ECONOMíA › EL NUEVO íNDICE DE PRECIOS CUMPLIó UN AñO Y EN ABRIL REGISTRó UNA LEVE SUBA
Los mayores incrementos se registraron en Salud (1,1) y Esparcimiento (0,7), mientras que el rubro Alimentos y bebidas fue el que menos aumentó, con una variación de 0,2 por ciento. En doce meses la inflación fue 5,7 por ciento.
› Por Fernando Krakowiak
El índice de inflación arrojó en abril una suba de 0,3 por ciento, según informó ayer el Indec. Los mayores incrementos se registraron en Salud (1,1) y Esparcimiento (0,7), mientras que el rubro Alimentos y bebidas fue el que menos aumentó, con una variación de 0,2 por ciento. Con los datos difundidos ayer, se cumplió un año desde que se modificó la base para calcular el indicador. En ese período, los precios subieron 5,7 por ciento y los alimentos apenas 1,2 por ciento.
Una lectura desagregada de las variaciones de precios muestra que, en un rubro clave como es Alimentos y bebidas, la carne bajó 0,1 en abril y 15 por ciento en un año, mientras que las verduras cayeron 0,5 y 5 por ciento, respectivamente. Los lácteos y los huevos subieron 0,4 y acumulan un incremento interanual de 8,7 por ciento. Los aceites, en cambio, treparon 0,8 por ciento el último mes, pero bajaron 25 por ciento en un año. Por su parte, las bebidas alcohólicas aumentaron también 0,8 y con el nuevo índice llevan acumulada una suba de 19,8 por ciento.
En Indumentaria, que se incrementó 0,6 y suma 12,5 por ciento en doce meses, lo que más aumentó el mes pasado fue la ropa interior (1,1) y el calzado (0,8 por ciento), y en Esparcimiento la mayor suba fue la de Diarios y revistas (2,1 por ciento). Dentro de Vivienda y servicios básicos, la única variación fue la de los alquileres, los cuales aumentaron 0,2 por ciento y acumulan una suba interanual de 8,8 por ciento. Por su parte, en Educación, que aumentó 0,3 por ciento en abril, los textos y útiles escolares cayeron 0,4 y los servicios educativos treparon 0,5 por ciento.
El índice de inflación oficial viene siendo duramente cuestionado por un amplio abanico de sectores, que abarca desde las consultoras de mercado hasta los docentes de la Universidad de Buenos Aires que integran el Plan Fénix, pasando por los empleados del organismo enrolados en ATE. Se afirma que la variación del costo de vida es subestimada sistemáticamente desde que el Gobierno designó como directora del Indice de Precios de Consumo a Beatriz Paglieri en enero de 2007, a quien identifican como una “delegada” del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Sin embargo, desde el Gobierno responden que lo que se hizo a partir de 2007 fue poner freno a un conjunto de irregularidades que incluían negocios paralelos de algunos de los directores, los cuales supuestamente vendían información a empresas y sobreestimaban la inflación para favorecer a los bonistas de la deuda pública indexada.
La polémica se reavivó en abril del año pasado, cuando las autoridades del Indec introdujeron cambios en el IPC. Lo que se hizo entonces fue mantener la metodología de medición de precios, pero modificar la cantidad de variedades relevadas (pasaron de 818 a 440) y sus respectivas ponderaciones, tomando como referencia la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2004/05 (hasta entonces se tomaba una encuesta similar realizada en 1996). También se comenzaron a utilizar canastas estacionales para calcular los precios de aquellas variedades que integran los grupos frutas, verduras, indumentaria y calzado y se agregaron nuevos locales informantes en áreas que no habían sido tenidas en cuenta en la muestra anterior.
Los que cuestionan el funcionamiento del Indec aseguran que con los cambios se buscó que la inflación relevada fuera menor. Mientras que en el Gobierno retrucan que el objetivo fue darle mayor consistencia al indicador. Por ejemplo, afirman que antes la muestra de carnicerías estaba concentrada en el cinturón norte del área metropolitana, donde habitan fundamentalmente los sectores de alto poder adquisitivo y las subas de precios son mayores, mientras que no había ni siquiera un local relevado en localidades como Ezeiza, Esteban Echeverría, Florencio Varela y Berazategui, donde viven mayoritariamente sectores populares y hay precios más accesibles. En el organismo remarcan también que el relevamiento de 440 variedades (en contraposición a las 818 anteriores) representa más del 70 por ciento del gasto de la población, dejando de lado la medición de algunos bienes y servicios que consumían fundamentalmente los sectores de mayor poder adquisitivo.
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