Jue 04.12.2008

ECONOMíA  › LA VUELTA DE AEROLíNEAS ARGENTINAS A UNA EMPRESA DEL ESTADO OBTUVO MEDIA SANCIóN EN DIPUTADOS

Despegue rumbo a la expropiación

El oficialismo consiguió aprobar el proyecto del Gobierno con comodidad. Introdujo algunos cambios y se aseguró 153 votos a favor. La UCR, la CC, el PRO y los peronistas disidentes rechazaron la iniciativa. Hubo críticas a Ricardo Jaime y Julio De Vido.

› Por Miguel Jorquera

La Cámara de Diputados dio media sanción a la expropiación de Aerolíneas Argentinas, Austral y las otras empresas controladas del grupo Marsans. El pase del paquete accionario que hasta ahora concentra la empresa española pasaría a manos de una “sociedad anónima de derecho privado” con composición mayoritaria del Estado argentino recibió 153 votos a favor y 84 en contra. El oficialismo se aseguró un amplio apoyo al proyecto del Gobierno luego de aceptar varias modificaciones, entre ellas la diferenciación entre pasivos legítimos e ilegítimos para no convalidar la “deuda fraudulenta” generada por la administración privada y la obligación del Estado de promover acciones penales nacionales e internacionales contra Marsans. Otro de los cambios introducidos obliga al Gobierno a presentar dentro de 180 días un plan general de negocios e inversiones para la nueva compañía.

La expropiación fue acompañada por Encuentro Popular y Social, los neuquinos del MPN, el Frente Cívico santiagueño, los radicales K e, incluso, por los cobistas. El bloque de Solidaridad e Igualdad (SI) y el economista de la CTA Claudio Lozano se sumaron a partir de los cambios hechos por el kirchnerismo.

Con más críticas que propuestas, la UCR, la CC, el PRO y el peronismo anti K insistieron en su rechazo al proyecto de expropiación del oficialismo. El socialismo y los diputados que responden a Felipe Solá mantuvieron sus propios dictámenes de minoría en los que también proponían, con diferencias, expropiar la aerolínea de bandera. Toda la oposición, incluidos quienes votaron a favor y algunos aliados del kirchnerismo, le apuntaron a la “complicidad” del secretario de Transporte, Ricardo Jaime, por la falta de controles que llevaron al “vaciamiento y la bancarrota” de la compañía aérea.

El oficialismo, prefirió –como estrategia parlamentaria– no avanzar a “libro cerrado” en la ratificación del texto del proyecto de expropiación de Aerolíneas. “Vamos a aceptar la modificación propuesta por Carlos Raimundi (SI) y Lozano, que se van a incorporar al artículo seis”, dijo al cerrar su intervención el kirchnerista bonaerense Mariano West. Entonces, el SI y Lozano dejaron de lado su dictamen de minoría para acompañar la iniciativa oficialista.

La modificación plantea la discriminación de pasivos para que el Estado no pague la “deuda fraudulenta” generada por Marsans e impulsa la presentación de causas penales contra esa empresa ante los tribunales nacionales y extranjeros. Una iniciativa que apunta a esmerilar las amenazas de los empresarios españoles de demandar al Estado argentino ante el Ciadi. Las causas contra Marsans “demostrarán el vaciamiento y las maniobras fraudulentas de Aerolíneas”, asentían en el oficialismo.

Detrás de la atribución de controles previstos para la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones, contemplada en el artículo 3, se sumó también la determinación de un plazo de 180 días para que la nueva sociedad controlada por el Estado elabore un “plan general de negocios, vuelos e inversiones” para Aerolíneas y Austral. Se incorporó –por iniciativa de Vilma Ibarra– la especificación de recurrir al artículo 59 de la ley de expropiaciones para facilitar el “control inmediato” por parte del Estado de los bienes expropiados, amparándose en la “excepcionalidad” para garantizar la continuidad del servicio público.

Gran parte de la oposición descalificó el proyecto oficial. “El peronismo puso plata en los ’90 para que esta empresa se fuera a Iberia, cuando se cae Iberia la SEPI (Estado español) la vende en un dólar y le da 758 millones de dólares a Marsans para que se haga cargo del pasivo y ponga en valor a la empresa ¿Qué hizo el Estado argentino como accionista minoritario para controlar? ¿Qué hicieron Jaime y (Julio) De Vido?”, se preguntó el radical Rubén Lanceta. “Es el estatismo voluntarista que ahuyenta las inversiones y a los emprendedores”, sentenció su jefe de bloque Oscar Aguad.

“Es muy frustrante saber que la salida que propone el bloque oficialista no tiene otra intención de hacer zafar de la responsabilidad penal y patrimonial de Jaime y De vido”, insistió el lilito Fernando Sánchez. “La expropiación de Aerolíneas está hecha al mejor estilo menemista y se asemeja a la película de corrupción que en sus primeras imágenes nos muestra a (Carlos) Menem y hoy tiene a (Néstor) Kirchner como personaje central”, completó Juan Morán, alineado con Margarita Stolbizer.

Los jefes de la bancadas de la Coalición Cívica, Adrián Pérez, y del macrismo, Federico Pinedo, coincidieron en volver a plantear como alternativa a la expropiación su idea originaria de crear una nueva empresa. Algo que habían abandonado para sostener un dictamen conjunto de “expropiación sólo de los activos” de la compañía aérea. Una propuesta que también desecharon cuando el oficialismo “contabilizó” en 1000 millones de dólares el de-sembolso que de contado debería hacer el Estado para llevar adelante la propuesta opositora.

Sólo el socialismo sostuvo esa propuesta en el recinto. El kirchnerista Alejandro Rossi, el socialista K Ariel Basteiro y la propia Vilma Ibarra volvieron a remarcar la “inviabilidad” y la falta de propuestas alternativas de la oposición. Aunque los aliados del oficialismo tampoco dejaron de lado las críticas a Jaime. “Aerolíneas debe ser del Estado. Pero para que esto pueda llevarse adelante, así como hay que reemplazar a (Guillermo) Moreno al frente del Indec, es necesario sacar a Jaime de Transporte”, dijo Lozano, para reclamar que se respete las decisión del Congreso y no “las negociaciones que el Gobierno mantiene con Marsans a través de Jaime”. El secretario de Transporte no tuvo quien lo defienda.

Para cerrar el debate, el jefe del bloque K, Agustín Rossi, justificó los pasos dados por el oficialismo. Desde la “negociación por la compra de acciones” a Marsans, dejando de lado el acta-acuerdo que firmó Jaime y De Vido, hasta la expropiación ante la negativa de los empresarios españoles de no aceptar el valor negativo que arrojó la valorización de la compañía realizada por el Tribunal de Tasación. Las cartas ya estaban echadas. El kirchnerismo logró otra vez sumar voluntades detrás de una propuesta oficial. Ahora será el turno del Senado, donde el oficialismo ya diseña su propia estrategia para colgar del árbol de Navidad K la ley de expropiación de Aerolíneas.

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