ECONOMíA › EL VICEMINISTRO DE COMERCIO, JIANG YAOPING, CUESTIONO LAS INVESTIGACIONES POR COMPETENCIA DESLEAL
Calificó las sanciones como “algo totalmente anormal y discriminatorio”. La ministra de Industria, Débora Giorgi, le respondió que esas cláusulas se aplican sólo en los casos en que se ha comprobado fehacientemente el daño contra la industria nacional.
El gobierno chino dejó en claro ayer por primera vez que la creciente tensión comercial con Argentina tiene entre sus causas las medidas antidumping que afectan a sus exportaciones. Hasta el momento, sólo habían explicitado su malestar por la supuesta presencia de solventes en el aceite de soja que compran en el país, lo que motivó un freno a los embarques poniendo en alerta a toda la cadena sojera. Sin embargo, su viceministro de Comercio, Jiang Yaoping, aseguró ayer que “a juicio del gobierno chino, el hecho de que Argentina lance investigaciones antidumping de manera tan frecuente contra sólo un país es algo totalmente anormal y discriminatorio”. La ministra de Industria, Débora Giorgi, le respondió que las cláusulas antidumping se aplican sólo en los casos en que “se ha comprobado fehacientemente el daño y la competencia desleal a la industria”.
Yaoping se quejó porque “en 2009, las autoridades argentinas iniciaron 18 casos de investigaciones antidumping contra productos chinos”, lo que representa “el 64 por ciento de todas las medidas de igual carácter que se tomaron en América latina”. Luego, exigió que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner considere a China una “economía de mercado”, dando a entender que el valor mínimo que se les fijó a algunas importaciones contradice las reglas que fija la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Eso llevó a Giorgi a aclarar que “en todos los casos nos hemos sujetado a los procedimientos establecidos por la OMC, donde hasta el momento no ha habido ninguna objeción formal por parte de China”. Por lo tanto, rechazó que se hable de “discriminación comercial”. La funcionaria también sostuvo que el año pasado sólo el 5,6 por ciento de las importaciones chinas se vieron alcanzadas por algún tipo de antidumping, porcentaje equivalente a unos 231 millones de pesos.
Los cortocircuitos con China por el aceite de soja comenzaron pocos días después de que el Gobierno fijara un valor mínimo de 13,4 dólares por cada par de calzados provenientes del gigante asiático para poner fin a las maniobras de dumping y subfacturación. Entonces, se especuló con que el freno a los embarques de aceite fuera una represalia por esa medida, la más importante por el volumen de dinero que involucra.
El caso estuvo en manos de la Comisión Nacional de Comercio Exterior, que verificó el daño, y la Subsecretaría de Política y Gestión Comercial, que certificó un margen de dumping de 157,7 por ciento. La investigación demoró un año y la resolución coincidió con lo hecho por Brasil, que también había establecido un valor mínimo, en ese caso de 12,47 dólares para el calzado chino. Sin embargo, desde Industria aclararon en ese momento que el gobierno de Hu Jintao objetó la medida antidumping de Brasil, pero no hizo lo mismo en el caso argentino.
La hipótesis de la represalia también se debilitó porque los chinos tampoco habían hecho referencia al tema, pero ayer la situación cambió. Si bien Yaoping se cuidó de no presentar el freno a los embarques de aceite como una respuesta a las medidas antidumping, dejó en claro que esas decisiones molestaron al gobierno chino y la idea de una represalia volvió a cobrar fuerza.
“El gobierno chino espera solucionar los problemas existentes a través de diálogo, negociación y cooperación, para evitar que las medidas proteccionistas afecten el desarrollo del intercambio mutuo”, sostuvo el funcionario chino. No obstante, también dejó trascender que si por esa vía no se logran resultados, podría evaluar medidas similares a las que tomó Argentina debido a las presiones que está recibiendo de los empresarios de su país.
En caso de que China aplicara restricciones, es muy probable que las mismas afectaran a la soja y sus derivados porque las manufacturas de origen agrícola y los productos primarios explican el 70 por ciento de las exportaciones argentinas dirigidas hacia ese país. Una decisión de esas características sería llamativa porque, aun con las medidas antidumping que tomó Argentina, el saldo comercial sigue siendo muy favorable a China. El Ministerio de Industria recordó ayer que el déficit comenzó en 2008 con 700 millones de dólares, y el año pasado trepó a 1200 millones. Además, en el primer bimestre de este año el déficit es de 600 millones, la mitad del rojo anual de 2009.
Más allá de esos datos, el freno a los embarques de aceite de soja implica en los hechos una restricción, aunque para hacerlo se haya apelado a una medida paraarancelaria. La especulación oficial es que China no bloqueó las compras de aceite por el impacto que le generan las medidas antidumping que tomó el Ministerio de Industria sino porque tiene un sobrestock de aceite y porque en los últimos años ha venido incrementando su capacidad para producirlo. Otra hipótesis es que buscan dar una señal a la región para que las cláusulas antidumping no se vuelvan una moneda común.
Por ahora, Jiang Yaoping, quien estuvo de visita en Buenos Aires para encabezar un Foro de Cooperación Económica e Inversiones entre empresarios de ambos países, evitó vincular el freno a la soja con una eventual represalia y aclaró que “si el aceite de soja que envía Argentina vuelve a satisfacer los criterios de calidad del país, Buenos Aires podrá seguir exportando normalmente”. Luego instó al gobierno argentino a que “tenga en cuenta la importancia de las relaciones comerciales bilaterales y tome una posición más cautelosa al aplicar medidas de salvaguarda comercial”.
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