El superávit fiscal primario de marzo fue de 896,1 millones de pesos, un 60,7 por ciento menos que en el mismo mes del año pasado, cuando se habían ahorrado 2275,8 millones. Eso se debe a que en los últimos doce meses los gastos subieron 26,8 por ciento y los ingresos sólo 16,1 por ciento. El mayor crecimiento del gasto expresa en parte una política oficial contracíclica esperable en un período de fuerte desaceleración económica como el actual, pero el Gobierno disimuló ayer ese dato en el informe de prensa, tal vez para evitar las críticas ortodoxas que endiosan al superávit y en contextos como el actual recomiendan aplicar ajustes para preservarlo.

El incremento interanual del gasto se explica por aumentos en haberes jubilatorios y salarios, subas en los niveles de inversión pública y mayores transferencias al sector privado a través de asignaciones familiares (decreto 1591/08), asistencia social del PAMI y más subsidios al transporte, la energía, la salud y el empleo. De hecho, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner destacó ayer al adelantar los datos que en marzo la inversión real directa subió 107 por ciento y en el trimestre 83 por ciento, siempre con relación a iguales períodos de 2008. Ese dinero forma parte del plan de obras públicas destinado a la construcción de viviendas, rutas y caminos.

Por su parte, los ingresos crecieron por el incremento registrado en la recaudación tributaria y por las mayores contribuciones de la seguridad social. El secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, admitió que las arcas fiscales se vieron reforzadas por unos 1000 millones de pesos provenientes de la reforma del sistema de jubilación, pero enseguida dijo que se compensó por la falta de un monto similar proveniente de las Rentas de la Propiedad del Banco Central, que se habían computado en marzo de 2008 y que estaban ausente en esta liquidación.

Finalmente, una vez descontados el pago de intereses de la deuda, el resultado financiero arrojó en marzo un déficit de 732,8 millones de pesos, mientras que en el mismo período del año pasado había mostrado un superávit de 851,4 millones.

El Gobierno prefirió ayer resaltar los datos trimestrales para tratar de que la fuerte caída del superávit primario y el déficit financiero de marzo pasaran desapercibidos. De hecho, el acumulado enero-marzo arrojó un resultado primario de 4501 millones de pesos y un superávit financiero de 950 millones. “De esta forma, se mantiene el cuidado del superávit fiscal, en contexto de contracción económica de la economía mundial, en el cual la actividad interna ha permitido mantener los objetivos de prudencia fiscal y a su vez realizar políticas destinadas a fortalecer el mercado interno y el trabajo de los argentinos”, dice el informe distribuido por el Ministerio de Economía.

Igual, los datos trimestrales muestran en ambos casos se observan fuertes caídas respecto a igual período de 2008. El superávit primario disminuyó 49,2 por ciento (de 8844 a los 4501 millones mencionados) y el financiero un 80,3 por ciento (de 4820 a 950 millones).

Pezoa destacó el superávit del trimestre y sostuvo que está situación se mantiene desde 2003. “No es todo como algunos en forma agorera dicen que nos caemos o que los números son distintos”, enfatizó y inmediatamente después agregó que “éstos son los números más allá de que algunos digan que se los maquilla”. Si bien no se refirió a la fuerte reducción del superávit en marzo, el funcionario reconoció que la economía se ve afectada por el impacto de la crisis internacional en el comercio exterior, aunque recalcó que los ingresos del Estado se sostienen porque “se mantiene muy bien el consumo interno”.