El tan temido “día después” pasó como si nada. Las especulaciones de que tras la votación legislativa se conocerían anuncios –desde megadevaluaciones, default y corralitos– se desvanecieron en el primer minuto de operaciones. Casi sin intervención de la autoridad monetaria, la plaza cambiaria evidenció una menor demanda por dólares, que se reflejó en una retracción de la cotización del dólar en el segmento mayorista a 3,79 pesos, y una caída de un centavo al público, para cerrar en 3,80 pesos. En la Bolsa porteña la deuda pública volvió a atraer el interés de los inversores. Los altos rendimientos de estos papeles, a partir de las ventas castigo que sufrieron a fines del año pasado con la estatización de las AFJP, los posicionan como la mejor alternativa regional. Estos bonos avanzaron entre 5 y 8 por ciento, bastante lejos de una operación previa a un escenario de incumplimiento. Los analistas consultados insistieron en que los títulos en pesos seguirán siendo la mejor inversión. El panel porteño de empresas líderes avanzó sólo un 0,6 por ciento, arrastrado por el pésimo desempeño de Tenaris y Petrobras.

“El inversor sigue comprando a estos precios, ya que no se lo asocia a un signo de debilidad, dado que no se vislumbra ningún problema de default”, explicó a Página/12 el analista de Arpenta Sociedad de Bolsa, Julio Bruni. Los activos argentinos presentan actualmente un rendimiento promedio superior a los que se exhiben en el resto de los países de la región. En particular, los títulos públicos, tras el “castigo que se les infligió a fin del año pasado, muestran precios y rendimientos muy interesantes”, agregó Bruni. En ese sentido, los papeles en pesos son los que tuvieron los mejores ajustes, seguidos por los títulos en dólares.

La plaza cambiaria no mostró ayer la misma apetencia por el dólar que en días anteriores. El Banco Central se mantuvo casi al margen de la rueda, dejando al mercado estabilizarse por sí mismo. Los exportadores retornaron a la plaza para liquidar lo que queda de sus cosechas de soja, aunque el volumen de su ingreso fue moderado. No obstante, la demanda de dólares también se mostró en franca retirada y la presión sobre el tipo de cambio cedió para permitir una leve baja. En el segmento mayorista el billete verde cedió ocho milésimas, a 3,79 pesos, con un volumen de negocios que se ubicó en los 393 millones de dólares. En bancos y agencias de cambio del microcentro porteño el billete verde perdió en promedio un centavo, a 3,80 pesos. El stock de reservas internacionales finalizó en 46.007 millones de dólares. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner dejó en claro en una rueda de prensa que el peso seguirá en línea con lo que suceda con el real brasileño (ver aparte), que ayer cerró en 1,963 unidad por dólar.

En la Bolsa porteña, los títulos públicos se destacaron del resto por su excelente desempeño. Dependiendo de cuál se trate, los bonos locales brindan un rendimiento proyectado de entre el 25 y 30 por ciento anual en dólares. “Los inversores miran con atención a los bonos en pesos, independientemente del CER”, dijo a este diario el especialista Antonio Cejuela, de Puente Hermanos. “Por ejemplo, el PRE8 que vence a fin de año rinde un 19 por ciento. Este papel, si se lo calza con dólares a futuro, se obtiene un rendimiento en dólares del 11 por ciento”, explicó Cejuela. El analista reconoce un alto grado de especulación entre quienes apuestan con títulos en dólares, como el Boden 2012.

En la plaza accionaria, el índice Merval concluyó con una suba del 0,6 por ciento, para posicionarse en las 1589 unidades. El volumen negociado totalizó los 47,7 millones de pesos. Entre las líderes ganaron la siderúrgica Siderar, con el 14,9 por ciento, y BBVA Banco Francés, con el 6,9 por ciento. En cambio, presentaron signos negativos Petrobras, que tuvo un retroceso de 1,7 por ciento, y Tenaris, 1,5 por ciento. Las caídas, debido al peso que esas empresas tienen en el índice Merval, compensaron la escalada del resto de los papeles.