ECONOMíA › LA REUNION DEL MARTES, GESTOS CONCILIATORIOS
› Por Raúl Dellatorre
Si el tono de las declaraciones de ayer pudiera tomarse como referencia del clima con el cual se llegará a la reunión del martes, cabría ser medianamente optimista. La dirigencia agropecuaria pareciera bajarle algunos decibeles al nivel de virulencia con la que respondió a la convocatoria oficial a un encuentro con la ministra Débora Giorgi. Julio De Vido, a su vez, tuvo expresiones de acercamiento a las entidades rurales al señalar que “naturalmente” el campo también será invitado a la mesa del consejo económico y social, para debatir “un modelo de país”. Los contendientes parecen querer darle una oportunidad al diálogo, para satisfacción de una buena parte de la población “cansada de tanta lucha”, y para disgusto de sectores y grupitos políticos que, sentados en primera fila y vendiendo el esfuerzo de otros, esperan el desgaste del gobierno nacional justo en un año electoral.
Era de esperar que cada uno de los cuatro titulares de entidades de la Mesa de Enlace, subidos a la tribuna en Leones, utilizaran sus mejores o peores armas para ser los más duros contra el gobierno. Después de una semana en que la Mesa quedó envuelta en la pelea por las conversaciones “secretas” –conocidas por todos– de uno de sus miembros con autoridades oficiales durante casi dos meses, la única expresión posible de “unidad” era mostrar un parejo nivel de insultos y descalificaciones hacia el Gobierno. Pero ayer, una vez que descendieron del palco, el tono fue otro.
La primera reacción de los dirigentes el jueves, cuando se hizo pública la convocatoria a una reunión con la ministra de la Producción para el martes, fue descalificar su calidad como interlocutora. “Es una funcionaria de rango menor, no hay expectativas de que de ahí pueda salir algo”, había disparado el ex dialoguista en las sombras Hugo Biolcati. Eduardo Buzzi, con un notable juego de cintura, le respondió ayer que no acordaba con “eso de descalificar si la ministra tiene o no capacidad de resolver; es una ministra de la Nación, y es la primera vez que la Comisión de Enlace se va a reunir con un ministro después de siete meses: por eso es importante la reunión. Por fin, sectores que pertenecemos a la producción vamos a ser recibidos por la ministra de la Producción”.
El propio Biolcati se vio obligado a volver sobre sus propias palabras de 48 y 24 horas antes, admitiendo ayer que el encuentro con Giorgi “es una oportunidad para iniciar un camino de soluciones”, (que) se debe empezar a recorrer con confianza”. “Yo no soy muy optimista, pero es la oportunidad institucional. Políticamente, quizás no sea el ámbito más apropiado, pero institucionalmente es lo que corresponde”, aceptó.
Las expresiones de ayer de Buzzi deben interpretarse en función del momento político y de la evolución del conflicto. Hubo quienes esperaban que, después de los duros discursos en Leones, el Gobierno decidiera levantar la convocatoria. No fue así. Otros suponían que la Mesa de Enlace tensaría la cuerda exigiendo condiciones, antes de sentarse a conversar, que bloquearan el camino. Tampoco sucedió, hasta ahora. Al contrario, el tono de las palabras de Buzzi indican la intención contraria.
“Venimos bien en términos de tratamiento (de algunos temas con el Gobierno) y ahora estamos resolviendo algunas de las cosas que, a lo largo de tres años, se acumularon de manera casi explosiva; (por eso) se llega con un alto voltaje” a este encuentro, apuntó ayer Buzzi, sorprendiendo por su valoración de “algunas de las cosas” que se van resolviendo.
Del mismo lado hay que anotar las declaraciones de Julio De Vido, ministro de Planificación y el encargado del intento de acuerdo con Sociedad Rural en las ahora “denunciadas” negociaciones. Ayer afirmó que “naturalmente también va a estar el campo en la mesa de debate de un modelo de país; se busca avanzar ampliando la participación a todos los sectores posibles en el corto y mediano plazo, y el campo, como sector integrante de la economía nacional, también debe estar y va a estar”.
En tanto, siguió ayer la medida de fuerza, aunque esto quizá no sea un elementos demasiado trascendente. La segunda jornada del cese de comercialización de granos y hacienda tuvo “un alto nivel de acatamiento” en palabras de Buzzi. Una medición prácticamente incomprobable en un día sábado, tradicionalmente con casi nula actividad formal en la comercialización. La medida de fuerza fue una declaración simbólica, producto más de una cuestión interna de la Mesa que del grado de confrontación existente al momento en que el Gobierno convocaba al diálogo.
En cambio, en el repaso de las “urgencias”, Federación Agraria puso ayer en primer lugar “que abran la exportación de carnes, para que se valorice el novillo”, “que se atienda al que está complicado por la sequía”. Pero no priorizó las retenciones a la exportación. En esos puntos, en la lechería, la producción triguera, las economías regionales, puede estar la base de un nuevo diálogo, una nueva negociación. Entre señales contradictorias, las expresiones de ayer marcaron un rumbo. Habrá que ver si hay capacidad para recorrerlo.
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