El Banco Central aprobó la distribución de dividendos de los bancos Macro, Francés y Santander. El pago total de 340 millones de pesos a los accionistas de las tres entidades había sido postergado por la autoridad monetaria en abril, cuando decidió realizar una serie de test de estrés sobre el sistema financiero doméstico para determinar su solidez frente a la crisis internacional. La Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias de la entidad que conduce Martín Redrado autorizó la distribución el viernes por la tarde y los bancos informaron ayer a la Bolsa porteña. El Macro fue autorizado a repartir 148,3 millones de pesos, el Francés 100 millones –35 millones en efectivo y 65 millones en acciones–, y el Santander 90 millones de pesos.

En la lista de espera está el Patagonia, que ya solicitó autorización para entregar a sus accionistas alrededor de 130 millones de pesos y en las próximas semanas se podrían sumar algunos bancos extranjeros, como el HSBC y el Deutsche. La autoridad monetaria podría determinar si autoriza la distribución de la totalidad del monto acordado en las asambleas de accionistas o un porcentaje menor de acuerdo con el grado de vulnerabilidad resultante de las pruebas de estrés: “No queremos que por la posibilidad de pagar dividendos, si llegara a surgir un escenario negativo, vengan a solicitar liquidez en nuestras ventanillas”, explicaron desde el Central.

Durante el primer semestre del año las empresas que cotizan en Bolsa distribuyeron utilidades por 3160 millones de pesos. El 98,8 por ciento del total se realizó en efectivo y el resto en acciones. El monto representaba la mitad del repartido en los primeros seis meses de 2008, ya que los bancos no fueron autorizados a hacerlo. La prohibición para la distribución de dividendos a las entidades financieras contrastó con la liquidación que realizó YPF por 2477 millones de pesos. Los bancos no fueron los únicos beneficiarios de la autorización. En junio el Ente Regulador de la Electricidad (ENRE) había prohibido a Edesur el pago de 65,5 millones de pesos en dividendos. Según explicó en ese momento el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, la medida se debió a la falta de inversiones. Finalmente la semana pasada se autorizó el reparto de ganancias entre los accionistas de la compañía eléctrica por 48 millones de pesos.

El Francés, el Santander y el Macro celebraron sus asambleas de accionistas entre fines de mayo y comienzos de abril. En ese momento solicitaron la autorización a la Superintendencia para distribuir dividendos, pero la respuesta del Central fue negativa, ya que comenzaba a implementar las pruebas de estrés sobre el sistema financiero. El objetivo de esos testeos era probar la fragilidad de las carteras de los bancos. La medida puso algo nerviosos a los banqueros y accionistas pero no incrementó la incertidumbre en el mercado.

Desde el sector privado sostenían que uno de los objetivos de congelar el pago de dividendos fue evitar que ese dinero se convirtiera a dólares, agregando presiones en una plaza cambiaria marcada por la fuga de capitales. En ese momento, se estaba registrando una salida de divisas que rondaba los 2000 millones de dólares mensuales. Las autoridades del Banco Central no reconocen esta intencionalidad y sostienen que la postergación se debió exclusivamente a “las pruebas de estrés que se realizaron para verificar la solidez del sistema local en medio de la tormenta global, no tenía ningún sentido que repartieran sus ganancias y vinieran a pedirnos liquidez porque estaban en problemas tres meses después”. Además, desde la autoridad monetaria remarcan que “la suma autorizada a distribuir no alcanza los 100 millones de dólares en una plaza cambiaria que está superavitaria hace 40 días por el frente comercial y la desaceleración de la fuga”.