La providencia divina, o el insólito interés de un ignoto inversor, habría permitido que la aerolínea Dinar tenga un nuevo comprador. Un grupo de capital de origen presuntamente español, comandado por el argentino Martínez López, era hasta anoche firme candidato a quedarse con la empresa que hace sólo dos meses compró otro no menos extraño interesado: el libanés Fayez Chehab y sus socios estadounidenses, un fondo de inversión integrado por médicos de Illinois. Si la operación se concreta, Dinar podría continuar sus obligaciones y los 350 empleados estarían en condiciones de mantener sus empleos, tal como celebraba ayer el diputado del ARI y titular de la Asociación del Personal Aeronáutico, Ariel Basteiro. Entre otras propiedades, el fondo administrado por Martínez López tiene restaurantes, hoteles, explota los espacios comerciales de TBA y, básicamente, es el flamante comprador de LAER, otra de las aerolíneas locales en crisis. La oferta incluiría asumir el pasivo y hacerse cargo de los mantenimientos de rutina de las tres aeronaves que integran la flota de Dinar, dos de las cuales no pueden volar sin esa reparación técnica.