ECONOMíA › TEMAS DE DEBATE: PROMOCIóN DE EXPORTACIONES
La mejora de las exportaciones en los últimos años se debe, fundamentalmente, a la industria de productos farmacéuticos, al complejo autopartista y a instrumentos médicos, ópticos y de precisión. Los especialistas aportan ideas para seguir mejorando.
Producción: Tomás Lukin
Por Carolina Sessa *
Actualmente, la competitividad de las empresas se encuentra ligada a la incorporación de innovaciones tecnológicas en los bienes y servicios que se comercializan en el mercado. En la frontera productiva, las bases del crecimiento son las rentas generadas por la tecnología y el conocimiento. A partir de esta configuración de competencia, el tránsito hacia un sendero de desarrollo tiene que ver con incentivar el aprendizaje entre empresas, sectores y cadenas al interior de los mercados nacionales. Una especialización comercial virtuosa es aquella que se basa en la exportación de aquellos productos de alto contenido tecnológico o alto grado de innovaciones que, a la vez, permiten evitar el fenómeno de deterioro de los términos de intercambio mejorando los ingresos por exportación. Ello puede mitigar los problemas recurrentes de balanza de pagos, siendo al mismo tiempo un impulso dinamizador del crecimiento que brindará mayor solidez y diversificación al aparato productivo. En el mercado interno implicará la creación de empleos de mayores calificaciones, una mejora en la distribución de los incrementos de productividad y en la distribución del ingreso. Al mismo tiempo, los mercados externos de este tipo de productos resultan menos volátiles en cuanto a la variación de sus precios (a diferencia de los commodities) y pertenecen, asimismo, a los mercados internacionales más dinámicos. Así, en la actualidad, una inserción exportadora de calidad es definida como aquella basada en productos de alto valor agregado y contenido tecnológico.
En la Argentina, se observa un histórico predominio exportador del sector agrícola y sus agroindustrias derivadas, verificándose que algunos segmentos han introducido innovaciones con efectos subsecuentes de aprendizaje importantes habiendo generado algunos encadenamientos hacia “arriba” (por ej.: fertilizantes y maquinaria agrícola). Sin embargo, la naturaleza de los productos predominantes (commodities) y la débil densidad de encadenamientos en el conjunto de la cadena productiva limitan las posibilidades de desarrollo de las economías regionales en términos del bienestar de sus habitantes.
Del análisis de la evolución de la inserción exportadora según el contenido tecnológico y el grado de transformación de los productos para la Argentina, surgen algunas conclusiones. En primer lugar, a partir del estudio de los gastos en innovación y desarrollo que realizan las empresas locales de las distintas actividades manufactureras pudo verificarse que ramas como la automotriz e industrias elaboradoras de productos y componentes electrónicos, constituyen sectores económicos que, a diferencia de los países desarrollados, pertenecen a los rangos inferiores de complejidad tecnológica. En efecto, la mayor parte de las innovaciones tecnológicas se realizan en las casas matrices de las firmas, por lo tanto, fuera de las fronteras nacionales. En segundo lugar, el patrón de especialización comercial externa sigue asentándose fundamentalmente sobre materias primas y bienes de escasa diferenciación, es decir, productos elaborados por sectores que, en términos relativos a otras actividades productivas locales, operan en condiciones de baja complejidad tecnológica y bajo grado de transformación. No obstante ello, surgen otros hallazgos significativos: en los últimos años se observa una ganancia en la participación de las colocaciones externas de bienes industriales, explicado fundamentalmente por bienes de mayor contenido de tecnología y alto grado de transformación productiva, que han pasado de una participación promedio de 8,8 por ciento sobre el total de las ventas externas argentinas en el trienio 1996-1998 a un 11,6 por ciento en el período 2005-2007. Esta moderada pero importante mejora reciente de la inserción exportadora argentina se debe, fundamentalmente, al desempeño de la industria de productos farmacéuticos, de algunas ramas del complejo autopartista y, en menor medida, de instrumentos médicos, ópticos y de precisión; sectores que registran las tasas de incremento de las exportaciones más dinámicas y mayores a las verificadas por las colocaciones agroindustriales.
En el largo plazo, la estrategia productiva de un país basada en promover sectores intensivos en investigación y desarrollo genera mayores tasas de crecimiento que la estrategia de crear rentas económicas a partir de la abundancia relativa de recursos naturales o trabajo barato. Dicha abundancia de recursos naturales puede sostener el crecimiento sin esfuerzos significativos de aprendizaje durante un cierto período, pero en el largo plazo las rentas económicas derivadas de la disponibilidad de estos recursos tienden a ser erosionadas y/o concentrados en pocos beneficiarios. El crecimiento es sostenible solamente si los encadenamientos hacia atrás y hacia delante son creados y si las ventajas iniciales son utilizadas para construir ventajas tecnológicas. De modo que, el hallazgo observado a partir del análisis de la composición de la canasta exportadora según su complejidad tecnológica debe ser ponderado, tanto por los hacedores de políticas públicas como en la visión estratégica empresarial.
* Economista de AEDA (Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina).
Por Lucio Castro *
El mundo abre una nueva oportunidad a la Argentina pero es preciso mejorar la infraestructura, la coordinación dentro del gobierno nacional y fortalecer las agencias de promoción provinciales. La incorporación de más de 800 millones de personas a la clase media mundial en la próxima década, encabezadas por China y otros “gigantes emergentes”, implica una demanda de más alimentos, energía y minerales que dinamizará el desarrollo argentino. El consenso de las proyecciones coincide en que la mayoría de los productos primarios enfrentará en la próxima década una demanda excedente y precios hasta 30 por ciento superiores a los promedios de 2002-2006.
A diferencia de la inserción de fines de siglo XIX, esta oportunidad no sólo beneficiará a la región pampeana sino que se proyecta a casi todas las regiones del país. Con su producción repartida en gran parte del territorio argentino, el alza sostenida de la demanda de productos como la carne vacuna, lácteos, trigo, maíz, frutas, soja y carne de pollo será un factor dinamizador, en particular, de las regiones de menor desarrollo relativo.
Sin embargo, las modalidades actuales de la inserción provincial reclaman mejores políticas públicas que permitan aprovechar esta nueva oportunidad. Mientras Buenos Aires exporta más de 5000 productos a 200 destinos, en Formosa se venden menos de 20 productos a no más de 30 países. La mayor parte de las provincias exporta menos de 1000 productos a 50 mercados. Superar esta falta de diversificación es crucial, ya que la evidencia internacional apunta a una relación directa entre concentración exportadora y bajo crecimiento económico.
Otro desafío para las provincias es que no exportan muchos productos diferenciados, lo que las expone a la volatilidad de precios y demanda internacionales. En 17 de las 24 jurisdicciones, los productos diferenciados representan menos de 30 por ciento de las exportaciones. Más allá de los promedios, provincias como Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba tienen estructuras productivas diversificadas y exportan crecientemente más productos diferenciados a cada vez más mercados. Las transformaciones productivas experimentadas por la cadena agroindustrial han jugado un rol vital, con un proceso gradual de difusión desde los sectores primarios hacia sectores de mayor complejidad tecnológica. En el otro extremo, aparecen economías con débiles sectores transables y entramados productivos dependientes de un número limitado de productos primarios y concentrados en pocos mercados, como las del noreste y el noroeste.
Por otra parte, las exportaciones provinciales son poco persistentes: más de 40 por ciento de los productos –considerando el promedio provincial– se exporta sólo durante un año. Además, la capacidad de innovación es reducida: sólo 17 por ciento de lo exportado son nuevos productos. Los costos de transporte castigan en particular a las regiones de menor desarrollo relativo. A medida que se “alejan” de la ciudad de Buenos Aires, las exportaciones provinciales caen 8 por ciento, con impactos aún mayores para el NOA y NEA.
A pesar de estos obstáculos, la Argentina invierte poco en promover sus exportaciones: sólo 300 dólares por cada millón de dólares exportado, lejos del promedio latinoamericano (1600), del internacional (1500) y del de los países desarrollados (1100 dólares). También existen serios problemas de coordinación, con numerosos programas que realizan funciones similares. En contraste con la desarticulación argentina, nuestro análisis sugiere una tendencia mundial a contar con un organismo único que coordine la promoción.
Por otro lado, el foco de la promoción está puesto fronteras afuera y no en capacitación y asistencia técnica, cuando el problema de muchas provincias es la baja densidad del tejido productivo, con pocas empresas y pocos exportadores. Las agencias provinciales son en su mayoría subdependencias ministeriales, muy dependientes del financiamiento público y con baja participación del sector privado. Además, a pesar de presentar una alta concentración de productos y mercados, sus acciones de promoción no tienen foco sectorial ni específico. Empero la baja capacidad innovadora en la exportación, la mayor parte de las agencias se focaliza en exportadores ya establecidos.
Frente a este panorama, los esfuerzos de políticas públicas pagan. Por ejemplo, si se aumentara 10 por ciento la red de caminos pavimentados se podrían incrementar hasta 3 por ciento las exportaciones en la provincia promedio argentina. Relaciones similares se ven en la disponibilidad de energía eléctrica, educación superior y telefonía. Sin reforma interna no habrá una inserción en los flujos de comercio internacional provechosa para el crecimiento con equidad de las economías regionales, que contribuya a combatir los flagelos de la pobreza y la indigencia en la Argentina.
* Director del Programa de Inserción Internacional de Cippec (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento).
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