ECONOMíA › EN LAS BOLSAS EUROPEAS Y EN ESTADOS UNIDOS, LAS ACCIONES VOLVIERON A REGISTRAR FUERTES CAíDAS
El millonario rescate de la Unión Europea y las promesas de masivos recortes en el gasto público no pudieron frenar la histeria financiera. Los problemas estructurales de la Eurozona llevaron a la moneda común a su valor más bajo en dieciocho meses.
No hay plan de ajuste o paquete de “salvataje” que alcance. El continuo de medidas anunciadas durante las últimas dos semanas por los países europeos profundiza la recesión en las golpeadas economías de Grecia, España y Portugal, y no logra aplacar el caprichoso comportamiento de los mercados financieros. En las Bolsas europeas y en Estados Unidos las acciones volvieron a registrar fuertes caídas. Aunque la experiencia reciente y la historia ponen en evidencia el fracaso del recorte del gasto y los programas de asistencia para enfrentar los problemas de solvencia e impulsar el nivel de actividad, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la canciller alemana, Angela Merkel, volvieron a insistir sobre la necesidad de profundizar el ajuste. Mientras tanto, la moneda común alcanzó su mínima cotización desde noviembre de 2008, al ubicarse por debajo de 1,25 dólar.
Los gobiernos de la Eurozona anuncian profundos recortes en el gasto social, la contracción en la inversión pública, el congelamiento en los salarios y el incremento en la edad de jubilación, con el solo objetivo de calmar los mercados financieros, pero su efectividad dura cada vez menos y la volatilidad domina. Ayer, el índice líder de la Bolsa de Madrid despidió la semana perdiendo 6,6 por ciento. En Atenas las acciones cedieron 3,4 por ciento, en Lisboa retrocedieron 4,3 por ciento y en Milán la caída alcanzó al 5,3 por ciento. Las plazas financieras de Londres, Frankfurt y París cayeron por encima del 3 por ciento. Aunque Wall Street intenta no hacer ruido y mira desde lejos la crisis en Europa, no está ajena a la volatilidad. El Dow Jones, índice construido con acciones del sector industrial, perdió 1,5 por ciento y el Nasdaq, el panel de firmas tecnológicas, terminó con un rojo del 2 por ciento.
Finalizada la primera ronda de ajustes y reajustes presupuestarios en los países más expuestos a la especulación del capital financiero, el FMI volvió a recomendar que se reduzcan sus niveles de deuda pública y resaltó “la necesidad de ajuste en países desarrollados así como las economías emergentes”. Estas no quedaron exentas del plan de ajuste global con el que el organismo multilateral pretende restablecer un equilibrio a nivel mundial. De todas formas, al exhibir un mejor desempeño macroeconómico (rápido regreso al crecimiento y bajos o nulos déficit públicos y comerciales) deberán realizar un ajuste menor.
La receta que figura en los nuevos documentos del Fondo es muy similar a la que ya aplicaron las economías mediterráneas y países como Argentina años atrás: recortar el gasto público, elevar la edad de jubilación y reducir salarios de los trabajadores del sector públicos, contraer los beneficios sociales, elevar impuestos como el IVA. Eso sí, el staff del organismo multilateral advierte sobre la necesidad de no sacrificar los objetivos de equidad.
En sintonía con el Fondo, la canciller de Alemania, Angela Merkel, no quiso quedar rezagada. La mandataria anunció que “ningún sector será eximido” del recorte por 10 mil millones de euros anuales hasta el 2015. En la mira de las tijeras germanas están la red de protección social, más precisamente los programas de reinserción laboral de los desocupados, “en los que gastamos mucho dinero”, apuntó la mandataria alemana.
En tanto, el euro sigue en la mira de los especuladores y la cotización de la moneda común cayó a su nivel más bajo en 18 meses. En la jornada de ayer sobrevolaron rumores acerca de que Francia podría abandonar la unión monetaria, aunque la posibilidad fue desmentida por distintas autoridades nacionales y regionales. Las cuestionadas agencias calificadoras de riesgo volvieron a ofrecer su dosis de incertidumbre. Moo-dy’s reiteró la elevada probabilidad de recortar la nota de la deuda soberana griega en algún momento en los próximos tres meses.
El plan de rescate por 750 mil millones de euros para países con dificultades anunciado el lunes pasado por la Unión Europea incluía la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) compre bonos de deuda soberana de algunos países, aun cuando la calificación indique que se trata de títulos con alto riesgo de default. Esa medida, que podría aliviar los problemas de solvencia de algunas economías, fue duramente cuestionada por el mercado. Ayer los funcionarios de la entidad debieron enfatizar que se trata de una medida temporal y de alcance muy limitado. Desde el BCE apuntaron que “en la Eurozona estamos en el epicentro de una crisis global” y señaló que la unión monetaria está expuesta a un “ataque de fuerzas anónimas del mercado”. Las autoridades del BCE también insistieron en la necesidad del ajuste: “Cuanto más se aplace la corrección de los presupuestos públicos, mayor será la necesidad de adaptación así como el riesgo de pérdida de reputación y de confianza”, advirtió la ortodoxa entidad.
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