El superávit fiscal primario de mayo fue de 914,4 millones de pesos, 84,9 por ciento menos que en el mismo período del año pasado. La caída se debe al fuerte incremento del gasto público, que en los últimos doce meses trepó por encima del 30 por ciento. En el acumulado anual, el resultado primario suma 6259 millones de pesos, una cifra apenas superior al superávit de 6026 millones registrado en mayo de 2008. Los economistas neoliberales encendieron luces de alarma y vinculan la suba con la campaña electoral, pero desde el Gobierno se buscó dejar en claro ayer que el dato es consecuencia de una política fiscal contracíclica tendiente a preservar la producción y el empleo, en medio de la fuerte desaceleración que provocó la crisis económica internacional.

Los ingresos del mes sumaron 19.635 millones y los gastos 18.720 millones. En el primer caso, el crecimiento interanual se explica mayormente por las contribuciones a la seguridad social debido a la estatización de los fondos previsionales que antes administran las AFJP, medida tomada a fines de 2008. En mayo del año pasado esos recursos sumaron 4621 millones y ahora 5696 millones, 23,2 por ciento más. Los ingresos tributarios volvieron a convertirse en el rubro que más aportó con 13.214 millones de pesos, pero cayeron respecto de los 13.688 que habían aportado en igual mes del año anterior.

El gasto primario, por su parte, subió por las transferencias de capital, la inversión, las prestaciones de la seguridad social y las remuneraciones. Las transferencias de capital fueron por 1914,7 millones, 165,4 por ciento más que en igual período de 2008. Eso se debió a los aportes que realizó la nación a las provincias y a la ciudad de Buenos Aires para la construcción de viviendas, al Fondo Federal Solidario donde se destina el 30 por ciento de la recaudación de la soja (en esta ocasión fueron 385 millones de pesos) y al Fondo Fiduciario del sistema de infraestructura y transportes. La inversión real directa, por su parte, creció 137,5 por ciento debido al mayor énfasis que se está poniendo en la obra pública, básicamente construcciones, mantenimiento y recuperación de rutas y caminos, y obras de saneamiento y energía.

En el caso de las prestaciones a la seguridad social, la suba del gasto fue consecuencia del mayor número de beneficiarios y los incrementos que se registraron en los haberes debido a la ley de actualización de haberes que ya permitió otorgar un nuevo aumento. Mientras que las remuneraciones treparon por los aumentos acordados en el segundo trimestre de 2008 y los nuevos convenios sectoriales.

Las cifras fueron difundidas ayer por el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, quien remarcó el hecho de que la caída del superávit se produce en un “contexto internacional desfavorable, producto de la crisis económica mundial”. Además, destacó la intención del Gobierno de profundizar “el sostenimiento de la producción y el empleo”. En ese sentido, sostuvo que el gasto se orientó “fuertemente hacia la inversión, las obras públicas y el gasto social”. “La aplicación de estas políticas –agregó– permite destacar un crecimiento interanual de las erogaciones de capital, en especial las transferencias de capital a provincias y a la ciudad de Buenos Aires.” Además, sostuvo que esta tarea se viene llevando a cabo, “siendo prudentes y cuidadosos en el uso de los recursos públicos y en la efectividad del gasto”. Respecto de los recursos, destacó el comportamiento de las contribuciones a la seguridad social. Otro dato relevante es el superávit financiero que sumó 669 millones de pesos, luego del pago de las obligaciones de deuda.