Después de que pasaron los días que dispuso el juez Robert Gerber del Tribunal de Quiebras de Nueva York para presentar apelaciones, la nueva General Motors Company (GMC) está lista para arrancar. El domingo a la noche, la Justicia de Nueva York aprobó la venta de los activos rentables de General Motors a la nueva GMC, creada por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Habían otorgado unos días –hasta ayer– para presentar apelaciones. Distintos grupos de acreedores presentaron sus pedidos, que no tuvieron éxito, y el Tribunal de Distrito de Nueva York rechazó un pedido de extensión del plazo de apelaciones.

De ese modo, el camino para que General Motors vuelva al ruedo quedó allanado. GMC reanudará sus actividades en forma mucho más reducida que antes, ya que se eliminaron decenas de miles de puestos de trabajo, se cerraron decenas de plantas de producción y 2500 concesionarios en Estados Unidos, y se eliminaron cuatro de sus ocho marcas de automóviles.

La compañía será propiedad del Departamento del Tesoro en un 60,8 por ciento, el sindicato UAW (United Auto Workers) con un 17,5, el gobierno canadiense con un 11,7 y los acreedores de General Motors con un 10 por ciento. Hoy a la mañana habrá una conferencia de prensa convocada por la compañía, donde se anunciaría el lanzamiento de la nueva firma y de novedades en alguna de sus líneas de productos e incluso en su logo, que según algunas fuentes cambiaría del clásico fondo azul a un “más ecológico” verde.