La menor actividad agropecuaria en los últimos meses impactó fuerte en el saldo de la balanza comercial argentina, que sigue siendo superavitaria a pesar de la disminución en ambos rubros del comercio exterior. Argentina tuvo un saldo a favor de 971 millones de dólares en enero, pero con una caída del 36 por ciento en las exportaciones respecto del mismo mes del año anterior, básicamente por una menor venta de productos primarios y manufacturas de origen agropecuario.

Un deterioro aún mayor sufrieron las importaciones durante el primer mes del año en curso, que sumaron 1759 millones de dólares, un 38 por ciento por debajo de 2008, cuestión básicamente explicada por los menores volúmenes, ya que las compras al exterior sólo se abarataron un uno por ciento. El derrape estuvo liderado por la menor compra de “bienes intermedios”, fundamentalmente porotos de soja, minerales de hierro, fosfatos y otros fertilizantes utilizados por el campo. Aquí se refleja la incidencia de la actividad agropecuaria en los dos rubros del comercio exterior argentino.

El retroceso de las ventas al exterior no es una novedad. Ya durante 2008, Argentina vio caer tanto los volúmenes colocados en el exterior como los precios internacionales, fenómeno en el que los bienes agropecuarios tuvieron un indiscutible protagonismo. La comparación de enero de este año contra enero del anterior replica parcialmente ese cuadro. La cantidad de “productos primarios” cayó un 40 por ciento, mientras que el valor de estos commodities en el mercado internacional retrocedió un 27 por ciento.

“Entre los productos que explican la reducción en valor absoluto de las exportaciones en enero se ubicaron, en primer lugar, los cereales, como consecuencia de las menores ventas de trigo”, reza el comunicado del Instituto Nacional de Estadística y Censos por el que ayer se difundieron los últimos datos oficiales disponibles de la balanza comercial. Le sigue en la lista el aceite de soja y recién después los materiales de transporte terrestre, ligados a las menores ventas de vehículos a Brasil.

El repunte que tuvieron ítems menores como las piedras, metales preciosos, monedas, gas y algunas bebidas no alcanzó para evitar el derrumbe de las exportaciones, que en el primer mes del año sumaron 3730 millones de dólares. La peor performance respecto de 2009 se debe a los menores volúmenes vendidos (29 por ciento) y al abaratamiento de los productos que vende la Argentina (14 por ciento).

La Unión Europea fue el principal destino de las ventas externas. Allí recalaron el 20 por ciento de los despachos y la balanza fue superavitaria en 147 millones de dólares. De todos modos, Argentina vendió el mes pasado un 28 por ciento menos de lo que había conseguido vender a dicho subcontinente en enero de 2008, por una caída en todos los rubros del comercio con esa región. El principal factor es la menor venta de harina, aceites, pellets de soja y carne bovina deshuesada. Nuevamente, el campo es protagonista de las principales variaciones.

El Mercosur quedó en segundo lugar, aunque sigue conservando el status de principal socio comercial. Las ventas al bloque cayeron un 51 por ciento. La culpa, según consigna el propio comunicado oficial, la tienen las menores ventas a Brasil de trigo, en primer lugar, y de autos, en segundo término. El freno de la economía brasileña tiene gran peso relativo en la merma de las exportaciones totales, ya que es el principal comprador individual. A pesar de que las compras argentinas al bloque regional en enero cayeron un 54 por ciento, el país mantiene una situación deficitaria en su intercambio con la región.

También en la medición de año contra año, el superávit de la balanza comercial argentina cayó de 1332 millones de dólares a 971 millones, enero contra enero.