Petrobras confirmó ayer la venta de la refinería de San Lorenzo y 360 puntos de venta de combustibles, porción mayoritaria de estaciones de su red, a la nueva petrolera Oil M&S, del empresario Cristóbal López, por 110 millones de dólares. La firma brasileña informó que ese desprendimiento no implica su retiro del negocio energético local, sino la decisión de concentrarlo en el segmento de exploración y producción. Para la compradora implicará alcanzar la categoría de “petrolera integrada”, que de ahora en más no sólo producirá crudo sino también sus derivados, además de contar con puntos de comercialización propios.

El cierre del acuerdo se informó a través de un comunicado, minuta que también fue enviada a la Bolsa de Comercio. En ese documento se precisa que la operación estará formalmente concluida en noventa días, después de que se obtengan las autorizaciones oficiales pertinentes. La oferta de López consiste en un pago de 36 millones de dólares por los activos, más otros 74 millones por el crudo y los combustibles que se ceden junto a la refinería. Petrobras conserva la planta de etileno de General San Martín, muy próxima a la refinería vendida, y retiene la de Bahía Blanca, prueba de su voluntad de continuar en el downstream (fabricación y comercialización de combustibles). Antes ya se había desprendido de su planta de fertilizantes que vendió a Bunge. Para su nivel de actividad local, la refinadora de Bahía Blanca le resulta suficiente para procesar el crudo que vende hoy bajo su marca. Para producir más naftas y gasoil tiene que comprar petróleo en el mercado a unos 47 dólares el barril, opción que no la seduce en las condiciones actuales. Esta visión del negocio y su consecuente renuencia a producir más le valieron semanas atrás una recriminación del Gobierno por no tener una producción acorde con la creciente demanda local.

La empresa mixta brasileña, con mayoría y control estatal es la cuarta vendedora de carburantes del país, después de YPF, Shell y Esso, segmento en el que viene cediendo participación. En los dos últimos años cayó un 46 por ciento su expendio de nafta premium contra el 32 por ciento de retroceso promedio de todas las marcas. Esa tendencia no se replica en el upstream donde tiene una posición consolidada, con varios proyectos offshore, como parte de su estrategia global de concentrarse en este terreno. En su último balance trimestral muestra resultados muy alentadores. Tuvo una utilidad neta de 180 millones de pesos contra pérdidas de 205 registradas en 2009. Ese saldo tuvo su origen en los sucesivos aumentos de precios del último año, que llevaron la nafta ecológica a 4,4 pesos el litro.

El comprador Oil M&S es una petrolera fundada en 2001, después de que Cristóbal López vendiera Almería Austral, dedicada a la perforación de pozos. Desde entonces empezó a sumar áreas por todo el país: con audaces ofertas de inversión ganó concursos en Mendoza, Salta y Santa Cruz. Ahora añadió un compromiso de más envergadura.

Para producir combustible de la calidad exigida por los actuales estándares, Oil M&S tendría que de-sembolsar en la refinería de San Lorenzo otros 50 millones de dólares adicionales al del precio de compra de la planta, necesarios para su puesta a punto. El desembarco de López, que se consolidó a partir de la operación de casinos, implica un avance en el proceso de argentinización del negocio energético local, proceso que es bien visto por el gobierno nacional y por la mayoría de los gobernadores de provincias petroleras.