ECONOMíA › CRISTINA FERNáNDEZ LLEGó A GINEBRA Y HOY EXPONE EN LA CONFERENCIA ANUAL DE LA OIT
La Presidenta pedirá priorizar las políticas de empleo y reiterará la propuesta de incorporar a la OIT en el G-20. Luego se reunirá con líderes sindicales del mundo y con la secretaria de Trabajo de los Estados Unidos. Finalmente, Moyano no viajó.
› Por Nora Veiras
Desde Ginebra
La campaña electoral late en todas las agendas. Los funcionarios argentinos desmienten versiones sobre cambios de gabinete o renuncias anticipadas. Especulan, sí, sobre los resultados del próximo 28 de junio. Apenas logran dejar de lado las obsesiones locales, se abre el debate sobre la crisis internacional. “Este año se calcula que va a haber cincuenta millones más de desempleados en el mundo”, repite el canciller Jorge Taiana, mientras sigue saboreando el triunfo por el permiso de Cuba para que viaje a Buenos Aires Hilda Molina. Su par de Trabajo, Carlos Tomada, pone el acento en que el tema de la Cumbre de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que empieza hoy en esta ciudad, es justamente cómo fortalecer el mercado laboral ante la crisis. De pronto, los corrillos se silencian en el lobby del hotel Four Season: entra Cristina Fernández de Kirchner acompañada por su círculo de colaboradores privados. Hoy hablará ante el plenario de la OIT. Entre la audiencia no estará el líder de la CGT, Hugo Moyano, que a último momento decidió no viajar (ver aparte).
En la cumbre de la OIT sobre la crisis mundial del empleo expondrán, entre otros, el presidente francés Nicolas Sarkozy y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Las comisiones de trabajo ya acordaron el documento final para el “Pacto Mundial por el empleo”. Sin embargo, el diagnóstico evidente sobre las pérdidas de las fuentes de trabajo tiene, por lo menos, dos tratamientos posibles que diferencian a los países centrales de los emergentes.
Varios líderes de la derecha que salió fortalecida de las últimas elecciones legislativas para la Unión Europea plantean la “flexiseguridad”. En buen romance, que la seguridad social, el Estado mediante el aporte de recursos fiscales, absorba la desocupación. Los más extremos piensan en la eliminación de las indemnizaciones por despido como culminación de un crescendo de precarización.
–Te echan y te recoge la seguridad social, algunos dicen que literalmente –se deja llevar un integrante de la comitiva oficial, evocando los efectos de las políticas neoliberales que hicieron estragos en el mercado del trabajo.
En la última reunión del G-20, realizada en Londres el pasado 2 de abril, Argentina con el apoyo de Brasil pugnó para que no apareciera en el documento final la palabra “flexibilidad” ligada al mundo laboral. “Si eso sale, no puedo volver a Brasil”, sintetizó Lula, el hombre que llegó a la presidencia como líder sindical desde el Partido de los Trabajadores.
Tomada explica que la Argentina plantea como prioridad el mantenimiento del empleo y machaca con que, a diferencia de lo que sucede en el mundo, “en nuestro país no ha habido despidos masivos”. “España acaba de reconocer un 19 por ciento de desocupación mientras que las últimas cifras oficiales dan cuenta de que nosotros estamos en el 8,4 por ciento, el mismo porcentaje que en el primer trimestre de 2008 y en un escenario de debacle internacional”, repite el ministro, y recuerda que el Programa de Recuperación Productiva (Repro) que puso en práctica Trabajo supone la aplicación de subsidios de 600 pesos mensuales a trabajadores a cambio de que las empresas desistan de apelar a los despidos. Ya hay 78 mil trabajadores que reciben ese beneficio.
La OIT es la única organización de Naciones Unidas en la que conviven empleadores, trabajadores y gobiernos; el resto son sólo gubernamentales. La Presidenta propuso que la organización tenga su representación en el G-20, el grupo de los países desarrollados y emergentes. Una clara muestra de la concepción financiera que primó hasta ahora en el armado internacional es que sólo el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) tienen ese privilegio. Brasil impulsó también la iniciativa y en la delegación argentina dan por hecho la aceptación plena de la idea.
Sin embargo, nada es tan sencillo. En el seminario del G-20 que se desarrolló la semana pasada en Berlín, Alemania puso reparos a la idea de sumar a ese organismo tripartito y se inclinó por incorporar a la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Hoy, en su exposición, Cristina Fernández de Kirchner insistirá en la necesidad de priorizar las políticas de empleo para superar la crisis. Después se reunirá con una delegación de líderes sindicales del mundo y, por último, con la secretaria de Trabajo de los Estados Unidos, Hilda Solís. Como primera senadora hispana por California, Solís –de origen mexicano– impulsó la fijación de un salario mínimo en ese estado. El encuentro será a agenda abierta. El desarrollo de un sistema público de empleo que actúa como intermediario entre el desocupado y la empresa es un modelo desarrollado por los estadounidenses que los funcionarios argentinos consideran muy positivo. El Estado registra a los desempleados, los capacita y genera los mecanismos para desarrollar prácticas calificantes, es decir, pasantías reguladas para adquirir experiencia sin que se transformen en atajos de explotación.
Por la noche, la Presidenta emprenderá el regreso, mientras Tomada se quedará para exponer en la reunión de ministros de Trabajo del G-20.
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