ECONOMíA › LA CONSTRUCCIóN CAYó 3 POR CIENTO EN ENERO, RESPECTO DE IGUAL MES DE 2008
Las estadísticas privadas hablan de un retroceso aún mayor al registrado por el Indec, pero los empresarios coinciden en que el megaplán de obras públicas podría revertir la situación en el corto plazo.
La actividad en el sector de la construcción cayó 3 por ciento en enero, en relación con el mismo mes del año anterior, según informó ayer el Indec. Las estadísticas de la cámara del sector muestran un retroceso aún mayor, que promedia el 10 por ciento en todos los renglones clave, incluido el del empleo. No obstante, los empresarios coinciden en que el megaplán de obras públicas anunciado por el Gobierno a fines del año pasado podría revertir la situación en el corto plazo.
Según los datos oficiales, la actividad creció en enero un 6,7 por ciento respecto de diciembre, en la serie desestacionalizada, y un 1,5 por ciento en la serie con estacionalidad. Un enfoque auspicioso que se derrumba cuando se extiende la mira a todo el año. Los técnicos oficiales advierten que, debido a la variabilidad de oferta y demanda en período de vacaciones, es necesario considerar el bimestre íntegro para “obtener resultados más precisos”. Quizás un modo de entender por qué los enfoques estadísticos estatales y privados luego tienen algunas diferencias.
El informe oficial destaca aumentos en la compra de insumos que llegan al “54,7 por ciento en asfalto, 13,6 por ciento en ladrillos huecos o 7,3 en pinturas”. Pero los empresarios señalan que la demanda de productos básicos y realmente termómetro de la actividad, como son el cemento, hierro y áridos (arena y piedras), retrocedió entre un 9 y un 12 por ciento, básicamente por la merma de la actividad privada.
Las notorias discrepancias entre los registros públicos y privados se diluyen a la hora de evaluar qué pasó con los permisos de construcción en los cuarenta y dos municipios relevados por el Indec. Los permisos de edificación privados disminuyeron un 17,2 por ciento respecto de diciembre y derraparon un 31,5 por ciento frente a enero del 2008. El informe de los constructores apunta a la merma del 14 por ciento que tuvieron esos permisos en el último trimestre del 2008 y a la enorme concentración de solicitudes “en los barrios de mayor poder adquisitivo”. En Palermo y Puerto Madero, el año pasado crecieron un 18 y un 165 por ciento, respectivamente.
Pero lo que verdaderamente anima la idea de que el negocio de los constructores pueda revitalizarse es el Plan de Obras de los Argentinos. Este programa prevé aprovechar los recursos de la Administración Nacional de Seguridad Social para financiar proyectos de lo más diversos y hasta para alimentar el mercado de créditos para la vivienda a la tasa preferencial del 12 por ciento anual, casi la mitad de la que hoy se consigue en el mercado.
Se trata de un aporte estatal adicional al que la Presidenta anunció hacia fin de año, cuando habló de un paquete que oscilaba entre los 71 mil y 111 mil millones de pesos para los próximos años, incluyendo las obras previstas en el Presupuesto. “Ahora eso no alcanza”, advierte el titular de la CAC, Enrique Wagner, quien no deja de reconocer los esfuerzos del gobierno nacional y de las provincias para apuntalar la actividad, muy seductora por su capacidad de generar empleos.
Ese es, justamente, uno de los puntos negros del cuadro de situación. Según el informe privado, aunque el año pasado el nivel de ocupación se mantuvo por encima de 2005, en diciembre cayó un 10 por ciento respecto del mismo mes del año anterior. Porcentajes al margen, los dirigentes de la cámara admiten que hay “30 mil puestos de trabajo menos”. Claro que esa tendencia negativa ya esbozada podría ser revertida en los próximos meses. “El empleo estará impulsado por el plan de obras públicas del Gobierno”, anima el informe de coyuntura del Eiric.
La determinación de seguir volcando masivamente fondos públicos, básicamente a la infraestructura (y prioritariamente a la energía), es una definición estratégica que consagra a los constructores como a uno de los núcleos patronales más beneficiados con la política actual. Estos descuentan, además, que los megaplanes públicos integrarán la agenda de la próxima reunión del G-20 en Londres, a la que Argentina asistirá con esa bandera, entre otras.
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