El consejo académico que revisa la actuación del Indec irá hoy al organismo a una nueva reunión con su director técnico, Norberto Itzcovich. Los representantes de cinco universidades seguirán intercambiando información con el funcionario, en un clima que no es el mejor. Algunos de ellos se quejan por lo bajo de que no logran acceder a los datos que reclaman para hacer su evaluación. Itzcovich ofreció ayer una conferencia de prensa junto a la titular del Indec, Ana María Edwin, y aclaró su posición. “Les dimos toda la información que pidieron y estamos abiertos a seguir haciéndolo. Si algo falta, queremos saber en concreto qué es para poder suministrarlo”, afirmó, con algo de queja. “En la reunión de mañana (por hoy) pondremos negro sobre blanco todo lo que se hizo y vamos a superar cualquier diferencia que pueda haber surgido”, agregó Edwin.

Pero la jefa del Instituto también fue categórica en su evaluación de la situación del organismo: “Al Indec no hay que normalizarlo porque no está ‘anormalizado’, si es que esa palabra existe. El Indec no está intervenido. Yo soy la directora nombrada por decreto igual que todos los directores que hubo en la institución”, recalcó. En la misma línea, Itzcovich volvió a enumerar ejemplos de cómo la actual conducción empezó a poner en orden la elaboración de varios indicadores, empezando por el IPC, que se producían con “notables falencias” en gestiones anteriores, según su interpretación.

Los funcionarios defendieron cómo se mide la inflación y dijeron que los problemas de credibilidad no son exclusivos de esta gestión. “No nos ocurre nada distinto a lo que pasa en otros países del mundo. En Francia, que tiene el instituto de estadística más prestigioso, hicieron una encuesta entre la población y surgió que la percepción de la suba de precios es el doble de la que registra el dato oficial”, mencionó Itzcovich. “En Inglaterra tuvieron terribles complicaciones para explicar que el precio del té había subido 4 por ciento, cuando la gente decía que había subido el 25”, añadió.

Edwin se sumó con otros dos ejemplos: “No recuerdo en toda la historia del Indec que alguien creyera en el IPC. Los problemas de representatividad son los mismos en todos lados”, afirmó. “En 1999 –siguió– el entonces director del Indec, Héctor Montero, contrató una consultora privada para medir el grado de confiabilidad en las estadísticas. El resultado fue que la credibilidad era muy baja en los indicadores económicos y mayor en el censo.” Por último, recordó que entre 2004 y 2005 su antecesor en el cargo, Lelio Mármora, también tuvo que dar varias veces explicaciones por subas del IPC que parecían bajas para la población. “El problema es que el IPC es un promedio de precios y eso provoca que nadie se sienta identificado. Es una cuestión que se está revisando en el mundo”, sostuvo Edwin, quien recordó que el IPC “no es un índice de costo de vida”.

Respecto del trabajo en marcha en el IPC, Itzcovich comentó que un cuarto de los cincuenta encuestadores de precios del Indec ya están saliendo al campo con computadoras portátiles, tal como se había comprometido ante el consejo académico, y anticipó que en tres meses todos tendrán sus netbooks. “Si el consejo académico quiere saber a cuánto medimos el precio de la mayonesa en Belgrano, se lo vamos a mostrar”, desafió Itzcovich, para señalar que no hay manipulación de datos en el procesamiento que se hace en el Indec. El hecho de que los encuestadores ahora registren los precios en computadoras debería ayudar a quitar suspicacias, de acuerdo a la lectura del funcionario.

Por otra parte, el director técnico sostuvo que se está trabajando con las direcciones provinciales de estadísticas para homogeneizar la elaboración de los distintos IPC. “Lo que existe hoy no es comparable, no sólo porque se utilizan canastas distintas, sino porque las metodologías y los procesos son diferentes. Queremos llegar a índices que puedan ser homogéneos”, afirmó. Edwin también indicó que las autoridades del Indec siguen analizando la posibilidad de producir más de un IPC, para registrar los consumos de distintas franjas de la población. “No es una tarea fácil y existen algunas contraindicaciones. En Inglaterra la experiencia no fue positiva”, comentó. En ese sentido, explicó que a mediados de año vendrá a la Argentina uno de los mayores expertos en la materia, Bryan Graff, consultor del FMI, para debatir sobre el tema.

El ministro de Economía, Amado Boudou, acompañó a los funcionarios –también estuvo el titular de la EPH, Claudio Comari– y los respaldó en su gestión. “Lamentablemente a veces afuera nos ven mejor de lo que lo hacemos nosotros mismos”, señaló, en referencia a los resultados de una visita que Edwin e Itzcovich hicieron a Estados Unidos para una serie de encuentros con especialistas en estadísticas.