ECONOMíA › LA UNIóN EUROPEA RECLAMó COORDINAR LAS POLíTICAS FINANCIERAS
El órgano ejecutivo del bloque, la Comisión Europea, instó a los países miembro a evitar que cada uno siga una orientación distinta para resolver la crisis bancaria. No descartan echar mano a la nacionalización de bancos.
Aumenta el desempleo, caen las exportaciones y se profundiza la recesión en Europa. Como si esto fuera poco, las potencias del continente tiemblan ante la posibilidad de que los países del Este entren en default por el alto grado de exposición que tienen sus bancos en la región. Frente a la dispersión de los rescates anunciados, la Comisión Europea, el órgano ejecutivo del bloque, instó a los 27 miembros a coordinar sus planes para limpiar de “activos tóxicos” a las entidades financieras. Además, la comisión propuso la creación de un organismo supervisor común, rechazó la adopción de medidas proteccionistas y no descarta la posibilidad de nacionalizar (temporalmente) los bancos en problemas.
El producto interno bruto (PIB) alemán registró un retroceso del 2,1 por ciento en el último trimestre de 2008, la mayor contracción trimestral desde la reunificación en 1990. Las exportaciones, tradicional motor de la economía germana, fueron las más golpeadas en el cuarto trimestre al caer 7,3 por ciento en términos interanuales, mientras que las importaciones bajaron 3,6 por ciento. También cayeron los indicadores de construcción, inversión y consumo. Así, Alemania cerró 2008 con una caída del PIB de 1,7 por ciento. En Gran Bretaña, la economía se contrajo un 1,5 por ciento en el último trimestre de 2008. En Francia, la desocupación creció un 4,3 por ciento en enero en relación con el mes anterior y un 15,4 por ciento en términos interanuales.
La Comisión Europea presentó ayer las propuestas para afrontar la crisis, antes de que los países se reúnan el domingo. La iniciativa más audaz es la creación de un sistema de control financiero común para la Unión Europea que recién entraría en vigencia en 2010. El Consejo Europeo de Riesgo Sistémico sería dirigido por el Banco Central Europeo (BCE) y también se formaría un Sistema Europeo de Supervisores Financieros para evitar futuras crisis. Además, el organismo reclamó a los miembros que coordinen sus políticas de rescate. Con respecto a cómo limpiar de activos tóxicos a los bancos, el comisionado de asuntos monetarios, Joaquín Almunia, señaló que “no optamos por ninguna opción, ni por los bancos malos, ni por los buenos, ni por asegurar los activos; la selección de los mejores instrumentos depende de cada país”. En ese sentido, Almunia no descartó la nacionalización de las entidades.
“La severidad de la crisis económica en Europa del este amenaza cerca de dos décadas de reformas económicas”, consideró el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. A través de subsidiarias, los bancos de Europa occidental tienen una presencia importante en los países del Este. Esos mercados tomaron 1,3 billón de dólares de las ahora debilitadas entidades. Muchos países tienen los mismos bancos como prestamistas. Por eso, la profundización de la crisis en el sistema bancario de países como Croacia o Rumania no sólo intensificará los efectos de la recesión en las grandes potencias del continente sino que podría tener efectos devastadores sobre economías de la región más saludables.
Pero el riesgo de contagio también llega desde las ex repúblicas soviéticas como Ucrania. Bancos alemanes, austríacos, italianos y suecos tienen una exposición cercana a los 30 mil millones de euros en ese país. En un escenario inflacionario y de caída en el precio de las principales exportaciones, el gobierno ucraniano debe afrontar este año el pago de 49 mil millones de dólares de deuda externa.
Bajo esas condiciones, la economía del país entra en un círculo vicioso. La incertidumbre política eleva las primas de riesgo, por lo que el costo para financiar las obligaciones públicas y privadas aumenta. El paquete de rescate otorgado por el Fondo Monetario Internacional en noviembre no consigue siquiera revertir las expectativas. Las medidas de ajuste tomadas como condición para recibir la inyección de liquidez no mejoran las cuentas y empeoran la situación. El gobierno busca más plata del Fondo, pero como se rumorea que podría no recibirlo, las calificadoras de riesgo le hunden la nota a la deuda soberana y el ciclo vuelve a comenzar. Ayer, la cuestionada Standard & Poor’s dejó la calificación de deuda soberana ucraniana entre las más bajas del continente, CCC+, argumentando que la incertidumbre política pone en riesgo un nuevo préstamo del FMI.
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