España no quiere que su golpeada economía sea la próxima en quedar en el ojo de la tormenta financiera y para eso intenta mostrar su férrea disciplina a las recetas que requiere el establishment financiero. En ese escenario, el mandatario español, José Luis Rodríguez Zapatero, mantuvo una conversación telefónica con su par de Estados Unidos, Barack Obama, para anticiparle las nuevas políticas de ajuste que presentará hoy en el Parlamento. Según señalaron los voceros de la Casa Blanca, los presidentes “analizaron la importancia de que España adopte medidas decididas como parte de los esfuerzos europeos para fortalecer su economía y crear confianza en los mercados”. Más allá de la incertidumbre financiera que acosa a España (el gobierno denunció un ataque especulativo sobre su economía), las medidas anunciadas hasta ahora por el gobierno dejan de lado los problemas en el mercado de trabajo, donde el desempleo supera el 20 por ciento.