“Es un éxito tremendo”, fue la calificación que le dio Ricardo Echegaray, titular de la AFIP, al resultado obtenido en la moratoria fiscal y el régimen de blanqueo de capitales. Fue poco después de advertir, en dos oportunidades, “queremos ser prudentes y aplomados a la hora de señalar nuestros logros”. Pero el entusiasmo lo desbordó. Durante 45 minutos, el funcionario expuso ayer los números finales que arrojaron, por la moratoria, un monto total de deuda declarada para su cancelación de 14.719 millones de pesos, en tanto que por el régimen de “exteriorización” o blanqueo de capitales fueron regularizados activos por 18.113 millones de pesos.

Más allá de que la suma de lo declarado en ambos conceptos supera largamente todas las estimaciones previas de analistas privados, tal cual el propio titular de AFIP se ocupó de subrayar, Echegaray señaló que el objetivo principal del “acuerdo fiscal” ofrecido a los contribuyentes en falta no fue “obtener una recaudación inmediata”. Señaló que, en cambio, el objetivo central fue “sostener la actividad económica en el contexto de una crisis internacional muy profunda”. La primera conclusión que surge de los resultados, dijo, es que “estos doscientos mil contribuyentes que regularizaron sigan en actividad”.

Justificó la moratoria impositiva y previsional destacando que se trata de “una herramienta de ayuda de carácter excepcional ante la crisis”. Pero, además, sostuvo que el monto de deuda por impuestos y compromisos por la seguridad social declarados “supone ampliar a futuro la base imponible en el orden de los 50 mil millones de pesos”. Es decir, ésta sería la dimensión en que se agranda la “economía en blanco” tras la regularización.

Por la moratoria se presentaron 169.311 contribuyentes y en el blanqueo otros 35.798. Respecto de la regularización impositiva, Echegaray puntualizó que el 21 por ciento de las presentaciones tuvieron que ver con refinanciación de planes de facilidades de pago anteriores. Del resto, el 41 por ciento de los contribuyentes se presentaron para regularizar deudas por impuesto a las ganancias, el 25 por ciento relacionadas con el IVA y el 14 por ciento, por aportes y contribuciones a la seguridad social.

En relación con el blanqueo o exteriorización de capitales, las declaraciones de los casi 36 mil contribuyentes inscriptos representa incorporar a la economía en blanco más de 18 mil millones de pesos (a un promedio de medio millón de pesos por contribuyente). Se trata de activos de residentes argentinos no declarados, ya sea que estuvieran en el exterior o dentro del territorio nacional. En vez del 35 por ciento de impuesto a las ganancias que hubieran debido pagar como renta de origen desconocido, el régimen de regularización le permitió blanquearlos pagando una tasa entre el uno y el ocho por ciento, según el destino de los fondos.

Según describió Echegaray ayer, “el 10 por ciento fue destinado directamente a inmuebles nuevos”, es decir aproximadamente 1800 millones de pesos. Esta utilización habilitó a sus propietarios a regularizarlos pagando una tasa del uno por ciento. En el otro extremo, hubo 781 millones declarados por 544 contribuyentes que permanecerán en el exterior, sobre los cuales sus propietarios pagarán una tasa impositiva del 8 por ciento. Es decir, que de los 18.113 millones de pesos declarados, el 4,3 por ciento seguirá en el exterior y el restante 95,7 por ciento permanece o vuelve al país (296 millones en títulos públicos).

Las cifras que presentó ayer la AFIP no permiten desagregar entre la exteriorización de capitales que se encontraban en el exterior y los que estaban “ocultos” dentro del país –debajo del colchón o en cajas de seguridad, pero no declarados–. Tampoco, conocer la cifra de los que retornaron (repatriación). Echegaray no hizo referencia a la recuperación de fondos emigrados, pero descalificó a las estimaciones periodísticas sobre la suma de activos de argentinos en el exterior que no están declaradas ante el fisco. “Si usted conoce la cifra o tiene información tan precisa, la invito a que se sume a los equipos de la AFIP”, respondió irónico el titular del organismo a una pregunta de una reportera radial, que lo interrogó aludiendo a “los 128 mil millones de dólares” no declarados de argentinos en el exterior. Cifra que no tiene otro rigor que una estimación periodística.

Ricardo Echegaray prefirió ir por el lado de la “confianza” en la economía de quienes regularizaron su situación. “Es una apuesta a seguir creciendo, ganó la Argentina, ganó la economía física”, destacó, aludiendo a la opción de los que regularizaron capitales por las inversiones en activos reales antes que financieros.

En el mismo sentido, juzgó que los 330.500 empleados incorporados al régimen de regularización laboral –blanqueo de personal en negro– hasta el 31 de agosto, “en plena crisis”, indican una señal de confianza de parte de empresarios medianos y chicos, que fundamentalmente alimentan esa estadística. El régimen seguirá vigente hasta enero de 2010, recordó, pero lo verificado hasta ahora le alcanzó para afirmar que “estamos superando una etapa de la crisis”.

Precisó, además, que la tarea de búsqueda de capitales no declarados o en negro se profundizará de aquí en más, a través de diversos convenios de intercambio de información con países tradicionalmente utilizados como paraísos fiscales. “Son acuerdos con países para que nos abran información sobre cuentas bancarias de argentinos, esperamos recibir información de Panamá, Andorra, Antillas Holandesas, Liechtenstein, pero lamentablemente no todavía con Suiza”, señaló.