ECONOMíA
› NEGOCIACIONES DE ÚLTIMO MOMENTO DE LAVAGNA PARA EVITAR EL DEFAULT
La duda es si meter mano en la caja o no
En línea abierta con el ministro de Economía en Washington, Eduardo Duhalde esperará las negociaciones finales de hoy para definir si paga la deuda con el Banco Mundial con reservas o cambia la relación con los organismos. Un crédito por 600 millones podría ser la moneda de cambio.
› Por Claudio Zlotnik
Hasta anoche, el Gobierno no había decidido si utilizar o no 800 millones de dólares de las reservas para cumplir con el Banco Mundial y evitar el défault. Toda la atención se trasladó a Washington, donde se encuentra una comitiva de funcionarios argentinos encabezada por Roberto Lavagna. La decisión última pasa por desprenderse, o no, de una fuerte suma de dinero sin tener abrochado el acuerdo con el Fondo Monetario. En una comunicación telefónica, el ministro de Economía le transmitió anoche a Eduardo Duhalde el estado de las negociaciones y ambos acordaron esperar al resultado de las gestiones de hoy para resolver qué hacer. Aun así, había múltiples versiones sobre cuál será la actitud con el Banco Mundial. Una de ellas, que por la tarde aparecía como la más probable, daba cuenta de que se haría un acuerdo particular con ese organismo.
Este pacto implicaría que la Argentina pague los 800 millones de dólares que vencen hoy, lo que a su vez abriría las puertas a que el Banco Mundial extienda un préstamo por 600 millones destinados a solventar el Plan Jefas y Jefes de Hogar. Si el Gobierno cumple, el directorio del BM aprobaría el crédito para fines sociales en su próxima reunión del martes que viene.
Algunos funcionarios se entusiasmaban con este esquema: permitiría evitar el défault con los organismos y, a la vez, mostrar públicamente una virtud de esa situación, como la recepción de dinero para gasto social. Aunque no sea seguro que, en caso de aprobarse, los 600 millones del Banco Mundial lleguen a la Argentina todos juntos.
Si, tal como aseguraban anoche funcionarios de primera línea, el Gobierno termina pagando, Eduardo Duhalde volvería a incumplir con su compromiso de evitar satisfacer a Washington a costa de perder reservas del Banco Central. De hecho, este mes ya desembolsó 336 millones de dólares: 181 millones la semana pasada y otros 155 millones el último lunes, correspondiente a un vencimiento diferido desde octubre. Estos pagos afectaron las reservas del Banco Central. A pesar de las ganancias acumuladas por sus intervenciones en el mercado cambiario, de 273 millones de dólares en lo que va del mes, las reservas cayeron a 9711 millones.
Los resultados del primer día de Lavagna en la capital estadounidense no fueron los esperados por el ministro. Tras los encuentros con John Taylor, subsecretario del Tesoro norteamericano, y Anne Krueger, número dos del FMI, el titular del Palacio de Hacienda se comunicó con Duhalde y le dijo que aún no había acuerdo con el FMI y que las negociaciones seguían siendo difíciles. El pronóstico reservado de la definición decidió a ambos a pasar para hoy la decisión de pagar o no la cuenta con el Banco Mundial.
El temor del Gobierno es a volver a tropezar con la misma piedra con la que se viene topando desde principios de año. Ya descubrió que hacer buena letra con los organismos no asegura ningún acuerdo. Desde que empezó el año se giraron 4810 millones de dólares a los organismos: 3620 millones por vencimientos de capital de la deuda y otros 1190 millones por vencimientos de intereses. Esta performance puso a la Argentina frente a una paradoja: mientras cumple puntillosamente con el FMI, el BID y el Banco Mundial, se encuentra en cesación de pagos frente a sus acreedores privados tanto locales como extranjeros. Pese a la declaración de défault, la Argentina sigue comportándose como un alumno ejemplar con la burocracia de Washington. Desde un punto de vista político, las negociaciones en Estados Unidos también son decisivas para el Gobierno en general y para Lavagna en particular. Después de viajar dos veces a Washington en un mes y conceder ante sugerencias del FMI –como evitar la sanción de una ley para frenar las ejecuciones por deudas en mora–, el ministro estaría en problemas si convalida la estrategia de seguir pagando la deuda a la espera de las supuestas bondades de un acuerdo futuro con el Fondo.
La perspectiva de un acuerdo con los organismos multilaterales dio lugar a un veranito financiero. El dólar se encuentra planchado –ayer cerró a 3,56 pesos en el segmento libre y a 3,49 pesos en el tramo oficial– y las tasas de interés caen en picada. Este es otro de los argumentos con quecuenta Lavagna para cerrar trato con los organismos, aun cuando ello implique el drenaje de divisas.
La táctica de mandar dólares a los organismos y suspender los pagos a los inversores privados provocó enojos en Wall Street. Diversos fondos de inversión internacionales hicieron llegar su desagrado por tal actitud discriminatoria.
Una vez que defina si pagar o no el vencimiento de hoy, Lavagna se empezará a preparar para los que vienen. En diciembre serán 231 millones de dólares, entre capital e intereses, a los distintos organismos. Pero sin dudas, las obligaciones más pesadas tendrán lugar en 2003. Ya en enero habría que girar 5130 millones, de los cuales sólo la mitad podrían diferirse hasta el 2004.
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