Dom 30.11.2008

ECONOMíA  › EL TITULAR DE LA AFIP ANTICIPA LOS PROXIMOS PASOS DEL GOBIERNO EN MATERIA TRIBUTARIA PARA HACER FRENTE A LA CRISIS INTERNACIONAL

“La ‘tablita’ de Machinea requiere un ajuste”

Claudio Moroni revela en este reportaje con Página/12 las líneas para cambiar el sistema de deducciones del Impuesto a las Ganancias. Adelanta que habrá correcciones al monotributo y controles sobre los movimientos financieros. Justifica la moratoria y los blanqueos.

› Por David Cufré

El Gobierno trabaja en una modificación de la “tablita de Machinea” para las deducciones del Impuesto a las Ganancias, en la redacción de una ley para cambiar el monotributo –elevando sus pagos– y en crear una red de controles sobre los movimientos financieros. Lo reveló a Página/12 en un reportaje exclusivo el titular de la AFIP, Claudio Moroni, quien además afirmó que el año que viene aumentará la fiscalización sobre el pago de impuestos. El funcionario defendió el proyecto de ley que concede una amplia moratoria y el blanqueo de capitales y de trabajadores en negro. “Tenemos que adoptar todas las medidas necesarias para que siga el crecimiento”, enfatizó.

–¿Cuál era la necesidad de una moratoria en este momento?

–El mundo está en una coyuntura muy compleja. Todos los días algún país desarrollado entra en recesión. Las noticias son francamente duras. Frente a ese panorama, lo peor que podemos hacer es no adoptar medidas para pasar esta situación lo mejor posible. El punto central de este proyecto es mantener el nivel de formalidad. Incluso nuestra pretensión es salir mejor que cuando entramos. En el pasado, en lugar de adoptar conductas preventivas, lo que se hizo fue aguantar la crisis y al salir estábamos mucho peor en materia de formalidad. Es lo que pasó en 2001.

–Sin embargo, de 2002 en adelante la economía se recuperó y mejoraron los niveles de cumplimiento impositivo sin ninguna moratoria.

–En 2002 tuvimos un decreto especial de pagos que también dio toda una serie de beneficios.

–Pero no fue una moratoria como ésta.

–Lo que queremos es superar la crisis del mejor modo posible. El combate a la evasión en estos años ha sido muy fuerte y exitosísimo. Ahora, nos va quedando un núcleo duro de empleadores que por distintas razones, porque entraron tarde a la recuperación, por cuestiones geográficas o porque no pudieron acceder al crédito bancario, tienen una situación complicada. Este es un punto que hay que entender. La Argentina ha tenido unos años de crecimiento maravillosos, pero sigue habiendo brechas de desarrollo internas. No es lo mismo lo que le pasó a una destiladora de petróleo que a un taller de tornería de Florencia Varela. El dueño del taller hizo lo que pudo. Hay 400 mil empresas como ese taller a las que debemos darles una salida ordenada para que se formalicen.

–En la suspensión de las causas penales por evasión entran pequeñas empresas pero también algunas de las más grandes.

–Si queremos que se anoten en la moratoria, no les podemos pedir que entren, que reconozcan su culpabilidad, que paguen lo que deben, y después seguir con las causas penales. Es un tema técnico. No se puede hacer una cosa sin la otra. Pero el que no pagó sus impuestos, al entrar a la moratoria los terminará pagando. Otra aclaración es que lo único que suspende la adhesión al programa son las causas por delitos tributarios. Algunos que no leyeron bien el proyecto andan diciendo otra cosa. Si hay otro delito, como cohecho o el que fuera, su investigación no se ve afectada por esta ley.

–Una de las críticas centrales a la moratoria es que se comete una injusticia con quienes cumplieron regularmente con sus impuestos.

–Lo más injusto que podemos hacerle al que pagó es no generar los mecanismos para mantener el nivel de actividad económica. Tenemos que adoptar todas las medidas necesarias para que siga el crecimiento. Si no lo hacemos, el que pagó también se verá afectado. Además, si conseguimos que la gente se formalice, a partir del día que lo haga quedará en un pie de igualdad con los cumplidores. Dejará de ser un competidor desleal. Por otra parte, no hay que olvidar que los sectores pagadores han tenido beneficios del Estado. Por ejemplo, un deudor de impuestos no puede ser proveedor del Estado ni de grandes empresas ni puede pedir un crédito blando del Banco Nación.

–El discurso del Gobierno desde 2003 hasta ahora había sido negarse a conceder moratorias para no relajar los niveles de cumplimiento a largo plazo.

–La verdad es que el cumplimiento voluntario no se relaja si la fiscalización se mantiene. Esto de que la gente deja de pagar pensando que en algún momento habrá otra moratoria no lo creo. Si le llega la notita de la AFIP, la intimación de pago y la ejecución fiscal, el contribuyente paga. La conducta se relaja cuando la fiscalización cae.

–¿Y ahora no caerá la fiscalización?

–En esto quiero ser muy claro. El año que viene la fiscalización será mucho mayor que la que tuvimos estos años. No podemos atravesar esta coyuntura con la lógica que se usó en el pasado frente a momentos de crisis. En 2001 todas las administraciones tributarias del país ralentizaron los controles, como para ir pasando el momento. La consecuencia fue que la tasa de evasión de IVA saltó de 27,9 a 34 por ciento. Hoy estamos en 19 por ciento y cuando salgamos de esta situación queremos que sea más baja. No achicaremos los niveles de fiscalización. Al contrario, los vamos a aumentar.

–¿Puede haber una nueva ley para aumentar las sanciones?

–Las sanciones ya son altas. Por ejemplo, en materia de empleo en negro lo que tenemos que mejorar es la fiscalización. Es una tarea compleja que debemos encarar a tres niveles: el de la Nación, las provincias y los municipios. De hecho, estamos celebrando convenios con las provincias. El más llamativo es el que firmamos con la provincia de Buenos Aires para financiar las inspecciones de trabajo. Les vamos a transferir 12 millones de pesos los próximos tres años para aumentar la cantidad de inspectores.

–Algunos dicen que es difícil que haya blanqueo laboral en un momento de caída de ventas, porque es incorporar un costo.

–Es un tema de pronósticos. Lo que vamos a hacer para que ese pronóstico no se cumpla es aumentar la fiscalización. Como somos conscientes de que estamos dando un puente muy razonable para que la gente se incorpore o se mantenga en la formalidad, no tendremos ninguna culpa de origen para fiscalizar de un modo adecuado.

–¿Cambiará la tablita de Machinea?

–Hay una propuesta que se está trabajando dentro del Poder Ejecutivo, que está girando a la espera de algunas definiciones, pero es un tema que reconocemos que requiere un ajuste. Pero un ajuste. Eso no quiere decir abandonar el criterio de progresividad. La tablita de Machinea tiene un problema de diseño, no de concepto. Son dos cosas distintas. Conceptualmente es adecuada, tiene un problema de diseño.

–¿Cuál?

–Tiene un problema en la estructura de escalones. En lugar de ser escalones debería asemejarse a una curva, porque los escalones pegan saltos. Genera situaciones en donde alguien puede aumentar su ingreso bruto y perder ingreso neto. Lo que se debe corregir es eso. No es que quiera defender a Machinea, pero no tomaría la tablita como una mala palabra, porque el criterio de progresividad que estableció es adecuado.

–¿Se proyectan cambios en el monotributo?

–Hace tiempo que venimos pensando que la ley de monotributo requiere algunos ajustes. El impuesto simplificado es una herramienta excelente, pero necesitamos ajustarlo no sólo en montos sino en algunos procedimientos y categorías. Espero que el año que viene nos pongamos de acuerdo en el Poder Ejecutivo para enviar un proyecto de ley al Congreso.

–¿Cuáles son los ajustes que hay que hacer?

–Hay que ajustar las categorías, hay que incorporar de algún modo a pequeñísimos empleadores, hay que vincular las categorías a la cantidad de trabajadores registrados que tenga el empleador.

–¿Para extender el alcance del monotributo o para restringirlo?

–Queremos extenderlo a una serie de pequeños empresarios y ajustar los montos que se pagan porque hoy son demasiado baratos. Queremos acercarlos a lo que sucedería cuando los monotributistas crezcan en escala y empiecen a pagar IVA y Ganancias. El monotributo es básicamente financiamiento a la seguridad social. La realidad es que el monotributista está siendo subsidiado por los trabajadores en relación de dependencia, porque paga lo mismo que cuando la jubilación era de 300 pesos, pero hoy la jubilación está en 700 pesos. Tiene la misma cobertura que un trabajador en relación de dependencia pero paga menos de la mitad. Los aportes promedio de los trabajadores en relación de dependencia a la seguridad social son 190 pesos, mucho más de lo que pagan los monotributistas.

–¿El proyecto permitiría mayores montos de facturación dentro del monotributo, pero también habría mayores aportes?

–Estamos pensando en ampliar el crecimiento de las categorías. Tenemos que lograr que sea una herramienta flexible sin convertirse en un mecanismo de elusión impositiva.

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