Las últimas inspecciones realizadas por la cartera laboral no detectaron variaciones significativas en el porcentaje de empleo informal. A partir de la desaceleración económica, la tasa de trabajadores no registrados amenazó con dispararse en el último trimestre del año pasado, pero desde el Ministerio de Trabajo explican que la ley de regularización y los Programas de Recuperación Productiva (Repro) permitieron mantener el nivel de informalidad a raya. Hoy se ubica en el 36,4 por ciento. Si bien retrocedió significativamente desde 2003, en la cartera laboral reconocen que el empleo en negro continúa siendo un problema central. El trabajo rural, la industria de la madera y el empleo doméstico son los principales bolsones de informalidad en el país. El 85 por ciento del empleo no registrado se concentra en empresas de menos de seis trabajadores

Las fiscalizaciones más recientes de la cartera que conduce Carlos Tomada registraron niveles de informalidad laboral que oscilan entre el 26 y el 58 por ciento. Los inspectores registraron graves irregularidades en talleres textiles y lavaderos de autos. Uno de los últimos operativos en Lanús había detectado un 75 por ciento de trabajadores no registrados en un set de filmación. Durante la segunda semana de inspecciones, el nivel había disminuido hasta el 36 por ciento. Los relevamientos realizados en gimnasios, “un sector con alta rentabilidad”, se registraron 62 empresas, de las cuales el 63 por ciento estaba en infracción. En el armado y desarmado de la Rural el empleo en negro alcanzó el 60 por ciento, pero ante la repetición de las inspecciones disminuyó la cantidad de expositores en situación irregular.

La informalidad laboral pasó de 49,9 por ciento en el tercer trimestre de 2003 a 36,4 por ciento en el mismo período el año pasado. El estallido de la crisis revirtió la tendencia y subió hasta el 37,8 por ciento en diciembre. “Esa situación nos preocupó a todos, pero entre la ley de regularización que permitió blanquear cerca de 300 mil trabajadores y el Repro se salvaron muchos puestos de trabajo”, apuntó a Página/12 el subsecretario de Fiscalización, Guillermo Alonso Navone.

“Parte de la lucha de este gobierno contra la pobreza es la inclusión y las acciones de este ministerio para combatir el trabajo no registrado promueven dicha inclusión”, señaló Tomada a este diario. Los trabajadores rurales, la industria de la madera y el trabajo doméstico son las ramas con peor desempeño. En el sector rural la cantidad de trabajadores no registrados ronda el 70 por ciento y los empleados domésticos que no están en regla, pese a las facilidades que existen, asciende al 85 por ciento. En el sector maderero la informalidad supera el 40 por ciento. Por su parte, el sector de la construcción, que tenía una de las tasas más elevadas en 2003, se ubica hoy alrededor de la media nacional. Los inspectores de la cartera laboral detectan más trabajadores en negro en las subcontratistas que en las empresas principales. Desde 2004 hasta la fecha se fiscalizaron más de dos millones de trabajadores en 677 mil establecimientos.

En el sector de turismo los inspectores no registraron subas significativas en el trabajo no registrado durante la temporada invernal. Sobre seis mil trabajadores relevados, el 35,3 por ciento se encontraba sin registrar. En este caso, la estabilidad de la tasa se debió más a la desaceleración económica que desincentivó la contratación de personal temporal que suele hacerse en condiciones irregulares.