ECONOMíA › EL PROYECTO QUE SUSPENDE LA LEY CERROJO LLEGó AYER AL CONGRESO
El monto de deuda involucrado, pero no reconocido hasta ahora por el Gobierno, es de 20 mil millones de dólares en capital y 9 mil millones por intereses vencidos. Se estima que la adhesión superará el 60 por ciento. Boudou irá mañana al Congreso.
› Por Tomás Lukin
La suspensión para la Ley Cerrojo llegó al Congreso ayer por la noche. La imposibilidad para reabrir la reestructuración de títulos públicos tiene un año de gracia hasta el 31 de diciembre de 2010 o hasta cuando finalice el proceso. El proyecto de ley que posibilita la reapertura del canje de 29 mil millones de dólares, 20 mil de capital y 9 mil de intereses atrasados estipula que la oferta a los holdouts no podrá ser igual ni mejor que la realizada en 2005. En ese momento la quita fue del 65 por ciento. Los bancos que acercaron la propuesta garantizan un 50 por ciento de aceptación y en el Gobierno estiman que la operación podrá superar el 60 por ciento.
En el bloque oficialista de Diputados confían en que el proyecto no encontrará oposición: “Salvo los diputados del SI, que proponen revisar la legitimidad de la deuda, hay coincidencia entre los bloques”, señalaron a Página/12. El ministro de Economía, Amado Boudou, se trasladará al Congreso mañana para responder las dudas de los diputados sobre la normativa. Según la legislación, el Ejecutivo se compromete a informar al Congreso sobre el avance del proceso del canje.
El capital en default en manos de los holdouts alcanza los 19.832 millones de dólares. A ese monto hay que sumarle, según quién lo estime, entre 8800 y 9300 millones de dólares en concepto de intereses atrasados. Así el total de esa deuda ronda los 29 mil millones. La quita será como mínimo del 66 por ciento, “para no afectar los intereses de aquellos tenedores de deuda que participaron en el proceso de reestructuración”, sostiene el proyecto. Así, el canje implicaría la incorporación a la contabilidad del Estado de una cifra que variará dependiendo del grado de aceptación. Esa deuda hasta ahora era desconocida por las cuentas públicas. En Econométrica y Estudio Bein, dos consultoras de la city porteña, estiman que se emitirán entre 6 y 9 mil millones de dólares de deuda nueva. Sin embargo, estos cálculos difieren según cómo se valúe la quita, si se hace sobre valor presente o sobre el valor nominal de los títulos.
El proyecto establece que la nueva deuda que se emita “deberá implicar una reducción de los montos de deuda, un incremento de los plazos y/o una reducción de los intereses que la nueva deuda devengue”. Si bien todavía no se conocen las características de la operación, en el mercado estiman que el Gobierno ofrecerá el mismo título que en 2005, el Discount en dólares que rige con la legislación de Estados Unidos y paga un interés del 8 por ciento. Asimismo, el texto prohíbe diferenciar con un trato más favorable a los tenedores que no iniciaron acciones legales.
De los 20 mil millones en default, alrededor de la mitad estaría en manos de los bancos que acercaron la propuesta. Las entidades son el virtualmente nacionalizado Citibank, el alemán Deutsche y el Barclays. En el Gobierno sostienen que “un canje que ronde el 65 por ciento de aceptación nos dejaría satisfechos”. Si la aceptación fuera del 76 por ciento, el mismo nivel que el obtenido con la “exitosa” reestructuración de 2005, implicaría un incremento en el stock de deuda de 7300 millones de dólares (según la base de cálculo de las consultoras de la city).
La propuesta planteará una diferenciación entre bonistas individuales e institucionales que girará alrededor del tamaño de la quita y la suscripción del nuevo bono. Quienes participen del canje podrán elegir la oferta que prefieran. Para los tenedores individuales, los bonistas italianos y alemanes, la quita sería mayor pero no deberán aportar dinero. Los bonistas institucionales, que garantizan tener un piso del 50 por ciento de aceptación, tendrán que suscribir un nuevo título por el 10 por ciento del monto canjeado. Así, el Estado espera recaudar como mínimo alrededor de 1000 millones de dólares. Todavía no se sabe si la oferta incluirá la entrega de cupones atados al PIB como recibieron los bonistas en 2005. El proyecto abre la posibilidad para que el capital se ajuste por algún índice.
En el Gobierno sostienen que la reconexión con el inestable mundo financiero permite despejar incertidumbre y disminuir el costo del financiamiento. Si bien los analistas coinciden en señalar que bajará la tasa de interés, por el canje y por la situación de liquidez internacional, es difícil estimar cuánto caería. Boudou apuesta a lograr tasas de un dígito.
De los 146 mil millones de dólares de deuda del sector público, 46 mil millones son intra sector público, o sea están en manos de organismos estatales –principalmente Anses– y su renegociación es sencilla. La relación deuda producto, que hoy se encuentra rondando el 47 por ciento, ascenderá como máximo al 52 por ciento, según la nueva emisión calculada por las consultoras. En 2003 la deuda total representaba el 139 por ciento del producto, en 2005 después de la reestructuración se ubicaba en el 74 por ciento. En Brasil, la relación deuda producto llega al 43,5 por ciento.
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