ECONOMíA › AGILIZAR EL CREDITO Y ESTIRAR LOS PLAZOS, ACERCARLO AL INTERIOR, DESCENTRALIZACION BANCARIA: PRIMERAS METAS DE MARCO DEL PONT
Una vez ratificada en el cargo, las primeras medidas de la presidenta del Banco Central señalarían el intento de dejar atrás la etapa que clausuró Martín Redrado, quien dejó un sistema financiero sólido pero para muy pocos.
› Por Raúl Dellatorre
La tremenda batalla por la presidencia del Banco Central dejó en claro, por si hiciera falta, que la definición de quién está al frente de la autoridad monetaria es mucho más que una cuestión técnica. Expuestas o no, en esta pelea se enfrentaron dos concepciones económicas y de la política monetaria ligada a ella. La titular propuesta por Cristina Fernández, Mercedes Marcó del Pont, había iniciado desde su nombramiento “en comisión” una serie de transformaciones respecto del rol del sistema financiero que, en los próximos días –si logra la aprobación de su pliego en el Senado–, buscaría poner inmediatamente en marcha. Pero, además, el viernes último tuvo una intervención en una jornada por el Día de la Mujer Trabajadora, en el que lanzó varias definiciones que marcan en forma tajante el sentido de la transformación que representa el salto de Martín Redrado a Marcó del Pont al frente del Banco Central.
El diagnóstico que la funcionaria realizó sobre la situación del Banco Central y el sistema financiero al ser desplazado Redrado del cargo fue lapidario. “Cuando llegué, si uno tomaba una foto, lo que se veía era un sistema financiero sólido, solvente, al cual la crisis no había logrado afectarlo. Pero en la misma foto veía qué pasa con la distribución del crédito y el alto grado de concentración, ve quiénes acceden y quiénes no, ve el abandono de las regiones más postergadas, ve a qué segmentos de la economía se prestó y a cuáles no. También veo un alto costo del financiamiento, veo elevados spreads (diferencia entre tasas que cobran por créditos y las que pagan por depósitos los bancos). Y sobre esa foto tenemos que actuar”, describió el viernes en el Ministerio de Trabajo.
Algunos de los ejes sobre los que trabaja el equipo que acompaña a Marcó del Pont, y sobre los que ya intercambió ideas con sectores productivos y grupos de bancos, son los siguientes:
- Buscar instrumentos que sirvan como correa de transmisión entre la liquidez de que gozan los bancos y el crédito para los sectores productivos. Uno de los primeros planos sobre los que se trabaja es en el alargamiento de los plazos de la oferta crediticia, un costado sobre el cual la banca privada exhibe mucha resistencia. La propuesta a implementar vendría de la mano de un sistema de premios y castigos (pasillos adentro del Banco Central se habla de “incentivos y desincentivos”) al otorgamiento del crédito, buscando alentar y orientar mediante una intervención activa (¿redescuentos?) de la autoridad monetaria, el sentido y costo del crédito.
- Federalización del crédito. El diagnóstico indica que la accesibilidad al crédito en regiones muy distantes de los principales centros urbanos es prácticamente nula. Se apuntará a trabajar con la banca privada para alentar la oferta de créditos a la producción en zonas muy necesitadas y mal atendidas.
- Bancarización territorial. Uno de los datos que más preocupa a la nueva gestión es el alarmante desequilibrio territorial en los servicios bancarios, con una exagerada concentración en los grandes centros urbanos y una ausencia casi absoluta en vastas regiones. Una posible herramienta de aliento a la instalación de la banca privada en regiones del interior sería condicionar la habilitación de nuevas sucursales en áreas con alta densidad bancaria, a la paralela instalación en regiones desatendidas.
En su exposición del viernes último, Marcó del Pont insistió en varios pasajes en su enfoque de actuar sobre la oferta para corregir los desequilibrios en los mercados de bienes, antes que en la restricción de la demanda. Y en esta perspectiva, desde la visión de la presidenta del Banco Central, el sistema financiero debe cumplir un rol estratégico.
“Hay una idea muy monetarista instalada sobre la interpretación del aumento de precios. Lo ven como un problema de variables monetarias, pero no miran qué pasa con la oferta de productos, no ven la puja distributiva entre sectores, los cuellos de botella en la inversión, no ven la capacidad distributiva del Estado (al cual se le reclama ajuste de gastos). Hay una necesidad de un nuevo debate sobre el financiamiento y el crédito. No es un problema de la demanda lo que enfrentamos. Argentina construyó un mercado interno que permitió el crecimiento a partir del mayor empleo y el aumento de la capacidad de compra. La política del Banco Central debe ser ver cómo ese proceso se sostiene en el tiempo y cómo, desde el sistema financiero, no hay ningún tipo de interferencia en la oferta productiva ni en el crecimiento de la demanda.”
La dinámica que buscará implementarle al Banco la presidenta a la espera de ratificación deberá recorrer un camino en el que se combina la negociación y búsqueda de acuerdos con posibles confrontaciones con la banca, según reconocen sus allegados. Pero también creen que Marcó del Pont, o la propuesta que ella representa, puede haber salido fortalecida de este combate. Con alguna precaución, aunque con una épica militante, la propia funcionaria lo había señalado en su disertación del viernes pasado: “Entre las cosas que recojo tras estas semanas movidas, es que hemos demostrado la fuerza de nuestras ideas. Si salimos a explicar cuál es ahora el problema sin miedos, evitando ser psicopateados, que nos descalifiquen, cosas que muchas veces inhibe los procesos de transformación y de cambio, los sectores nacionales y populares van a estar de nuestro lado. Seguir adelante con las transformaciones va a seguir provocando reacciones, pero si en estos momentos difíciles tuvimos el apoyo de movimientos sociales, las centrales sindicales, asociaciones de pequeños y medianos empresarios, sectores políticos identificados con esos sectores sociales es porque todo lo que hemos avanzado lo logramos colectivamente”, señaló, casi al rematar su intervención.
Tras la definición que adopte el Senado a mediados de semana, si de la misma surge la ratificación de Marcó del Pont como presidenta del Banco Central, inmediatamente emprenderá viaje a Cancún, México, para participar de la Asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Allí ya tiene previstos varios encuentros bilaterales con sus pares del continente y alguno de los europeos que participan en el encuentro. Allí empezará a mostrarse la otra cara de la gestión de la nueva titular del banco y, probablemente, el perfil de un nuevo Banco Central.
Frente a aquel alineamiento de Martín Redrado (y sus antecesores en más de dos décadas) con las ideas monetaristas y favorables o permisivas del capital financiero dominante, surgirá una postura cuestionadora e interpelante al sistema, reclamando compromiso de la banca multilateral con los problemas sociales y económicos de la región. También, en esto, quedará reflejado el gran salto que significa haber reemplazado a Redrado por Marcó del Pont. Y el interés de otros, como ya se demostró en el Senado, por que el salto quede a mitad de trayectoria y caiga en el abismo.
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