encontrar un camino que nos impida el peor de los mundos, que sería ir pagando e ir secándonos de reservas”, concluyó el vicejefe de Gabinete.
Después de que el Gobierno incumpla el vencimiento del miércoles se abrirá un período de un mes, hasta el 9 de noviembre próximo, al final del cual si no existe acuerdo con el FMI el Banco Mundial declararía el default. Como es sabido, sólo en el marco de un programa con el Fondo, el Banco Mundial y el BID estarían, legalmente, autorizados para refinanciar créditos otorgados al país que vencen en el corto plazo.
En Economía están convencidos de que el acuerdo con el Fondo llegará antes del “Día D”. El viernes último, Lavagna negó que fuera a viajar a Washington hoy, como había insinuado dos días antes. “Roberto se ha puesto muy duro. Cualquier cosa que le plantean, dice bueno, entonces no viajo”, interpretó ante este diario un funcionario lavagnista. En realidad, el ministro no quiere arriesgarse a un nuevo fracaso. Sabe que viajar sin tener las garantías suficientes de que regresará con el acuerdo bajo el brazo podría significar un nuevo revés político para el gobierno. “Lavagna tiene que viajar con el acuerdo cerrado, con las negociaciones abiertas y el ministro allá saben que nos pueden pedir cualquier cosa. Volver sin nada sería un papelón”, admitió la misma fuente. “Pero Roberto puede viajar en cualquier momento”, agregó, optimista.
El Fondo insistió en los últimos días con una serie de condiciones: liberación del mercado cambiario, ajuste de tarifas públicas, reestructuración de la banca pública. Sin embargo, en Economía dicen que ninguna de estas cuestiones fueron planteadas al secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, que lidera las negociaciones en Washington, como condiciones previas al acuerdo.
“Realmente están dispuestos a arreglar de alguna manera el tema de los vencimientos del Banco. Todas las personas con las que hablé en Washington me dijeron lo mismo: no quiere que Argentina entre en default”, contó el estrecho colaborador de Lavagna. No obstante, el funcionario reconoció que la principal diferencia radica en las características del acuerdo. En Washington pretenden un programa lo más acotado posible, a lo sumo hasta mediados del año próximo, para que la futura administración se siente a negociar apenas asumida. Lavagna, en cambio, quiere dejarle despejado el camino al próximo gobierno, al menos, hasta diciembre de 2003.
“Lo nuevo es que entendieron que a este gobierno no se le pueden pedir más cosas y que no se puede esperar hasta el próximo gobierno”, sostienen en Economía al preanunciar la inminencia del acuerdo. Y justifican desde el sentido común por qué el Fondo no debería seguir poniendo condiciones en el camino: “Liberar el mercado cambiario es la híper, es el dólar a 7 mangos.Ellos lo saben, y dejan abierta la puerta para ir haciéndole paulatinamente”.
–¿Y el ajuste de tarifas? –preguntó este diario.
–Quieren que haya gestos, que haya reuniones. Pero no pueden pedir una medida concreta. Cualquiera de estas medidas, mal implementadas, te lleva a la ingobernabilidad –respondió el funcionario, que confía, tal vez demasiado, en que el sentido común prevalezca en el Fondo.