El proyecto de ley para aumentar los impuestos internos a una serie de productos electrónicos con el objetivo de favorecer a la industria radicada en Tierra del Fuego esconde un pase de facturas entre Agustín Rossi, titular del bloque K en Diputados, y Miguel Angel Pichetto, jefe de la bancada kirchnerista en la Cámara alta. El Senado volverá a tratar en comisión la iniciativa enviada originalmente por el Ejecutivo, para dar marcha atrás con una modificación hecha por Diputados sobre los equipos de aires acondicionados. Según indicaron a Página/12 cerca de Pichetto, “la idea es mantener el texto original del Gobierno”. Sin embargo, desde la conducción del bloque oficialista en Diputados aseveraron que ratificarán la norma con las modificaciones realizadas durante la sesión a instancias de la ministra de Producción, Débora Giorgi.

La iniciativa para aumentar los impuestos internos tomó relevancia por la oposición de las cámaras que nuclean a los ensambladores nacionales de notebooks y los importadores de esos mismos equipos. Sin embargo, el último episodio de esta normativa estuvo relacionado con los equipos de aire acondicionado. El proyecto enviado por el Ejecutivo señalaba que se subirían los impuestos a los equipos fabricados en el continente hasta 6000 frigorías. Pero el día de la votación, Gustavo Marconato, presidente de la Comisión de Presupuesto, introdujo una modificación que consistió en gravar los equipos de hasta 18.000 frigorías. Para la oposición, ese cambio beneficiaría sólo a la empresa BGH.

Según el legislador, esa modificación tenía el aval de Giorgi, quien luego desconoció cualquier injerencia sobre el proyecto a través de una nota enviada a Pichetto. La Secretaría de Industria envió a dos funcionarios a la Comisión de Presupuesto del Senado, que preside Fabián Ríos. Uno fue Horacio Cepeda, jefe de Gabinete de Giorgi, y el otro fue Osvaldo Alonso, subsecretario de Industria. Ninguno de los funcionarios hizo objeción alguna sobre la modificación realizada en Diputados. Lo curioso es que en la versión taquigráfica de la comisión no aparecen las preguntas que varios senadores les formularon a los funcionarios sobre los equipos en cuestión.

Según el análisis que están realizando en la oficina de Marconato, el cambio introducido representaría para BGH una rentabilidad extra de 200.000 pesos. Del total del mercado de aires acondicionados superior a las 6000 frigorías, el 15 por ciento es fabricado en Argentina y un 85 porciento es importado. Para el secretario de Industria de Tierra del Fuego, Fabián Delamata, hay una sola empresa en el continente que puede fabricar los equipos superiores a las 6000. Además “habría una demanda insatisfecha de aproximadamente 15.000 equipos”. En Tierra del Fuego hay otras seis empresas, además de BGH, que tendrían la capacidad para producir estos equipos.

“Todas estas trabas que fueron apareciendo son producto del lobby de los importadores y de los sectores políticos que no quieren que salga la ley”, afirmó Delamata a Página/12.

La idea que están manejando algunos diputados del oficialismo es ratificar la norma tal cual salió de esa cámara, si es que el Senado efectivamente la aprueba con correcciones. Incluso se está barajando la posibilidad de mandarle una nota a Pichetto para dejar más en claro la posición del bloque K en Diputados.

Sin embargo, la resolución de este proyecto de ley –que parecía muy sencillo de aprobar pero ahora puede convertirse en un problema político para el oficialismo parlamentario– dependerá de Cristina Fernández de Kirchner, quien les hizo saber a sus diputados que ella resolvería el conflicto en los próximos días. Por su parte, varios senadores de la oposición creen que la normativa no será tratada por esa cámara en este período.