Sáb 21.02.2009

ECONOMíA  › RUMORES SOBRE NACIONALIZACIóN DE BANCOS EN EE.UU. Y DATOS DEL AGRAVAMIENTO DE LA CRISIS

Siguen privados, pero más consumidos

La caída en Wall Street no tiene piso. Es más, van agregándose elementos que llevan a pronosticar una debacle mayor. Ni la desmentida sobre la nacionalización bancaria logró evitar una nueva pérdida en los papeles accionarios.

La ola de rumores que se inició en las últimas horas sobre una nacionalización masiva de los bancos estadounidenses insolventes provocó el pánico de los mercados, que prefieren la quiebra antes que una intervención del Estado. Con el correr de los trascendidos, los papeles de las principales entidades en problemas, como el Citi y el Bank of America, se derrumbaron en un cuarto de su valor. Por el lado del sector real, las acciones de la automotriz General Motors perdieron el 15 por ciento, luego de que la filial sueca, Saab, presentara un pedido de quiebra. De esa manera, Wall Street perforaba un nuevo piso al perder un 1,3 por ciento su principal indicador Dow Jones. En Europa, las cifras de actividad volvieron a ser decepcionantes y las plazas del Viejo Continente cayeron hasta en un 5 por ciento.

El rumor tuvo que ser acallado para evitar que siga el castigo sobre los bancos. La Casa Blanca intentó calmar los temores de que los bancos estadounidenses en dificultades serán nacionalizados. “Esta administración continúa creyendo firmemente en la pertinencia de un sistema bancario privado”, señaló el vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs. El portavoz subrayó también que el sistema bancario será “suficientemente regulado por este gobierno”.

No obstante, los papeles del Citi perdieron 24 por ciento y se negociaron a menos de dos dólares, comparado con los 6,71 que valían a comienzos de año. Por su parte, el Bank of America retrocedió 20 por ciento. Este último fue además arrastrado por la citación a declarar que el fiscal de Nueva York, Andrew Cuomo, hizo llegar al consejero delegado de la entidad, Kenneth Lewis, por una investigación relacionada con la compra del Merrill Lynch.

Otra compañía que sumó nuevos problemas en su haber fue GM. Las acciones de la compañía perdieron un 15 por ciento. La caída respondió a que su filial sueca Saab presentó ante un tribunal una solicitud de reestructuración y de protección ante sus acreedores, debido a la falta de fondos para hacer frente a sus demandas. Los brazos del gigante automotriz en Europa habían anticipado que no podrían cumplir con el plan que la casa matriz presentó en el Congreso estadounidense y que era necesario deshacerse de algunas de sus marcas.

Los datos económicos tampoco ayudaron para amortiguar el desplome de los mercados. El Departamento de Comercio estadounidense comunicó que los precios al consumidor subieron entre diciembre y enero un 0,3 por ciento, lo que supone el primer incremento desde julio del año pasado. De todos modos, la tasa interanual se mantuvo sin cambios, algo que no aconteció en medio siglo, desde agosto de 1955.

El pésimo desempeño de Wall Street desde el inicio impactó en las plazas financieras europeas. La bolsa de Frankfurt, la mayor de Europa, retrocedió un 4,7 por ciento al cierre y cayó a su menor nivel en puntos desde comienzos del año. París se hundió un 4,3 por ciento, a su mínimo desde abril de 2003, mientras que Londres perdió 3,2 por ciento y Madrid cayó un 3,5.

Entre los datos que colaboraron con el desplome en el Viejo Continente se destacó el índice compuesto de precios mayoristas en el sector servicios y manufacturero de los 16 países de la zona euro. El indicador cayó a un nivel mínimo en febrero, según una primera estimación de la sociedad Markit publicada ayer. Por su parte, el índice de confianza industrial en Francia también registró su piso histórico. La Bolsa de Tokio cerró más temprano, con una baja de 1,9 por ciento y Shanghai perdió un 1,5 por ciento.

El petróleo volvió a ceder ante la escasez de demanda. El barril de WTI para entrega en marzo, negociado en Nueva York, cayó en 1,7 dólar. El barril de Brent del Mar del Norte perdió 1,5 dólar. En Londres, en tanto, el precio del oro se acercaba a los 1000 dólares la onza, un umbral superado por última vez el 18 de marzo del año pasado. La demanda por este metal se acentuó ante la búsqueda de refugio por la crisis.

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