Lun 16.12.2002

ECONOMíA  › EL EX FUNCIONARIO MENEMISTA QUE SE JACTA DE POSEER 70 MILLONES

Tan cerca de la gloria y de Devoto

El ex titular del Banco Central, el menemista Pedro Pou, puede llegar a ser restituido en su cargo por la Corte Suprema. Pero, al mismo tiempo, está procesado en tres causas por defraudación y en menos de un año podría ir preso.

› Por Maximiliano Montenegro

¿Cómo estamos Pou? Eh... El sinuoso ex titular del Banco Central se siente por estos días a un paso de la cima, pero también del abismo. “¿Y ustedes qué saben si yo no tengo 72 millones de pesos?”, le gritó al prosecretario del juzgado que lo embargó por esa suma y lo inhabilitó para efectuar el más simple trámite bancario. No es el único procesamiento que pesa, como una espada de Damocles, sobre el ex funcionario menemista, acusado de “defraudación en contra de la administración pública”: también está procesado en otras dos causas (por la liquidación de los bancos Bisel y Medefin), una con confirmación de Cámara. Si la Justicia avanzara como hasta ahora, en menos de un año Pou podría llegar a perder su libertad. Para colmo, este año la DGI lo intimó dos veces por no pagar impuestos y dos fiscalías lo investigan por enriquecimiento ilícito, pesquisas que cobrarán nuevo impulso a partir de su desplante de esta semana. Sin embargo, paradojas de la Argentina, aunque no pueda firmar un cheque, Pou también está cerca de ser restituido como presidente del Banco Central por la Corte Suprema, un hecho que detonaría una grave crisis institucional. El diario menemista Ambito Financiero publicó que ya cuenta con 4 votos supremos (la mayoría automática de Carlos Saúl) a favor de su reincorporación. Pero el propio Pou asegura que están los cinco.
Ingresó a la función pública en 1991, sumándose al directorio del Banco Central, que pasó a presidir a mediados del ‘96. En 1995, el economista, que hoy sigue leal a Menem, declaraba un patrimonio de 940.944 pesos. Un año más tarde, manifestó poseer 2.125.725 pesos. Y en 1997 blanqueó que contaba con más de 5 millones. Un salto patrimonial sorprendente para alguien que percibía un sueldo neto de 14 mil pesos mensuales, divorciado y con tres hijas estudiantes.
En su última declaración jurada ante la Oficina Anticorrupción, en el 2001, Pou declaraba un patrimonio de 4.762.701 pesos. Un departamento en Capital, en la calle Cavia, valuado entonces en 331.800 pesos; un campito de 7 hectáreas en San Pedro, por 74.700 pesos; una explotación agropecuaria (Estancias Unidas del Ibicuy) en Entre Ríos, por 2.451.035 pesos; el 10 por ciento de una inmobiliaria/constructura, por sólo 10.000 pesos. Además manifiesta tener dinero en efectivo o en cuentas a la vista por unos 130.000 pesos, la mitad en dólares. Pero lo más curioso son las fuertes inversiones en bonos de la deuda: casi 1,5 millón en Bonte 05, títulos públicos denominados en dólares, actualmente pesificados a 1,40 más CER. Es decir, hoy tendría cerca de 3 millones de pesos, siempre que haya aceptado el canje por préstamos garantizados propuesto por Cavallo. La otra posibilidad es que continúe con los Bonte 05, que están en default (cesación de pagos), y reclame judicialmente su dolarización.
Sea como fuere, si ése es todo el capital de Pou, entonces es uno de los jugadores financieros más arriesgados que se haya visto. Poner todo su dinero en una única canasta no es aconsejado por ningún asesor financiero que se precie. Mucho menos si la apuesta era al Estado argentino del 2001, cuando no había piso para depresión y los capitales salían espantados del sistema financiero.
Por eso, hay varios que sospechan que ésos no son sus únicos activos, desconfianza que es lógico que se acreciente si se lee el informe que redactó el prosecretario del juez Claudio Bonadío, cuando Pou lo increpó en el 4º piso de Comodoro Py: “¿Y ustedes qué saben si yo no tengo 72 millones de pesos (para cubrir el embargo)?”. Luego efectuó confusas declaraciones a la agencia Télam, dejando nuevamente abierta la posibilidad de contar con esa suma de dinero. Sólo más tarde, aclaró a NA que sólo era dueño de unos 5 millones, como consta en su declaración jurada.
Por lo pronto, dos fiscales, Eduardo Freiler y Guillermo Montenegro (ninguna relación con el autor de esta nota), lo investigan por enriquecimiento ilícito, como derivación de dos causas diferentes. En tanto, en la Ufitco (Unidad Fiscal de Investigaciones de DelitosTributarios y Contrabando) quieren averiguar si el ex funcionario pecó de soberbia o de sinceridad.
Este año, la AFIP embargó dos veces las cuentas de Pou por no haber abonado correctamente sus impuestos. El reclamo del fisco fue pequeño: poco más de 10.000 pesos. Pero molesto, para quien se consideró un intocable en la función pública durante una década entera. De todos modos, ¿qué le hacen esas rayitas a un tigre marcado por causas mucho más grandes?
Por ahora, en Tribunales, los procesamientos en su contra se multiplican. Por la causa de la liquidación del Banco Feijin, Bonadío lo procesó y lo embargó por los famosos 72 millones. En la causa del Bisel, María Romilda Servini de Cubría también lo procesó, fallo que fue confirmado por la Cámara. En el affair Medefín, en tanto, quien encontró que había semiplena prueba de que había cometido el delito de defraudación fue el juez Sergio Torres.
En Comodoro Py señalan que, por lo menos, dos de las causas serían elevadas a juicio oral y público antes de un año y, de haber condena, podría ir a prisión, por la acumulación y características de los delitos que se le imputan.
Lo más asombroso de todo es que, paralelamente, el hombre reclama judicialmente su reincorporación al Banco Central y logró que su caso esté siendo evaluado por los miembros de la Corte Suprema. El planteo de Pou es que a principios del año pasado fue desplazado ilegalmente, por una comisión legislativa, a instancias de Domingo Cavallo. Y pretende completar su mandato como titular del Central, que vencería recién el 23 de septiembre de 2004.
En los ámbitos judiciales es un secreto a voces que ya cuenta con los 4 votos de la mayoría automática menemista, impresión que fue confirmada por el house organ de ese movimiento político, el diario Ambito Financiero. Pero, en privado, Pou lo desmiente y comenta entusiasmado que tiene asegurado el quinto voto.
Si así fuera, no alcanzan las palabras para describir la crisis institucional que se avecina. De hecho, este martes, el Senado podría llegar a aprobar, a regañadientes, el pliego de Alfonso Prat Gay, el flamante titular del Central nombrado por Duhalde, hasta septiembre de 2004, con el argumento jurídico de completar el período legal de Pou. Pero, por otro lado, la Argentina podría convertirse en el primer país en el mundo en el que, para acabar con las suspicacias, la política bancaria sería dictada desde un calabozo. A menos, claro, que el expediente de la Corte le sirviera a Pou para comprar su libertad. Marche un plan canje más.

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