El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, desplazó ayer a su ministro de Asuntos Agrarios, Emilio Monzó. La explicación oficial es que la movida forma parte de una reestructuración de gabinete más amplia que ya había empezado con la salida de Daniel Arroyo de Desarrollo Social y que incluirá más cambios en los próximos días. Sin embargo, reemplazar a un hombre cercano a la Mesa de Enlace en medio de la protesta rural parece más que un intento por mejorar la gestión. Cerca de Scioli reconocieron a Página/12 que la decisión forma parte de un realineamiento con el gobierno nacional forzado por la delicada situación financiera que atraviesa la provincia. Su reemplazante será Ariel Franetovich, intendente de Chivilcoy, uno de los pocos distritos del interior donde en las últimas elecciones ganó la lista de diputados encabezada por Néstor Kirchner.

La baja de los ingresos provocada por la caída de la actividad económica y la suba de los gastos previa a las elecciones dejó a la provincia con un fuerte déficit fiscal que este año podría superar los 7000 millones de pesos. Esa situación la vuelve extremadamente dependiente de los ingresos que le gira la Nación. De hecho, la semana pasada el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner destrabó recién el jueves el pago de una cuota de casi 300 millones de pesos correspondiente al Programa de Asistencia Financiera y puso en riesgo la liquidación de los sueldos a los empleados públicos provinciales. Incluso se evaluó abonarlos en dos cuotas si el dinero no llegaba.

En el gobierno provincial reconocen que esa demora no fue casual y la vinculan con los encuentros que el gobernador mantuvo en los últimos dos meses con miembros de la Mesa de Enlace, obispos críticos al oficialismo y empresarios de medios que también están en la mira de la Casa Rosada. Esos contactos fueron parte de la estrategia de diferenciación que intentó Scioli luego de la derrota electoral, pero el ahogo presupuestario lo llevó a encolumnarse nuevamente detrás del gobierno nacional y dejar el juego propio para otra ocasión.

La salida de Monzó expresa esa decisión, pues era el funcionario que más alentaba puertas adentro la ruptura con el kirchnerismo. De hecho, la Mesa de Enlace repudió ayer su desplazamiento y lo atribuyó a un supuesto pedido del ex presidente Kirchner. “Esta decisión confirma que Scioli es una suerte de empleado o capataz de Néstor Kirchner”, afirmó el presidente de Federación Agraria, Eduardo Buzzi.

Monzó ya había dado la nota en las últimas elecciones cuando en Carlos Tejedor, su distrito de referencia, la lista de diputados nacionales encabezada por Kirchner obtuvo 28,1 puntos menos que los propios concejales del Frente para la Victoria (26,6 contra 54,7 por ciento). Esa diferencia no fue casual. El ahora ex ministro de Asuntos Agrarios viajó para la campaña electoral a Tejedor y promovió abiertamente el corte de boleta contra Kirchner. Su opinión no pasó inadvertida en el distrito, pues había sido intendente hasta diciembre de 2007 y actualmente sigue siendo el hombre fuerte. De hecho, la actual intendenta, María Giannini, es una ex funcionaria suya que en octubre de ese año obtuvo el 50 por ciento de los votos, aprovechando la buena imagen que entonces tenía el gobierno nacional.

La contracara fue Ariel Franetovich, ahora elegido para reemplazar a Monzó. El intendente de Chivilcoy jugó fuerte a favor de la lista completa del Frente para la Victoria y ese terminó siendo uno de los pocos distritos donde el oficialismo ganó la elección de concejales y diputados. Un dato llamativo es que el desplazado había llegado al gobierno provincial con el respaldo del ministro del Interior, Florencio Randazzo, al igual que ahora lo hace su reemplazante.

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