Mié 14.10.2009

ECONOMíA  › REGULACIóN DE IMPORTACIONES

De barreras y desvíos

El Gobierno desplegó a lo largo del año una serie de herramientas para proteger a la industria frente a la amenaza importadora. La caída en los precios por acumulación de stocks provoca una “competencia desleal”, que de no regularse sería aprovechada por los importadores. Eso generaría la pérdida de puestos de trabajo, con un efecto multiplicador depresivo. Por la fuerte incidencia en el comercio exterior argentino, uno de los principales afectados por la regulación fue Brasil. Sin embargo, desde el Ministerio de Industria y Turismo publicaron ayer un informe que resta argumentos al país vecino en sus quejas por esas medidas. El documento sostiene que, en el caso del calzado, los mecanismos de resguardo comercial favorecieron a Brasil frente a China. Las compras al socio del Mercosur representan el 48 por ciento del total en este rubro, mientras que las de China llegan al 32.

En la cartera que encabeza Débora Giorgi hacen equilibrio para que las medidas de protección a la industria no lesionen la relación con Brasil. Las licencias no automáticas, recuerdan, afectan a menos del 7 por ciento de las importaciones a ese país. Pero su impacto sobre los sectores alcanzados es claro. Se visualiza al comparar el comportamiento de la importación de productos regulados y de aquellos sin restricción. Mientras que la baja en el total de las importaciones provenientes de Brasil fue del 38 por ciento, la caída en la compra de productos con licencias no automáticas llegó a un 58 por ciento. Los datos computan la evolución del comercio durante el primer semestre del año, en comparación con igual período de 2008. Buena parte de la diferencia es atribuible al sistema de regulación comercial.

En algunos de estos productos se pudo haber generado un desplazamiento a favor de China. Sin embargo, en Industria relativizan esta versión. Ayer dieron el ejemplo del calzado, sector en el cual el país vecino sigue dominando como principal proveedor de la Argentina.

Durante el primer semestre de 2008, las compras globales sujetas a licencias no automáticas fueron del 9,6 por ciento. Según Mauricio Claverí, economista de Abeceb, el dato muestra la escasa porción regulatoria de la Argentina sobre Brasil en ese período. Pero en los primeros seis meses de este año, cuando el control sobre las importaciones se hizo más fuerte, el impacto real de las licencias no automáticas sobre el total tuvo que haber aumentado. Según la consultora citada, estaría alrededor de un 15 por ciento, lo que suena lógico teniendo en cuenta el “piso” que muestra el 9,6 del 2008 y el “techo” que marca la diferencia entre la baja en las compras de productos con licencias no automáticas (-60 por ciento) comparado con las importaciones totales (-40 por ciento).

A pesar de los esfuerzos para controlar la entrada de productos chinos, se puede observar un efecto desplazamiento en algunos rubros con regulación, a favor del gigante asiático y en detrimento del país vecino. Siempre en el primer semestre, el total de las compras a Brasil bajo regulación cayó un 58 por ciento, mientras que para China lo hizo en 35. Esto está en línea con las quejas de empresarios brasileños, aunque es una dinámica que no tiene que ver únicamente con las regulaciones. “El impresionante poderío exportador chino permitió que siga avanzando en el mercado local, la causa de esto no son las licencias no automáticas”, explicó Claverí.

También cabe destacar que en los últimos dos meses los controles a la importación se relajaron para el caso brasileño que, sumado a un conjunto de acuerdos sectoriales entre privados, permitieron distender la situación bilateral. “Desde julio, la Argentina asumió el compromiso de aliviar las trabas al comercio bilateral”, indicó el economista. Esto concuerda con la baja en los reclamos de parte de los brasileños y el visto bueno de las políticas de regulación por el gobierno del país vecino. De hecho, en tres de los rubros en donde la producción brasileña salió más perjudicada con respecto a China en el primer semestre ya hubo acuerdos sectoriales. Se trata de papel, muebles de madera y –justamente– calzado. Completan la lista de acuerdos los sectores lácteos, baterías para autos, frenos y embragues.

De esta forma, los datos comerciales del primer semestre explican las tensiones bilaterales, que luego decayeron tanto por mejorar el contexto económico como por la mejor predisposición de ambas administraciones. Las regulaciones aplicadas están permitidas por la Organización Mundial de Comercio (OMC) y son formas válidas y necesarias de proteger la producción nacional. Pero por ser Brasil el principal socio comercial, conviene analizar en forma pormenorizada la evolución de esta relación particular.

Informe: Javier Lewkowicz.

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