Mar 04.11.2008

ECONOMíA  › CONSECUENCIAS DE LA CRISIS GLOBAL. LA RECESIóN EN ESTADOS UNIDOS Y EUROPA

Temblores del Norte, tropiezos del Sur

Las noticias de Estados Unidos indican que se consolida la recesión. Europa, con España a la cabeza, acusa el golpe. El Cono Sur no podrá sustraerse, aunque el golpe vendrá atenuado, según analistas que pasaron por IDEA la semana pasada.

› Por Cledis Candelaresi

A horas de la elección presidencial en Estados Unidos, la tradicional casa de electrodomésticos Circuit City anunció el cierre de 155 locales y una reducción drástica de personal, consecuencia del derrape en sus ventas. Del otro lado del Atlántico, la Comisión Europea anunciaba que ese continente entrará en recesión técnica, con España a la cabeza de los afectados: la parálisis del mercado inmobiliario y de crédito llevaría la desocupación al 15 por ciento en poco más de un año. La única resolana en este escenario ensombrecido, la baja del petróleo, es para muchas naciones petroleras una verdadera catástrofe fiscal. Quedan pocas dudas de que los países emergentes como Argentina no podrán sustraerse al impacto negativo de la crisis financiera, que recorta inversiones y achica el consumo en todo el planeta. Sin embargo, hay indicios de que en el Sur de América la tormenta podría ser algo más atenuada y corta.

Los datos de ayer componen un cuadro catastrófico para la economía de los países centrales. Europa crecerá en 2008 un 1,2 por ciento, valor que retrocederá al 0,1 por ciento en 2009. Como estas bajas se registrarán por más de dos trimestres consecutivos, implican una recesión desde el punto de vista técnico. “El horizonte económico se ha oscurecido en forma significativa (...). La crisis financiera está golpeando la confianza de los empresarios y consumidores”, explicaba ayer el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia.

Esta debacle tendrá su correlato en el incremento de la desocupación, que subirá del 7,2 por ciento al 8,7 para 2010 en toda la eurozona. El problema se agrava drásticamente en España, que en los últimos años registró una bonanza superior al resto de las naciones del continente. El año próximo la economía española se contraerá 0,2 por ciento y el desempleo llegará al 13,8 por ciento, con perspectivas de subir al 15 en 2010. En gran medida, esto es consecuencia del parate en la construcción y extinción de la burbuja inmobiliaria, que alimentan el universo de trabajadores desocupados. Para ellos, José Luis Rodríguez Zapatero anunció ayer una moratoria de la mitad de los créditos hipotecarios.

Estados Unidos tampoco se sustrae de la debacle. Circuit City purgó de un plumazo al 17 por ciento de sus casi 50 mil trabajadores y suspendió la apertura de nuevos locales; los índices de la construcción están para abajo y las ganancias de Goodyear vienen en picada: de 668 millones de dólares en el tercer trimestre del año pasado cayeron a 31 millones en el actual. Ni la buena noticia de que el petróleo cayó 2,41 dólares (a 65,40 el barril) en el mercado neoyorquino alcanza para despejar el panorama.

Mientras las economías más grandes del mundo se reacomodan, las de los emergentes intentarían capear el temporal que limitará sus exportaciones y el ingreso de capitales. Aunque parezca paradójico, proliferan los ahorristas que sacan dinero de los bancos para apostar a la deuda soberana de las naciones centrales, justamente, epicentro del problema.

China es una gran esperanza. A pesar de sus propios sacudones coyunturales, seguirá demandando alimentos, cuyos precios internacionales habrían llegado a su piso. Finalmente, el ex titular del Central y actual director de YPF, el economista Mario Blejer, lo dejó en claro el otro día durante su presentación ante los empresarios de Idea: el 82 por ciento del comercio externo de los países emergentes no va hacia los países centrales, lo que facilitaría el “desacople” de esas resentidas economías.

Brasil es otro jugador clave, en particular para la Argentina. Y si bien hoy está acusando recibo de los cimbronazos financieros, seguirá creciendo y aspirando productos argentinos. Según estimaciones oficiales, su PBI subirá algo menos del 4 por ciento este año; pero se espera que ese registro roce el 5 por ciento anual en el próximo lustro.

Hernán Lacunza, jefe de economistas del Central, usó la misma tribuna para dar aliento respecto de la suerte local en esta coyuntura difícil. “El sistema financiero tiene suficiente liquidez –sentenció el colaborador de Martín Redrado–. Hoy existe un 20 por ciento de disponibilidad que sube al 40 por ciento si se consideran las Lebacs y Nobacs.” Fronteras adentro, no debería escasear el crédito.

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