Tal vez el ministro Lavagna pecó de optimismo cuando hace dos días decretó oficialmente el fin de la recesión. Pero lo cierto es que la producción industrial sigue mostrando, aunque tenues, signos de recuperación. En noviembre, el EMI (estimador mensual industrial) creció 2 por ciento en relación con igual mes del año pasado, un resultado positivo que no se veía hace 27 meses. En tanto, en términos desestacionalizados, la producción de noviembre fue un 3 por ciento mayor a la de octubre. De todas maneras, a este ritmo, pasarán varios años para alcanzar los niveles de actividad previos a la recesión. De hecho, entre enero y noviembre, el EMI muestra una caída de más del 12 por ciento en relación con el año pasado, cuando la recesión era abismal. Una prueba inequívoca de que todavía hay mucho trecho por recorrer antes de poder hablar de reactivación.
“Es la primera vez en 27 meses que la tasa interanual de producción industrial arroja un resultado positivo”, se entusiasmo ayer el titular del Indec, Juan Carlos del Bello, al presentar los indicadores de producción industrial. Con el dato del mes pasado, los técnicos oficiales aseguran que el cuarto trimestre del año mostrará un signo positivo, respecto al bimestre anterior, cosa que ya ocurrió en el tercer trimestre (2 por ciento) y el segundo trimestre (0,6 por ciento). Justamente, el lunes Lavagna había dicho que, técnicamente, con tres trimestres consecutivos de aumentos en el nivel de actividad se podía asegurar que la recesión terminó. Sin embargo, Del Bello fue mucho más cauto que el ministro y eludió decir si con esos datos se podía afirmar, en términos técnicos, que se salió de la recesión.
Sea como fuere, el director de Estadística del Indec, Julio Rotman, destacó que de acuerdo a los indicadores que surgen sobre el final de 2002, “el año 2003 se presenta con expectativas favorables” y adelantó que se producirá un “fuerte crecimiento en enero y febrero”. Pero de inmediato aclaró que está situación, antes que palparse en la realidad, se notará en las estadísticas. El motivo es que la comparación interanual se realizará contra meses (enero y febrero de este año) en que la industria estuvo prácticamente paralizada, porque “no había tipo de cambio, ni sistema financiero”.
Desde el punto de vista sectorial, en noviembre continuó el fuerte repunte de las ramas vinculadas a la sustitución de importaciones y a las exportaciones. Así, la industria textil creció 40,3 por ciento; la metalmecánica 42,6 por ciento; metales básicas 14,3 por ciento; papel y cartón 11,9 por ciento; refinación del petróleo 5 por ciento; productos de tabaco, productos de caucho y plástico 2,8 por ciento.
En cambio, siguen sin recuperarse los sectores volcados, fundamentalmente, al mercado interno: productos de editoriales e imprentas (-23,2 por ciento); vehículos automotores (-10,4 por ciento); detergentes, jabones y productos personales (18,9 por ciento); e industria alimenticia (-5,3 por ciento).
El Indec releva también una encuesta cualitativa entre los empresarios, para medir sus expectativas. Según Rotman, en noviembre no sólo existían perspectivas en general más favorables por parte de los empresarios sino que, además, hubo una mejora en las expectativas de mayor demanda en el mercado interno, algo que no se percibía hace muchísimo tiempo.
Los principales resultados fueron los siguientes:
- El 38,2 por ciento de las empresas anticipa una suba en la demanda interna, el 56,4 no espera cambios y el 5,4 por ciento cree que disminuirá.
- El 53,7 por ciento estima que aumentarán sus exportaciones, el 38,9 por ciento no prevé cambios y el 7,4 por ciento consideró que disminuirán. Estas cifras confirman que el panorama para las exportaciones es mucho más auspicioso que para la demanda interna.
- Igualmente, es evidente que existe una enorme capacidad ociosa. Por eso, simultáneamente, el 60,4 por ciento no espera cambios en la utilización dela capacidad instalada, el 34 por ciento advierte una suba y el 5,6 por ciento estima una disminución.