La situación actual y el posible desarrollo futuro de los acontecimientos nos obliga a reflexionar y expresar nuestra profunda preocupación por los coletazos de la crisis mundial del sistema capitalista y su descarga sobre las espaldas de los trabajadores argentinos de los sectores populares urbanos y rurales.

Hemos opinado, sistemáticamente, sobre los distintos hechos acontecidos a nivel nacional en los últimos meses y, cuando fue necesario, también denunciamos desde el Foro Nacional de la Agricultura Familiar y desde nuestra corriente interna de la Federación Agraria. En ese sentido, sostuvimos que no se puede pretender representar a los pequeños productores, del brazo de sus enemigos históricos. Tampoco se sostiene seguir insistiendo en el beneficio sectorial de unos pocos, pensando que sin retenciones y/o con rebaja de éstas, es posible asistir a los que menos tienen.

La realidad mundial y local muestra distintos y escasos caminos para resistir a la crisis sistémica. Una alternativa, la clásica, sería que el costo de esta situación recayera sobre los sectores sociales más desfavorecidos, con despidos, baja de salarios, estancamiento de la economía y salvataje a los bancos causantes y/o detonantes de la crisis más profunda de la historia del capitalismo. La otra es la que proponemos y requiere de una importante decisión: aprovechar la oportunidad que la situación nos brinda, de saltar el cerco del neoliberalismo, imitando y acompañando los procesos abiertos en América latina.

Por lo tanto proponemos:

a) Nacionalizaciones y/o estatizaciones de las palancas clave de la economía nacional, como son la comercialización interna y externa de granos y carne, así como también de los productos lácteos y los provenientes de las economías regionales, las cuales están fuertemente concentradas en manos de empresas monopólicas nacionales y extranjeras.

b) En el mercado interno, tomar medidas que permitan una más justa distribución de la riqueza, aumentando salarios y jubilaciones móviles, a fin de elevar la capacidad de consumo y vigorizar el mismo; estimular y contribuir al desarrollo de las economías populares como pymes, asociativismo, empresas recuperadas, agricultores familiares; introducir cambios en la economía urbana y rural para que desestimen continuar exigiendo su única obsesión, la baja y/o eliminación de las retenciones; poner en el debate nacional, un programa de ordenamiento territorial y reforma agraria, apoyados fuertemente en el fomento democrático y profundo de las agriculturas familiares, verdadero motor de la economía rural y garantía de la soberanía alimentaria y cuidado del ambiente; reflexionar acerca de las consecuencias de insistir con este modelo productivo concentrador, expulsivo y perjudicial para la salud humana y ambiental de los pueblos del interior.

Estas propuestas deberían ser tomadas para constituir un foro nacional contra la crisis y por la distribución de la riqueza. Desde el MCL hacemos un llamamiento a organizar un espacio político y social lo suficientemente amplio como para derrotar a la derecha política destituyente, junto a su ariete, la Mesa de Enlace. Su único objetivo es impedir que se lesionen en lo más mínimo sus intereses e intentan lograr una mayoría parlamentaria que garantice la vuelta atrás en los logros gubernamentales alcanzados, pero todavía insuficientes: estatización de Aerolíneas, de las AFJP, juzgamiento a los represores, reglamentación de las ocho horas de trabajo para los obreros rurales y el relacionamiento internacional en la línea del antiimperialismo.

En resumen, consideramos necesaria la construcción de una herramienta alternativa agraria, que tribute a la unidad nacional más amplia, para derrotar al enemigo común y por la distribución de la riqueza; sobre la base de los siguientes ejes: a) ordenamiento territorial, b) soberanía alimentaria y c) reforma agraria integral.

* Coordinador del Movimiento Campesino Liberación, corriente interna de la Federación Agraria Argentina.