ECONOMíA › EL GOBIERNO EMPEZó EL DIáLOGO SOBRE LA DEUDA EN DEFAULT
Amado Boudou se reunió con el embajador japonés y le confirmó la decisión de Argentina de llegar a un acuerdo con el grupo. Ese país es el segundo mayor acreedor del Club y un eventual canal para acercar posiciones. No se pagará con reservas.
› Por David Cufré
El Gobierno empezó a mover las piezas de la negociación con el Club de París para regularizar la deuda en default. El ministro de Economía, Amado Boudou, se entrevistó anteayer con el embajador japonés, Hitohiro Ishida, en lo que fue un primer acercamiento con un país clave dentro de ese grupo de acreedores. Japón concentra el 25 por ciento del total de la deuda con el Club y es el segundo al que más se le debe. Son 1950 millones de dólares, sobre un total de 7750 millones, de acuerdo con cifras oficiales del Poder Ejecutivo. Salvo Alemania, que tiene 2800 millones de dólares (el 35 por ciento) por cobrar, el resto de los pasivos se reparte entre un grupo de naciones donde ninguna supera el 9 por ciento. El Gobierno confía en que las buenas relaciones con Japón luego de la elección de la norma de ese país para la televisión digital pueda ser una excelente carta de presentación frente al Club, que facilite el camino hacia un acuerdo.
Al Gobierno le interesa cerrar esta cuestión lo antes posible. Boudou está difiniendo si viaja a París la segunda semana de octubre, luego de participar en Estambul, Turquía, de la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial. Está esperando un guiño para ir a reunirse con las autoridades francesas, cuya incidencia política también es determinante dentro de la institución. Estas conversaciones con Japón y con Francia son para ir acercando posiciones antes del inicio de negociaciones formales con el Club. Y para dejar en claro un aspecto central de la postura que llevará el Gobierno: la Argentina no saldará los 7500 millones de dólares adeudados con reservas del Banco Central, sino que planteará un esquema de refinanciación a largo plazo, que podría alcanzar a una década.
En este punto hubo un cambio de posición respecto de lo que anunció Cristina Fernández de Kirchner hace un año, cuando dijo que se saldaría la deuda en default con reservas, en una estrategia similar a la que había ensayado el gobierno de su esposo con el FMI (aunque en ese caso lo que se hizo fue cancelar pasivos por adelantado). En el medio, lo que ocurrió fue el estallido de la crisis financiera internacional y la necesidad de preservar las reservas en un contexto complicado. Este escudo resultó clave para hacer frente a la fuga de divisas y las tensiones cambiarias que ahora empiezan a revertirse.
El apuro por acordar con el Club de París –el Gobierno aspira a una negociación corta, que esté lista hacia principios de 2010– es para mejorar el clima financiero, según la expectativa de los funcionarios. “Tenemos que bajar la tasa de interés. Es fundamental para generar inversiones y alentar el consumo”, dijeron en Economía a este diario. Este objetivo es una prioridad del Palacio de Hacienda para el próximo año, pensando en un escenario de fuerte recuperación del nivel de actividad, más allá de la proyección conservadora del Presupuesto. Acordar con el Club de París, además, es un paso necesario para volver a conseguir financiamiento en los mercados internacionales de deuda, otra meta que se fijó Boudou para 2010. En esa línea, también se proyecta la reapertura del canje para los acreedores que rechazaron la reestructuración de 2005, conocidos como holdouts.
Como se indicó más arriba, el principal acreedor del Club de París es Alemania, con 2800 millones de dólares. Después sigue Japón, con 1950 millones, y mucho más atrás aparecen Holanda con casi 700 millones (8,5 por ciento del total de la deuda con el grupo), Italia con 500 millones (6,5), Estados Unidos con 490 millones (6,3), España con 450 millones (5,5), Suiza con 350 millones (4,5), Francia con 260 millones (3,5), Canadá con 180 millones (2,3), Austria con 65 millones (1) y otros países con cifras menores, hasta alcanzar un total de 7750 millones.
De manera informal, el primer diálogo por la deuda con el Club de París fue en la reunión entre el ministro de Economía y el embajador Ishida, quien transmitió la satisfacción del gobierno japonés por la adopción de su norma para la televisión digital. Boudou, por su parte, le confirmó la intención del Ejecutivo de alcanzar un acuerdo rápido por la deuda en default. La posición que adopte Japón será relevante por el peso de sus acreencias dentro del grupo. El Gobierno espera una actitud favorable en respuesta al gesto de haber cambiado de la norma estadounidense a la japonesa para la televisión digital.
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