Los signos de la recesión del sector industrial llegaron al Indec. Los datos oficiales del primer trimestre del año, difundidos ayer, dan cuenta de una caída en el nivel de actividad fabril del 3,9 por ciento en este primer cuarto del año respecto del último cuarto del año pasado. Si se considera que en ese último trimestre de 2008, el estimador industrial ya evidenciaba un retroceso del 0,6 por ciento respecto del trimestre anterior, los dos cuartos de año consecutivos de caída estarían marcando el ingreso del sector manufacturero en recesión.

Marzo fue un mes de baja en la actividad manufacturera. Respecto de febrero, el índice desestacionalizado (sin el efecto de la menor cantidad de días trabajados) arroja un descenso del 1,1 por ciento. Ya los primeros dos meses del año habían resultado particularmente recesivos, por las paradas de planta, suspensiones de personal y adelantos de vacaciones, diversas formas con que las empresas mal disimularon la intención de endosarles por anticipado la crisis a sus empleados. Respecto del mismo mes del año pasado, marzo reflejó una caída del 0,4 por ciento.

Analizando el comportamiento del estimador mensual industrial por sector, se observan fuertes disparidades. Mientras la industria alimentaria creció en el último trimestre a una tasa interanual del 13,8 por ciento, la textil retrocedió 14 por ciento. El rubro Papel y Cartón aumentó 7,5 por ciento, pero Refinación de Petróleo cae 5,3 por ciento. La caída más fuerte, sin embargo, se verifica en la industria automotriz y en siderurgia, alcanzando el 36,7 por ciento en la primera y 38,3 por ciento en la segunda, respecto del primer trimestre del año pasado. En estos sectores, controlados por pocas compañías multinacionales, se dio con más fuerza la política de ajuste interno dictada –antes que por las condiciones del mercado local– por sus respectivas casas matrices.

El grado de utilización de la capacidad instalada –la parte de la planta que efectivamente se dedica a la producción– es otro reflejo de los menores niveles de actividad en el sector industrial. Este indicador exhibió un valor superior al 77 por ciento durante el último trimestre de 2008, pero en marzo no llegó al 70 por ciento. Sectores como Refinación de Petróleo mantienen altos niveles de utilización de planta, aun en recesión, porque desde hace más de una década prácticamente no han recibido inversiones en ampliación de planta y el abastecimiento de combustible al mercado interno no alcanza a satisfacer la demanda.

Las expectativas del sector empresario para el segundo trimestre indican un escenario estable respecto de las condiciones del año anterior. En demanda interna, exportaciones e importaciones, una amplia mayoría (del 54 al 60 por ciento) espera niveles de operaciones semejantes a los del segundo trimestre del año pasado. Pero entre los empresarios de la minoría restante, predomina el pesimismo. El 26,3 por ciento prevé una baja en la demanda interna, el 31,7 por ciento anticipa caída en sus ventas al exterior y el 28,8 señala que caerán las importaciones.

Más preocupantes resultan las respuestas referidas a cambios en la dotación de personal. Aunque una amplísima mayoría no espera cambios (88,1 por ciento), vale señalar que el 10,7 por ciento prevé una baja. El dato relevante, sin embargo, es que casi ninguna empresa (sólo el 1,2 por ciento) anticipa un aumento de personal. Quiere decir que, ni siquiera en los sectores que han seguido teniendo buenas tasas de crecimiento y conservan expectativas favorables para la evolución de sus ventas internas y exportaciones hay intención de incorporar personal.