La economía va a seguir creciendo, pero menos, reconoció ayer el titular del Palacio de Hacienda, Carlos Fernández. La depreciación de la moneda y la reducción del producto interno en los países con los que comercia la Argentina serán los canales de contagio de la crisis financiera. “Habrá saldos (exportables) que no lograrán colocarse en esos países”, agregó Fernández. Si bien admitió que existirá un “impacto indirecto” sobre la economía local, el ministro insistió en que se llevarán a cabo “distintas medidas” para enfrentar esa situación. El funcionario cerró ayer la primera jornada de la conferencia anual de la Unión Industrial Argentina, en Pilar. Durante el encuentro, los industriales volvieron a pedir medidas tendientes a mantener “la competitividad” del sector fabril, ya sea con una mayor devaluación o con un freno a la “suba de diversos costos”. Al respecto, el titular de la UIA, Juan Carlos Lascurain, salió a tomar distancia de su antecesor, Héctor Méndez, al asegurar que la entidad no respalda recortes salariales a cambio de mantener los puestos de trabajo. Para hoy se espera la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, donde se prevé que anuncie un paquete de medidas de incentivos para ese sector.

Ni blindada ni desacoplada, la economía argentina sufrirá los coletazos de la turbulencia financiera. “La Argentina no verá en 2009 interrumpido su proceso de crecimiento”, aseguró el ministro Fernández, quien de inmediato aclaró: “Vamos a crecer a tasas posiblemente no tan altas a las registradas en los últimos años”. A pesar de no ser la primera vez que el Gobierno reconoce que la situación internacional impactará en la realidad local, Fernández ya dio por hecho una menor tasa de crecimiento del PIB.

Tras un breve recuento de las mejoras en los indicadores socioeconómicos durante la administración kirchnerista, el titular de Hacienda explicó los canales de contagio de la contracción financiera internacional. La debacle mundial “puede afectar a la economía argentina y la dinámica de desarrollo industrial, básicamente por dos canales”, dijo. El funcionario hizo referencia, en una primera instancia, a la depreciación de los tipos de cambio de los socios comerciales de la Argentina. En este punto el foco es Brasil. En los últimos dos meses el real se devaluó bruscamente con respecto al dólar, mientras que el peso no acompañó ese derrape. La respuesta fabril fue otra vez más devaluación. El otro canal de contagio que mencionó Fernández será la disminución de la actividad económica tanto de los países desarrollados como de los emergentes. Debido a esto, Fernández pronosticó que existirán en el sector productivo local saldos exportables que no podrán colocarse en el exterior y una “huida de capitales”. A pesar del complicado panorama que pronosticó para la Argentina, Fernández reiteró que “mantener el empleo es el objetivo supremo del Gobierno”.

En esa misma línea se ubicó también el secretario de Industria, Fernando Fraguío. Enfatizó que el Gobierno busca “mantener el empleo, la productividad y los salarios”. Fraguío, quien evitó adelantar cuáles serán los anuncios que Cristina Fernández de Kirchner realizará hoy, insistió en que “lo importante es que la actividad no se pare”. Finalmente, sólo se limitó a enumerar las acciones que se llevaron a cabo: “Aumento de las licencias automáticas, agilizamos las medidas antidumping, estamos acelerando el pago del 14 por ciento a los bienes de capital para generar caja, subsidios de tasas, fomento de convenios con todas las provincias y apoyo a las pymes en sus viajes y misiones comerciales al exterior”.

Sin embargo, el pedido de los industriales no se hizo esperar. En horas de la mañana, el titular de la UIA fijó posición respecto de las negociaciones entre empresas y sus trabajadores. Abordado por la prensa en los pasillos del Sheraton Pilar, Lascurain se desentendió de los dichos de Méndez, ex presidente de la UIA y actual vocal. “La Unión Industrial tiene una preocupación conjunta con los trabajadores por la crisis, y en ningún momento como entidad gremial empresaria tiene esa suposición de que hay que rebajar salarios”, dijo. Lascurain afirmó haberse sorprendido “muchísimo” ante la declaración de un “vocal” relacionada con la baja de salarios. En la misma defensa salió el titular de la Unión Industrial bonaerense, Osvaldo Rial. “De una crisis se sale con producción y consumo, no pasa por bajar los salarios; por el contrario, son una variable importante para tener un mercado interno activo. Si hay crisis hay que cuidar el mercado interno y buscar otras soluciones”, resumió.

El economista Aldo Ferrer, que disertó en el segundo panel, opinó que el tipo de cambio está “un poco bajo” y descartó que un eventual aumento “tenga incidencia en el costo de vida” (ver aparte). Algo similar había manifestado en la apertura de la jornada el presidente de esta edición de la Conferencia y de la Cámara Avícola, Roberto Domenech. El empresario pidió “retornar al sendero que la economía transitaba hacia fines del año anterior”. Domenech coincidiría luego con el ministro Fernández en la necesidad de “lograr que, ante un mercado interno cuyo crecimiento probablemente experimente una desaceleración en 2009, la producción local no pierda su participación frente a las importaciones”.

Los industriales confían en que el cierre del encuentro previsto para el mediodía cuente con la presencia de la Presidenta. De concurrir, será ese el escenario que elegirá Cristina Fernández para anunciar un nuevo paquete de medidas para amortiguar los efectos de la crisis y mantener el ritmo de crecimiento industrial y de generación de empleo.