ECONOMíA › DICHOS EN SU DEFENSA DE LA PRIMERA DAMA DE GUATEMALA
La tensión crece en Guatemala y el gobierno parece más desconcertado que nunca. “Hay cosas oscuras detrás del video”, fue la defensa que esgrimió ayer la primera dama, Sandra Torres. Ella y su esposo, el presidente Alvaro Colom, fueron señalados por el abogado Rodrigo Rosenberg como los responsables intelectuales de su muerte en un video póstumo difundido el lunes pasado. Ayer, por tercer día consecutivo, marchas a favor y en contra del presidente Colom intentaron tomar la Plaza de la Constitución, frente al palacio de gobierno. La primera estuvo acompañada por pancartas y remeras de los movimientos sociales y sindicatos; la segunda se realizó bajo el slogan “sin bandera política”, pero estuvo liderada por los principales dirigentes de la oposición de derecha.
Más allá de algunos roces e insultos, no hubo enfrentamientos. Sin embargo, la sensación de incertidumbre y de polarización era cada vez más palpable en la capital guatemalteca. “Canalicemos las reacciones dentro de la normativa legal y evitemos confrontaciones que puedan ser aprovechadas para debilitar la institucionalidad democrática de la Nación”, reclamaron en una solicitada la Iglesia Católica, las protestantes, las principales universidades del país y la Procuraduría de Derechos Humanos.
En un tono similar, la primera dama repitió el pedido de su esposo e instó a la oposición a no politizar la investigación. Pero las palabras de Torres no hicieron más que irritar aún más a los envalentonados dirigentes opositores, quienes desde el primer día de la campaña presidencial, hace dos años, la acusan de ser una mujer autoritaria y el verdadero cerebro del gobierno.
No bien Torres terminó de defenderse, el ex candidato presidencial y principal referente de la derecha, el general retirado Otto Pérez Molina, advirtió que el país estaba sumido en una crisis política. “Creo que es el peor momento de gobernabilidad que se está viviendo en el país”, advirtió el hombre que dirigió batallones del ejército durante la guerra civil y que es sindicado por organizaciones defensoras de los derechos humanos como uno de los responsables de las masacres de esos años.
Pérez Molina le demandó a Colom que renuncie para transparentar la investigación, que quedó en manos de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (Cicig), un organismo de la ONU que se creó como alternativa al corrupto sistema judicial guatemalteco. Ayer Colom había convocado una conferencia de prensa junto con el presidente de la Cicig, el español Carlos Castresana. La reunión se realizó, pero a último momento y sin dar explicaciones, el mandatario canceló la conferencia. Otra vez los guatemaltecos se fueron a dormir en un clima enrarecido por la duda.
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