La nueva misión del Fondo Monetario que arribó ayer a Buenos Aires todavía no pasó por el despacho de Roberto Lavagna. Pero el ministro aprovechó una exposición en la Bolsa de Comercio para comentar en público las novedades que les tiene preparadas a los técnicos del FMI: que la tasa de desempleo “bajó en forma importante” y que hay indicadores “positivos” de la producción industrial. Precisamente, la misión vino a recabar los últimos datos de la economía. Eduardo Duhalde bajó las expectativas de la visita, al considerar que sólo encarará cuestiones “técnicas”. Al mismo tiempo que los delegados del Fondo aterrizaban en Ezeiza, el Banco Mundial confirmaba que la Argentina dejó impago una garantía por 254 millones de dólares que vencían ayer.
La delegación está encabezada por John Dodsworth, subdirector del Departamento de Hemisferio Occidental del FMI, subalterno del indio Anoop Singh. Lo acompañan el economista Alberto Ramos y el representante argentino ante el organismo, Guillermo Zocalli. Durante la jornada, los expertos mantuvieron reuniones con el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, y con el de Hacienda, Jorge Sarghini. También visitaron Reconquista 266, sede del Banco Central, donde conocieron al flamante titular de la entidad monetaria, Alfonso Prat Gay, y a su segundo, Pedro Lacoste. Anoche, el presidente Duhalde firmó el decreto 2607 designando, en comisión, a Lacoste como vicepresidente del BCRA. En forma simultánea, envió el pliego del economista al Senado para su aprobación.
Duhalde, en declaraciones radiales, desinfló las ilusiones sobre un acuerdo cercano con Washington. “Esta es una misión técnica que no tiene otro objetivo que venir a analizar los aspectos técnicos que hemos logrado”, dijo. Cerca del ministro Lavagna dejaron trascender ayer la misma conclusión. Los encuentros con los especialistas se realizaron bajo un hermetismo total.
Desde el Palacio de Hacienda dejaron trascender que prácticamente no existen diferencias técnicas con los enviados. Pero que subsisten las denominadas “cuestiones institucionales”, que estarían trabando el acuerdo. En este grupo se listan los puntos en los cuales subsisten las discrepancias: amparos judiciales, posible redolarización y el aumento en las tarifas de los servicios públicos. Todos estos temas se encuentran en manos de la Justicia.
Después de varias jornadas de duros cruces con los jerarcas del Fondo, con el canciller Carlos Ruckauf calificando de “cáncer” al organismo, las máximas autoridades del Gobierno mostraron un tono conciliador en el día de llegada de la nueva misión y la confirmación de la cesación de pagos con el BM. Duhalde dijo que el default “no nos gusta nada porque es la prueba del fracaso de un país”. Aunque advirtió que “en este momento pagar sería mucho más grave porque pondríamos en riesgo un equilibrio económico que está surgiendo”, y ello sería “calamitoso” para la Argentina. En la misma línea se pronuncia el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof.
Para confirmar cierta mejora económica, enmarcada en la tranquilidad del tipo de cambio de los últimos meses, Lavagna brindó algunas novedades por la noche, en la Bolsa, donde se presentó el programa “Exporta Argentina”, liderado por el BICE. Sin dar detalles, adelantó que el desempleo “bajó en forma importante, aun descontando los planes para Jefas y Jefes de Hogar” en la última medición realizada durante octubre pasado.
El otro indicador revelado por el titular del Palacio de Hacienda fue la actividad fabril: “Por primera vez en 27 meses, los datos definitivos de producción industrial de noviembre mostrarán una tasa interanual positiva”, adelantó. La intención del Ejecutivo es apoyarse en esta tendencia para asegurar que terminó la recesión. “En el cuarto trimestre habrá un PBI positivo, con lo cual se confirmará la idea de tres trimestres consecutivos con variaciones positivas, que, de acuerdo con los standards internacionales, hablan del fin de la recesión”, confirmó Lavagna. Frente a sus interlocutores, el ministro añadió que larecuperación de la economía no debería limitarse a un eventual boom de las exportaciones sino también de un incremento del consumo.
Con estos elementos en la mano, el Gobierno confía en acercarse a un entendimiento con el FMI. Para convencer tendrá poco tiempo. Los técnicos vuelven a los Estados Unidos mañana mismo.