ECONOMíA › EL PETRóLEO NO DETIENE SU REPUNTE. AYER SUPERó EN NUEVA YORK LOS 70 DóLARES POR BARRIL
Entre compras especulativas ante la debilidad del dólar y expectativas de suba en la demanda, la trepada superó el 100 por ciento en tres meses. Aunque todavía el precio está en la mitad del que alcanzó hace menos de un año.
En medio de interpretaciones cruzadas sobre sus verdaderas razones, el precio del petróleo en el mercado internacional trepó ayer hasta ubicarse en los 70 dólares por barril, un umbral que no alcanzaba desde noviembre del año pasado. La volatilidad del precio parece plegarse a los vaivenes de las principales monedas mundiales, en este caso el dólar, del cual el crudo estaría actuando como un espejo que invierte los términos: a mayor debilidad del billete verde, mayor alza del petróleo. Sin embargo, otros analistas interpretan la suba como un síntoma de la confianza en un pronto inicio de un ciclo de recuperación de la demanda.
En cinco semanas, el precio del barril pasó de 50 dólares a 70. La trepada, del 40 por ciento en ese corto lapso, superó las expectativas más optimistas de aquellos que tienen intereses en el sector. Ayer mismo, tras la apertura al alza del mercado, promediando la jornada se estimaba como “probable” que el precio del crudo alcanzara los 70 dólares “en los próximos días”. Pero esa perspectiva se anticipó y el barril de petróleo liviano (light
sweet crude o West Texas Intermediate, WTI, como se lo identifica en New York) para entrega en julio tuvo un salto de 1,92 dólar y alcanzó a 70,01 dólares al cierre, su nivel más elevado desde el 4 de noviembre pasado. Sin llegar a ese valor simbólico, el petróleo tipo Brent del Mar del Norte para igual fecha ganó 1,74 dólar en el día y se ubicó en 69,62 el barril.
Las interpretaciones recorren dos vertientes. Los que consideran que el mercado se fue acomodando por un comportamiento racional de la oferta y la demanda creen que ahora es la mejora del clima económico y las expectativas de una pronta reanudación de los niveles de actividad normales lo que impulsa al alza. Bajo estas condiciones, el precio tendría una tendencia a la suba sostenida.
Con un enfoque diferente, otros adjudican a un comportamiento especulativo de corto plazo de los inversores las razones de la suba del petróleo. Desde este punto de vista, la reciente alza en el precio de este commodity se debe a la caída del dólar, “que anima a los inversores a comprar materias primas como alternativa de cobertura contra la inflación”. Es decir que, según este criterio, los factores financieros siguen siendo los predominantes en el mercado, y no las perspectivas de comportamiento del mercado real.
La Agencia de Información sobre la Energía (EIA) de Estados Unidos, dependiente del Departamento de Energía, también se sumó a quienes explican el alza del crudo en las últimas semanas “por expectativas de recuperación de la economía mundial y un futuro aumento del consumo de petróleo”. Sin embargo, incluyó por otro lado en su comentario que a este panorama “se agrega un dólar debilitado y una creciente actividad del mercado financiero, que impulsan al alza los precios de las materias primas, eclipsando los fundamentos negativos de oferta y demanda”.
Desde la perspectiva de la evolución de la economía mundial y cómo puede incidir sobre aquélla la suba del petróleo, también las interpretaciones son diversas. En menos de un año, el petróleo trepó a un precio máximo de 145 dólares el barril, en julio del año pasado, para caer luego a su nivel más deprimido de 34 dólares en febrero de este año. Ahora ya supera el doble de ese último valor. Semejante volatilidad rompe toda chance de hacer pronósticos verosímiles, pero como el comportamiento del precio del petróleo es inverso al del dólar –uno sube cuando el otro baja–, muchos analistas sostienen que estamos ante un círculo vicioso: si la suba del petróleo es una señal de una mejora en el clima económico, la caída del dólar significa que a Estados Unidos es al que le saldrá más cara la factura energética, con lo cual se detiene su posibilidad de despegue.
Por otra parte, si como sostienen otros, la actual suba del crudo no se fundamenta en mejoras reales, sino en movimientos especulativos, se estaría formando una suerte de burbuja que podría conformar el escenario más temido: suba de precios (inflación) sin recuperación del nivel de actividad (recesión). En definitiva, demasiadas variables que se entrecruzan, pero que además no afectan a todos por igual.
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