El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ratificó la intención de trabar las importaciones de alimentos que puedan ser reemplazados con producción nacional. Lo hizo en un encuentro con empresarios importadores, a quienes les aseguró que se revisará “caso por caso”. Tanto Cancillería como el Ministerio de Industria manifiestan su descontento, pero intentaron bajarle el tono al disenso. “Todo lo que el mercado demande en materia de alimentos importados va a estar disponible en las góndolas de nuestro país”, manifestó la titular de Industria, Débora Giorgi. Así busca aplacar las fuertes críticas que desplegaron públicamente la Unión Europea y Brasil. Las quejas seguirán hoy en el Congreso, donde los embajadores de los países de la UE se reunirán con la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados.

La cita de parte de la comisión que preside el peronista Alfredo Atanasof estaba prevista desde hace varios meses, pero justo coincidió con la intención del gobierno de frenar las compras de aquellos alimentos que compitan con la industria local. Por el fuerte descontento que generó en los europeos, se descuenta que el tema será tratado. Habrá asistencia perfecta por parte de los embajadores, exceptuando a Gran Bretaña, a causa del conflicto en Malvinas, que también será debatido en el encuentro. “Son diplomáticos, pero lo van a aprovechar, porque están muy enojados”, aseguran fuentes parlamentarias.

Un importante funcionario de Cancillería admitió ante este diario que hubo contactos con algunos embajadores que mañana asistirán al Congreso. “Manifestaron su preocupación”, informaron. Además, ayer el embajador brasileño, Enio Cordeiro, se reunió con el secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía, para trasmitirle el reclamo del canciller de ese país, Celso Amorim, quien también dejó entrever su descontento públicamente.

Al igual que en Cancillería, en la cartera de Industria hay bastante malestar por la medida. Giorgi se distanció de Moreno e intentó calmar los ánimos de los socios comerciales, diciendo que “Argentina trabaja bajo las normas de la OMC”. En una línea similar a los embajadores, la Delegación de la Comisión Europea en la Argentina difundió un comunicado calificando muy duramente la medida impulsada por el gobierno argentino. “Tales restricciones, de concretarse, serían incompatibles con la normativa de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y con los compromisos adquiridos por Argentina en el marco del G-20”, advirtieron, agregando que “estas medidas resultan además inexplicables a pocos días del posible relanzamiento de negociaciones comerciales entre la UE y el Mercosur”. “La Unión Europea llama por tanto a las autoridades argentinas a no implementar las medidas anunciadas”, concluyen.

Por su parte, Moreno ratificó la medida ante los importadores, planteando la intención de mejorar el balance comercial, cuyo saldo se redujo fuertemente en los últimos meses. “Dijo que la medida estaba en preparación, aceptó nuestras explicaciones, y que se revisara caso por caso”, manifestaron los empresarios. Sin embargo, analistas critican esas trabas. Por un lado, explican que el efecto positivo sobre la industria local y el saldo comercial sería mínimo, puesto que estos productos representan el 1,5 por ciento de las ventas totales de los supermercados. Pero además genera fuertes tensiones diplomáticas.

Informe: Javier Lewkowicz.